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Osos, patines y faldas: así decimos fiesta en Europa

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Torre de BabelLifestyle

El lenguaje es un organismo vivo que refleja la personalidad de cada sociedad. La noche es una suerte de tradición litúrgica para todos los jóvenes, ¿cómo nos referimos a la fiesta en nuestro idioma nativo? La jerga nunca ha sido ajena a nuestras tradiciones.

Salir de fiesta es un lenguaje universal o eso intentamos creer los jóvenes. Al menos cuando estamos fuera de nuestro país. Mezclamos idiomas, inventamos términos y, sobre todo, nos preocupamos por aprender las palabras más útiles en la vida real: los insultos y palabras malsonantes. Todo lo que haga falta para poder socializar un poco, divagar sobre la vida y sentir que formamos parte de un proyecto común. Es posible que la fiesta haya hecho más por la cohesión europea que todos los europarlamentarios juntos.

Sin embargo, el propio concepto de fiesta no siempre es tan sencillo de entender. Las celebraciones dicen mucho de una comunidad y cada lenguaje tiene su propia manera para referirse al festejo. Estas expresiones y juegos de la palabras permiten que la lengua, como ser vivo, no solo sea una mero mecanismo comunicativo, sino también una herramienta culural, una radiografía de la sociedad. Aunque, al mismo tiempo, nos limita a los extranjeros, que nos volvemos locos intentando entender lo que nos quieren decir.

Cuando los colores son la clave

Una expresión inglesa histórica para referirse a salir de fiesta es "paint the town red" (pintar el pueblo de rojo). A primera vista nada no se encuentra ninguna relación directa con el desaforo, la nocturnidad y alevosía. A lo sumo, lo único que nos puede llamar la atención es la elección del color rojo, que ya indica que nada bueno va a pasar. Como es habitual en la tradición hablada, resulta complicado separar el mito de la realidad y es poco menos que arriesgado decretar un origen.

La leyenda más extendida data de 1837, cuando el Marqués de Waterford y unos cuantos amigos en teoría pasaron una noche en el condado de Melton Mowbray, se les fue todo un poco de las manos y terminaron por pintar de rojo varios edificios de la ciudad. Lo normal en un sábado noche. A pesar de que existan ciertos documentos que permiten acreditar la teoría, esta sigue siendo discutida y rechazada por otros académicos. El conocido Morris dictionary of word and phrase origins, sitúa el origen de la expresión en la ciudad india de Jaipur. No obstante, tal y como explica este artículo, no puede decretarse con total certeza el origen de esta expresión.

También es muy curiosa la expresión española "irse de picos pardos". En este caso sí que es más sencillo encontrar el germen. A mediados del S. XVIII, durante el reinado de Carlos III, las faldas de cuatro picos era una prenda muy extendida en la moda femenina. Desde la corte se exigió que las prostitutas vistieran con colores oscuros para que los hombres supieran las diferencieran de otras mujeres y no se sobrepasaran con aquellas que no lo fueran. Por fortuna, esta normativa ha desaparecido en el marco legal español, no existe ninguna ley que regule la vestimenta de las mujeres y mucho menos por este motivo. Sin embargo, la expresión sigue viva y se utiliza para referirse a salir de noche, aunque ha perdido gran parte de la carga sexual y es igual de utilizada por hombres y por mujeres.

Nunca sobre ruedas

No sabemos si en Polonia se toman en serio lo de "no bebas si vas a conducir", lo que si que parece claro es que no les gusta ir sobre ruedas cuando la noche se pone seria. "Odpinamy wrotki" viene a significar patines fuera, pero no hablamos de cualquier tipo de patines. Wrotki es una palabra que solo define a los clásicos patines quad, los de cuatro ruedas en paralelo dos a dos. Lo dicho, no todo vale en la noche polaca.

Lo que también merece ser objeto de estudio es la asombrosa capacidad de los alemanes para utilizar animales en sus expresiones. En este caso, hablamos de "Hier steppt der Bär", que traducido al español sería "Aquí está el oso". Al igual que en otras tantas expresiones, no se tiene claro cuál es el origen. Esto no implica, sin embargo, que para un extranjero resulte muy inquietante asociar la fiesta con la imagen de este imponente, pero entrañable mamífero.

Bonus track: palabros, jerga y expresiones viejunas

El verlan, jerga oficiosa de los jóvenes franceses, tampoco escapa de mundo de la noche. Para decir "faire la fête" se puede recurrir a "faire la teuf", producto de invertir el orden fonético de fête. En cambio, en el sur también es habitual oír la palabra "chouille". No todas las palabras son actuales ni los han popularizado los 'millennials'. Las generaciones anteriores también supieron disfrutar de la noche y utilizaron sus propios términos que han envejecido junto a quienes los popularizaron. El francés más añejo recuerda con nostalgia la "bamboula".

También de origen francés es la palabra española "bureo". Apenas utilizada en la actualidad, resulta muy curioso que se utilice para hablar de fiesta un término que procede de "bureau" (despacho). Pero la más nostálgica, y quizá la fiesta donde más parejas hayan empezado su andadura amorosa, es en el "guateque". Muy popular en las décadas de los sesenta y setenta, en estos encuentros de amigos los refrescos, licores y canapés se consumían al ritmo que marcaban los vinilos.

Muy tradicional también es el término italiano "baldoria". Aunque si tenemos que señalar una expresión que se haya popularizado en los últimos tiempos, esta no es otra que "si sboccia" (cuyo significado podría ser florecimiento). Gran parte de la culpa de su generalización quizá la tenga el youtuber italiano Gordon y su ¿canción? "Si sboccia poveri"