París: Los sueños de un sirio a todo color
Published on
Translation by:
Emanuel Nevárez PagánOs presentamos el retrato de un inmigrante y pintor sirio que 10 años después de haber planificado su exilio a Francia, dibuja la trayectoria de sus compatriotas en el interior de un "café de los revolucionarios" parisino.
Según las Naciones Unidas, más de 200 millones de personas residen actualmente fuera de su país. Es decir, el equivalente a 3% de la población mundial. Todos los países del mundo, sin ninguna exepción, están preocupados por estos movimientos poblacionales. El destino escogido por los inmigrantes, o los países que reciben a estos, varían de acuerdo a la persona. Sin embargo, la mayoría de estos movimientos migratorios se presentan en las mismas regiones. Los países fronterizos son los que más se preocupan por los desplazamientos producidos en sus países vecinos.
Un mundo en color
Generalmente, los inmigrantes que abandonan su país desean escapar de su realidad actual o perseguir su sueño de una vida mejor, un deseo fomentado por un imaginario atormentado por mitos más o menos antiguos. Ese es el caso de Firas, "comandante a cargo" del Bistro Sirio en Paris. Diez años atrás, Firas tomó la decisión de vivir en la capital francesa por una simple razón: estudiar bellas artes, y más específicamente, pintura. En Damas, Firas estudiaba con la ayuda de un manual, representando los lienzos únicamente en blanco y negro.
Escogidos entre un centenar de candidatos, fueron tan solo una decena las persona que se beneficiaron de un visado para poder estudiar en Francia. "Mis primeros días en París los pasé viajando de un museo a otro y descubriendo los cuadros y lienzos en color. Yo había conocido los lienzos en blanco y negro solamente. Descubrí un nuevo mundo. Fue muy hermoso ver esto por primera vez. Fue como si se me hubiese quitado un velo que me impedía ver la belleza de las cosas", nos cuenta Firas.
Después de varios días de encanto, nuestro amigo sirio se tuvo que enfrentar a los primeros problemas que afectan la vida en una ciudad como París. Además de estos problemas, Firas hizo frente a otras vicisitudes adicionales. "En el 2010, yo estaba en la facultad y tuve un accidente de moto que me obligó a descansar durante tres meses en casa", me explica. "El problema es que yo tenía que presentar una tesina final, claro que me vi obligado a aplazarla. Y el año siguiente, se me negó la renovación de mi permiso de residencia y me enviaron un OATF (Obligación de abandonar el territorio francés)".
Firas se vió obligado a conseguir un abogado pero sobretodo se le prohibió de ejercer un trabajo durante once meses: una eternidad en una capital cuyo coste de vida destaca por ser uno de los más caros de toda Europa. "¿Por qué 11 meses?", aún se pregunta Firas en voz alta. Es en realidad el tiempo que le tomó presentar una petición pero sobretodo, el tiempo que toma esperar la respuesta del tribunal. "Luego, me concedieron un permiso de residencia de un año como estudiante", continúa. "Una respuesta normal, pues vieorn que había aprobado mis cursos y con buenas notas. ¡Vaya, que me apliqué en los estudios!".
El 'café de los revolucionarios'
Firas consiguió su maestría, preciosa semilla para obtener un permiso de residencia digno de este nombre. Si bien su vida logró tener un final feliz, el sirio no olvida la suerte de sus compatriotas, tomando en cuenta la situación actual de su país, de todos esos "arquitectos y médicos que han sido obligados a huir a causa de la guerra en búsqueda de una mejor vida", indica.
Igualmente conocido bajo el nombre de "Café de los Revolucionarios", el bar sirio donde él trabaja es también un asilo para los inmigrantes sirios que, según él, "llegan por centenas". Un lugar donde los sirios en París pueden reunirse y celebrar la libertad que también está grabada en las paredes, transformadas en pizarras gigantes para todos aquellos que tienen algo que decir.
ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DE UNA EDICIÓN ESPECIAL DEL PROYECTO "EUROMED REPORTER" INICIADO POR CAFÉBABEL EN COOPERACIÓN CON SEARCH FOR COMMON GROUND Y LA FUNDACIÓN ANNA LINDH.
Translated from Paris : les desseins d'un migrant syrien