Periodismo participativo, el gran desafío de Cafébabel
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cafébabel ESQue nuestra revista se apoye en las bases del periodismo participativo compuesto por jóvenes estudiantes sin mucha experiencia en el campo de la escritura, no significa que el resultado no pueda ser maravilloso. Ahí el nuevo desafío de Cafébabel.
Charles, un nuevo autor que conocí hace unos meses durante un festival en París acaba de publicar su primer artículo en nuestra revista. El tema es complejo, bastante técnico. Sin embargo, por ahora es el mejor artículo de todo 2018, según las estadísticas y las visitas a la página. Pero no son las cifras lo que me enorgullece. Es lo que hay detrás: una relación privilegiada entre un autor y un editor en el que el intercambio es constructivo para ambas partes. Puede sonar pomposo, pero es así. De mi experiencia como editor me quedo con el lado humano. Es reconfortante que mi ayuda sea útil para que nuevos autores aprendar a expresarse por escrito y lo hagan de la mejor forma posible.
Desde sus inicios, Cafébabel ha tenido siempre una misión: ayudar a sus autores y acompañarlos en el camino editorial. Pero no vamos a mentir, coordinar una comunidad multilingüe de voluntarios es un trabajo importante, que no siempre sale como uno desea. Un artículo se construye paso a paso, piedra por piedra. Queremos que continúe siendo participativo pero que no pierda calidad en el camino. Así que nuestro mayor desafío radica un poco ahí: hacer que los jóvenes -no necesariamente periodistas- se lancen y escriban textos más largos, más literarios, más exigentes.
Un editor tiene un papel muy importante: animar al autor, ayudarle, cotejar información, proporcionarle contactos, darle mi opinión... ¿Cómo explicarle que su texto hay que rehacerlo sin que se sienta mal? Parece mentira, - e incluso obvio-pero ante todo, hay que ser buena gente. A esto se le suma el carácter, el tiempo y el estado de ánimo del autor. Desde el principio lo tuve claro con Charles. En la mayoría de los casos, sigue pesando sobre nosotros el ser una asociación juvenil sin ánimo de lucro, por lo que no siempre podemos podemos remunerar los artículos y, sin embargo, cada vez les pedimos más.
¿Ecuación imposible? No.
Me gusta pensar que ayudar a quienes nunca antes se han lanzado al complicado -aunque no siempre lo parezca- mundo de la expresión escrita, genera confianza, lealtad y grades dosis de humildad para todos, colaboradores y editores. Sigo convencido de que gracias a personas como Charles y los demás seguiremos haciendo de Cafébabel una revista europea, participativa y de calidad para nuestros lectores.
Translated from Le Cafébabel nouveau : mon défi du participatif