París resplandece en agosto
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José Vicente BernabeuEn agosto, todas las luces están apagadas en el "Hotel París". El París superpoblado de las fotos de agosto no es más que un fotomontaje.
En la película París en Agosto, el personaje principal disfruta con la ausencia de su mujer y sus hijos y redescubre los encantos de una vida sin preocupaciones, gracias a haber encontrado accidentalmente a una extranjera preciosa. En la vida real, en París en agosto, el personaje principal cae en una profunda frustración después de tres días buscando una peluquería abierta y de pasar sus noches mirando desde su balcón cómo roban en el apartamento de su vecino.
El arte de desaparecer
En la Ciudad de la Luz existe una regla de oro: todo el mundo tiene que irse de vacaciones en agosto y todo el mundo tiene que hacerlo al mismo tiempo. Esta regla fue introducida hace muchos años y ahora no hay posibilidad de cambiarla. Si fuera de otra manera, los parisinos no podrían hablar de sus destinos de vacaciones en julio, lo que significa que no interactuarían en absoluto durante el mes de julio. Si es agosto y estás recorriendo las calles de París en lugar de saborear una capirinha en Saint-Malo o montando a camello en Egipto, signfica que o bien eres un extranjero (y suscitas el interés del Front National) o bien que ignoras completamente los principios de paz de la sociedad que elegiste como tuya. Todo parisino te dirá que, en agosto, París es la ville morte (la ciudad muerta). Ser visto en París en agosto es tan vergonzoso como que te pillen haciendo pis en la piscina.
Hay dos razones principales para dejar París: estar ausente en la ciudad durante este mes (si alguien te ve estará claro que te has quedado) y poder volver a la ciudad en septiembre y contar historias sobre las vacaciones que pasaste fuera de París durante el mes de agosto. Todo el mundo debe partir: los estilistas parisinos, los dealers de la droga y las prostitutas, los vendedores parisinos de frutos secos de Pigalle y los descendientes espirituales parisinos de Derrida, Sartre y Badiou. También los fontaneros polacos parisinos. Durante el octavo mes del año, los restaurantes, las tiendas y las incubadoras de negocios de la capital francesa cierran y todas las manifestaciones quedan suspendidas. Inacabados croissants y café au lait en las terrazas provocan una tristeza como la de aquella canción de Lana del Rey, Video Games. La gente que trabaja en los cajeros automáticos de la ciudad se larga también, así que ve pensando en sacar algún dinero durante el mes de julio.
Cuando el gato está fuera, los ratones hacen fiesta
La ausencia de uno mismo en el lugar en el que vive es un estado que da un amplio espectro de posibilidades, sin embargo, esto es algo que a menudo se subestima. Los parisinos son muy conscientes de que un apartamento vacío es una oportunidad perfecta para secar la colada, dejarse crecer el pelo e interesarse por la cuenta del banco y grabar EastEnders en VHS. Tu ausencia en casa es la oportunidad perfecta para no limpiar, no comprar, no sacar al perro y dejar cartas no leídas en el buzón. Si tienes niños en edad escolar, la ausencia de la familia en el piso es también el momento perfecto para para realizar el famoso expermiento de meter dientes de leche en la Coca-Cola y ver si, efectivamente, se disuelven.
El caso de de que sean los otros los que estén ausentes en la ciudad -amigos, familiares, colegas- no resulta más alentador. Agosto en parís es el mes perfecto para aquellos a quienes les encanta dejar mensajes en el contestador de los demás. Una vez te das cuenta de lo fácil que se lo han puesto tus amigos a los ladrones saludándoles con el mensaje de "Estamos en la soleada Córcega hasta el 23 de agosto", puedes empezar a usar tu imaginación y dejarles tu mensaje. Éste puede ser una declaración de amor una expresión del profundo resentimiento que llevas grabado en el alma o un montón de insultos. La persona en cuestión nunca lo escuchará de todas formas, porque ¿quién se pararía a escuchar mensajes grabados cuando hay fotos de vacaciones que clasificar?
Un superviviente en la ciudad vacía
Si te ha tocado quedarte en París durante el verano, hazme caso: Si sueles salir con parisinos, y este año te has tenido que quedar en la ciudad durante las vacaciones, mejor no se lo digas. Me anticipo a vuestra pregunta: Sí, por supuesto, hay parisinos reales que pasan agosto en la ciudad, pero ellos normalmente están más asociados al personaje de la película Lily Sometimes.
París en agosto es un paraíso para aquellos a quienes les gusta ir a trabajar llevando la misma ropa con la que han dormido. Nadie se dará cuenta en el trabajo porque, para eso, primero tendrían que estar presentes. Si eres periodista y estás pasando tu agosto en parís, quizá deberías probar a realizar un reportaje a lo Gonzo en una hospital para enfermos mentales. Si no lo haces ahora, ¿cuándo?
"Hypocentre": a esto se parece París.
El París deshabitado es como un cheque en blanco: Quizá puedas escribir en él lo que quieras o lo que más te guste y tratar de pagar algo con ello. En agosto, en París, caminas por las calles y ves dónde acaban. Tomas el metro y encuentras sitio donde sentarte. Y si a alguien le apetece erigir una estatua de Stalin en Place d’Italie (uno de los lugares de París donde todavía no hay nada erigido), seguramente quedará intacta hasta septiembre.
Pero después de París, llega septiembre. Facebook se satura de fotos de gente feliz al lado de la piscina irradiando vitamina D. En estas fotografías, nadie hace cola para conseguir cócteles gratis en un crucero todo incluído por Grecia, por supuesto. En el metro, está bien mostrar las zonas no bronceadas que asoman detrás de prendas de ropa de la última colección de Charles de Gaulle para H&M. París empieza su vida real.
*Este texto está en parte inspirado por extractos de «Slaughterhouse-Five: Todo esto pasó, más o menos», de Kurt Vonnegut. «Debería» no significa que se deba tomar en serio.
Translated from „Lśnienie” sierpniowego Paryża