Pat Cox: “La respuesta europea a la crisis ha sido impresionante”
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Virginia GrauEl ex presidente del Parlamento Europeo de 2002 a 2004, el liberal Pat Cox, se alegra de la acción de la Comisión para estimular la economía mediante la política fiscal. Un punto positivo para Barroso y la presidencia de turno francesa que se han enfrentado a la crisis financiera
Crisis económica, China y el Tratado de Lisboa rechazado por los irlandeses. Pat Cox responde a nuestras preguntas sobre tres temas de actualidad que aderezan la vida política europea. Cox lanza incluso un salvavidas a un Barroso, cuya popularidad está a la deriva debido a su gestión de la crisis financiera. Un gesto que no es muy frecuente en estos tiempos. Con motivo de la 3ª Cumbre sobre el futuro de Europa el 27 y 28 de noviembre de 2008 en Andorra, el actual consultor para soluciones a la integración europea se explica.
En opinión de Jacques Attali, economista y alto funcionario francés, la respuesta europea a la crisis es insuficiente y los 200 mil millones anunciados, el gran mínimo. ¿Está usted de acuerdo?
Desde un punto de vista de política fiscal, acepto que sea un mínimo. Sin embargo, no acepto que se haga a la Comisión responsable de ello, porque el Estado de Derecho europeo no le capacita para gestionar la política fiscal de la UE, que está descentralizada. El presupuesto europeo no representa más que el 1% del PIB de los 27, lo que, a modo de ejemplo, equivale a la mitad del presupuesto de los Países Bajos. Con estos recursos financieros no se puede pedir un paquete que estimule la economía bajo los auspicios de la Comisión. Yo más bien me quito el sombrero por haber organizado unas negociaciones y después por el estímulo mediante la política fiscal, cuya fuerza es más directa e inmediata que la política monetaria.
¿Y en lo relativo al tamaño del paquete de medidas?
Eso depende de los Estados miembro. Entre los grandes países europeos que remolcan nuestro sistema económico, los alemanes disponen del mayor margen de maniobra en comparación con países que ya han tomado grandes medidas. Por tanto, va a hacer falta esperar y juzgar el impacto, que estimo bastante grande, de la crisis en la economía alemana.
¿Esta crisis puede poner a prueba la facultad de la UE para aportar hoy una respuesta común a un problema de este calibre?
La Unión no dispone de recursos suficientes para actuar de otra manera. Evidentemente, la política fiscal anunciada es la suma de los paquetes nacionales. Desde mi punto de vista, la capacidad de la presidencia francesa y de Barroso para gestionar la respuesta europea ha sido impresionante. Se ha creado con bastante rapidez, durante la cumbre del 7 de noviembre, una respuesta europea en relación a las grandes líneas de una política de evolución mundial de regulaciones y de intervención. Pero nada habría sido posible sin la buena voluntad de los Estados miembro y, sobre todo, de los países claves por su tamaño y su peso económico.
China ha anulado unilateralmente su cumbre con la UE. ¿Qué actitud se ha de adoptar con Pequín una vez que la crisis la ha hecho todavía más inevitable?
Las dos partes necesitan un proceso de diálogo y cooperación reforzada. Europa es el primer mercado mundial para China, mayor incluso que Estados Unidos, y China es un mercado esencial para nosotros. Los intereses económicos están muy claros. A nivel político, se necesita un diálogo profundo con China sobre la evolución del sistema global en los próximos años.
Me parece decepcionante, aunque no sorprendente, la decisión de China de anular la cumbre con la UE. El país ha sido enormemente sensible a sus intereses nacionales y ello implica Tíbet y Taiwán. Lo conozco bastante bien ya que durante mi experiencia parlamentaria tuve la ocasión de conocer a algunos de sus funcionarios oficiales y de visitar el país.
Cuando se constata que los intereses nacionales primarán siempre, ese gobierno global del que hablan algunos, ¿no es una pura utopía?
Por supuesto que un gobierno mundial es utópico, pero no necesariamente un proceso de gobernación mundial, ya que hay intereses comunes. Si hay una caída brutal de la economía real estadounidense y europea, traerá grandes consecuencias en China. Creo que hay un contrato entre las élites políticas en China y la población que trata de mantener la fuerte tasa de crecimiento para mantener la capacidad de equilibrar algunas de sus tensiones interiores. Por tanto, Pequín tiene un gran interés en juego y si todo el mundo aporta los suyos, se puede llegar a tener un conjunto de intereses compartidos como base de la famosa gobernación. En definitiva, creo que podemos seguir avanzando en este aspecto.
Usted habla de contrato entre la élite y la población en China. Si lo transponemos a Europa y su identidad política, ¿no cree que ese contrato se rompió en Irlanda tras el ‘no’ al Tratado de Lisboa?
Crear esta idea de Europa desde la base es un desafío sagrado e Irlanda no está aislada. La incapacidad para vender la Constitución en Francia, en los Países Bajos, seguido del resultado irlandés; nos muestra la separación existente entre la percepción diaria y la realidad. Hemos creado Europa pero seguimos buscando a nuestros europeos. Queda por hacer mucha pedagogía. Hemos hecho estudios en Irlanda después del ‘no’ en el referéndum: 46% de los irlandeses que se abstuvieron dijeron que no habían comprendido el Tratado. El 42% de aquellos que votaron ‘no’ lo hizo por la misma razón.
Translated from Pat Cox : « La réponse européenne à la crise a été impressionnante »