Partido político "not found"
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Son varias las formaciones políticas con representación parlamentaria en España que se quejan por el ‘apagón informativo’ que sufren en los medios de comunicación. ¿A qué se debe?
Muchos analistas han calificado esta campaña electoral de histórica. Histórica por su duración -los partidos llevan haciendo campaña desde hace meses- y también por la aparición de nuevas formaciones que pueden darle la vuelta al sistema bipartidista instaurado en España desde la Transición.
En este escenario, los focos mediáticos no han parado de alumbrar a los partidos de Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos), de incuestionable interés informativo, pero han dejado en la penumbra, casi en la oscuridad, a partidos con representación en Congreso de los Diputados y con el mismo derecho a recibir cobertura mediática, como son Izquierda Unida y UPyD.
El ejemplo más evidente se vivió el día 7 de diciembre en el debate organizado por uno de los principales grupos de comunicación del país. Lo titularon como “El Debate Decisivo” y en él participaron los cabeza de lista del PSOE (Pedro Sánchez), de Ciudadanos (Albert Rivera), de Podemos (Pablo Iglesias), y la número dos del Partido Popular y vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Es decir, en este debate se enfrentaron los dos partidos “de siempre”, PP y PSOE, y los dos partidos “del cambio”, los nuevos, Podemos y Ciudadanos, que aspiran a ocupar, por primera vez, varios escaños en el Parlamento.
Entre las numerosas críticas que recibió este debate (la ausencia del candidato del PP, Mariano Rajoy, o la falta de tiempo para tratar cuestiones como la cultura, la sanidad o el medio ambiente), se colaron también las de dos candidatos que, a pesar de contar sus partidos con representación parlamentaria y haber expresado su deseo de participar, no fueron invitados: Andrés Herzog, de UPyD, y Alberto Garzón, de Unidad Popular-Izquierda Unida. Ante lo que califican como “apagón informativo”, ambos líderes han reivindicado su derecho a participar en este y otros debates a través de las redes sociales, pero también ante el Tribunal Supremo y la Junta Electoral Central.
Àlvar Peris, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valencia, considera que no haber contado con ellos “ha sido una decisión muy desafortunada por parte de este grupo de comunicación". "Imagino que lo habrán hecho en beneficio de la fluidez del debate o el interés comunicativo, pero en nada favorecen este tipo de decisiones a la salud democrática de nuestro país”, asegura.
No obstante, Alberto Garzón, candidato de Unidad Popular-Izquierda Unida a la Presidencia del Gobierno, consiguió colarse entre lo más popular del debate gracias a este tweet: “¿Os está gustando mi intervención? Es lo que tiene la democracia, que está a régimen #7dElDebateDecisivo”.
El líder de la tercera fuerza política en las elecciones de 2011 utilizó las redes sociales como altavoz y la respuesta fue masiva. Más de 20.000 retuits por parte de los usuarios de la red social Twitter. Varias herramientas de medición colocan esta “intervención” como el tweet más difundido de un político en lo que llevamos de campaña electoral para las Generales. Por este motivo, varios medios de comunicación españoles consideran a Garzón el ganador del debate en las redes sociales, a pesar de no haber sido invitado.
Andrés Herzog también estuvo presente. Junto con una veintena de simpatizantes con caretas del candidato de UPyD a la Moncloa, esperaron a la puerta de los estudios donde se celebraba el debate para protestar por no haber sido invitados. Además, la formación magenta solicitó la suspensión de este debate de Atresmedia y de otro organizado por el periódico El País, porque consideraba que ambos debates eran “un fraude”. "Los españoles tienen el derecho de oír todas las voces, especialmente la de aquellos partidos que tienen representación en el Congreso y que representan, en nuestro caso, a más de 1.200.000 votantes", ha remarcado Herzog durante la campaña.
El único debate con todas las formaciones políticas (con y sin representación en el Congreso), se emitió el pasado miércoles 9 de noviembre en TVE, el canal de televisión pública. Se trataba de un modelo más plural, pero que tampoco estuvo exento de polémica. La Junta Electoral Central (JEC) obligó a la pública a adelantar la hora de arranque al prime time de las 22:15 y no a medianoche como estaba previsto. Una exigencia, por cierto, que llegó tras una reclamación presentada por UPyD. Sólo éste y Unidad Popular enviaron a este debate a sus cabeza de lista. Aún así, “se vio que este modelo es más plural, pero también más difícil de gestionar en términos televisivos y de capacidad para despertar el interés de la audiencia”, según explica Peris.
Según el profesor, “es muy triste que los medios planifiquen su cobertura mediática a partir de sondeos demoscópicos que, como bien sabemos, no son fiables, sino aproximaciones a lo que sucederá el día de las elecciones. Por tanto, que unas encuestas, con poderosos intereses tras ellas, condicionen el seguimiento de los medios hacia los partidos es injusto y hasta cierto punto antidemocrático". "IU y UPyD se quejan con razón. Por el momento, aún son ellos quienes tienen representación parlamentaria en las Cortes y así deberían ser tratados”, explica.
De hecho, según la JEC, tanto las televisiones públicas como las privadas deben respetar la proporcionalidad política. Las televisiones privadas pueden decidir libremente si organizan un debate electoral, pero deben tener “particularmente en cuenta” los resultados obtenidos por estas formaciones en anteriores comicios equivalentes. En una instrucción de marzo de 2011, la JEC aclaraba que los partidos sin representación parlamentaria (como Podemos y Ciudadanos) “no podrán recibir una cobertura informativa mayor que las formaciones políticas que obtuvieron representación en las últimas elecciones”.
No obstante, también reconoce la figura de “grupo político significativo”, como serían Podemos y Ciudadanos, por lo que todas las formaciones tienen derecho a participar en los debates y a recibir cobertura mediática.
Tal exclusión condiciona el voto y, tal como asegura Peris, “el hecho de que tanto a IU o UPyD se les haya marginado de los debates o tertulias, en base a unas encuestas que les son muy desfavorables, incrementa la sensación de que no tienen nada que hacer, que votarles es como tirar el voto. Esta percepción influye mucho en el comportamiento final del electorado y que es fatal para las expectativas de estos dos partidos”.
La cuenta atrás para las elecciones empezó hace meses y el 21 de diciembre se sabrá si UPyD y coalición de Unidad Popular siguen o no formando parte del mosaico de escaños parlamentario, que esta legislatura se prevé más multicolor que nunca.