Perspectivas financieras 2007-2013: el futuro incierto
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La posibilidad de cerrar un acuerdo sobre los presupuestos 2007-2013 se diluye como un azucarillo en un mar de fondos, políticas agrarias, aportaciones, cheques británicos y ampliaciones. ¿Cuáles son las claves para entender lo que hay en juego?
En junio tuvo lugar en Bruselas una cumbre entre los dirigentes de los Estados miembro con el objetivo de lograr un acuerdo sobre las perspectivas financieras de la UE para el periodo 2007-2013. La cumbre se clausuró con un estrepitoso fracaso, por lo que este otoño se retomarán las negociaciones bajo la batuta de la presidencia británica. Las probabilidades de acuerdo son bajas, y hasta el Presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, ha propuesto elaborar ya el presupuesto anual de 2007 aunque no haya acuerdo sobre el marco presupuestario 2007-2013.
¿Qué está en juego?
Las perspectivas financieras son el marco presupuestario de la UE para un periodo de siete años. Este marco encuadra el límite máximo de los gastos totales de la Unión así como la cantidad que se asigna a cada partida, siendo las mayores partidas las que engloban la Política Agraria Común (PAC), a la que se destina aproximadamente el 45% del presupuesto de la Unión, y la partida destinada a las políticas estructurales con un 35% del presupuesto.
El presupuesto para el próximo septenio rondará entre los 800.000 millones de euros y el billón, cifra no muy abultada si tenemos en cuenta que representa el 1,14% de la Renta Bruta Nacional (RBN) de la UE y que los gastos públicos totales de los Estados miembro rondan el 45% ó 50% de su RBN.
¿De dónde sale ese dinero?
La UE carece de medios propios para financiarse de manera significativa, por lo que los que sufragan su presupuesto son los Estados miembro dependiendo del tamaño de su economía y de su peso demográfico.
En el presupuesto de 2004 -el primero de la UE ampliada-, consistente en 92.000 millones de euros (apenas un 11% más que en 2003), los países que aportaron más al presupuesto fueron Holanda con un saldo negativo equivalente al 0,44% de su RNB, Suecia con un saldo negativo del 0,33% y Alemania, el mayor contribuyente en términos absolutos, con un 0,33% de saldo negativo. Gran Bretaña y Francia aportaron tan sólo el 0,16% y el 0,19% más de lo que recibieron respectivamente.
Los mayores beneficiarios del presupuesto 2004 fueron: Grecia con un 3,52% de su RBN; Portugal (+3,35%), Lituania (+2,81%), Estonia (+2,50%) y Letonia (+2,46%). Aunque el principal receptor neto fue España, con un saldo positivo del 2,07% de su RNB.
El porqué del desacuerdo
De un lado nos encontramos con una UE ampliada con nuevos miembros que tienen una renta en torno al 50% de la media de los antiguos miembros, mientras que cuando Grecia, Portugal o España ingresaron en la Unión, su renta equivalía al 65% de la media. De modo que hay más gente a la hora de repartir y en peor situación económica.
Segundo factor: Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Suecia y Austria, los seis principales contribuyentes netos, quieren que el presupuesto de la Unión se rebaje desde el 1,14% al 1% de la RBN de la UE. Esto quiere decir que quieren aportar menos dinero del que venían aportando, a pesar de que esta UE debe hacer frente a unas necesidades económicas mayores.
La Comisión Europea cree que ese porcentaje es insuficiente y propone elevarlo al 1,25%: una diferencia de 200.000 millones entre la primera propuesta y la de la Comisión.
El tercer factor: el Reino Unido disfruta desde 1984 de una reducción en sus aportaciones, conocida como "cheque Británico", por la que el año pasado se le devolvieron 5.400 millones de euros, sufragados en su mayoría por los principales perceptores de la Política Agraria Común (PAC). Gracias a esto, el Reino Unido es el país que menos contribuye al presupuesto comunitario en relación con su prosperidad, pero Londres no está dispuesto a hacer concesiones mientras no se reduzcan los fondos de la PAC.
El cuarto factor: Francia, principal beneficiaria de la PAC, quiere que se respete el acuerdo de 2002 sobre la estabilización de los fondos de la PAC hasta 2013, es decir que no está dispuesta a que la PAC sufra grandes recortes.
El quinto y último factor: España podría pasar de ser el mayor receptor neto de fondos de la Unión a ser contribuyente neto antes de que finalice el periodo 2007-2013. El ingreso de los 10 nuevos miembros ha supuesto un aumento de un 10% de la renta española en relación con la media de la UE: es el conocido efecto estadístico por el que España dejaría de percibir unos 40.000 millones de euros en relación con el periodo 2000-2006.
Perspectivas de acuerdo
La solución pasa por que Alemania y el resto de países que se oponen a incrementar el porcentaje de RNB que la UE debe destinar a su presupuesto acepten la propuesta de la Comisión. Sería paradójico que, en una Unión ampliada bastante más necesitada de fondos, el presupuesto no aumentara, sino que disminuyera. Gran Bretaña debe aceptar que el Cheque británico ha perdido su sentido y Francia debería asumir grandes recortes en la PAC. Por último, España tendría que transigir en la cantidad de fondos que estaría dispuesta a perder: quizás, pasar de máximo beneficiario a contribuyente neto sea excesivo, pero entre ambos puntos hay una amplia gama de opciones. Esta sería la solución ideal en la que todos pierden pero la Unión gana.