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Operacion espionaje ambiental

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Cierto, GMES es el hermano pobre de Galileo. Pero, con él, la previsión de las catastrofes naturales será más precisa que un reloj suizo.

Del 26 al 28 de noviembre del 2003 se celebró en Baveno, Italia, el 4° forum sobre el GMES, el programa europeo de monitorización ambiental vía satélite, que debería ser operativo para el 2008.

La iniciativa viene lanzada conjuntamente desde la Comisión Europea y desde la ESA (Agencia Especial Europea) tras el convenio obtenido, siempre en Baveno, en mayo del 1998. La conferencia –en la cual participaban los representantes de las agencias nacionales de los estados europeos, la ESA, la UE y los representantes de la industria espacial europea– analizaba la necesidad de abastecer a Europa de un sistema de monitorización del ambiente para comprender y anticipar los problemas ambientales más apremiantes como el agujero de ozono, el efecto invernadero, la polución, desertización y el aumento del nivel del mar. El 2004 representa un momento crucial para el GMES porque en breve empezará la fase de realización del programa.

De Kyoto a Elba: multilateralismo y precaución

El contexto es propicio. La inquietud frente a los cambios ambientales causados por la acción del hombre, en efecto, es cada vez más grande. Basta con pensar en algunos fenómenos preocupantes como la reducción del 10% de los glaciares, el aumento del nivel del mar de 0,1/0,2 metros en el siglo XX y la extensión generalizada de la desertificación.

La conferencia de las Naciones Unidas sobre el ambiente y su desarrollo en 1992 reconoció que la situación ambiental está influida por el crecimiento demográfico, los niveles de renta, la tecnología de producción y los modelos de consumo. El calentamiento global de la atmósfera y los fenómenos ambientales derivados (aumento de las lluvias en algunas regiones y de la temperatura en otras) tendrán consecuencias para millones de personas.

La iniciativa GMES propone crear las bases que permitan una mayor vigilancia y comprensión de esos fenómenos en los países europeos. Para prevenir tanto aquellos cambios ambientales a largo plazo, a menudo objeto de tratados internacionales, como las catástrofes naturales. GMES no es, por tanto, un programa espacial sino que se integra en un complejo de actividades con el objetivo de demostrar la aportación de la tecnología espacial al estudio del ambiente. Una de las prioridades del manifiesto de Baveno era justamente controlar el respeto de los acuerdos asumidos en el marco del Protocolo de Kyoto en aplicación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el control del cambio climático.

Los satélites de la ESA han demostrado la utilidad de sus instrumentos tanto en la gestión oportuna de las catástrofes naturales como en el estudio de los fenómenos ambientales. Han aportado, por ejemplo, la cartografía del territorio damnificado tras el terremoto en Argelia o durante la inundación de Elba, y también han estudiado fenómenos como el agujero de la capa de ozono o El Niño.

Competición con EEUU

La iniciativa GMES y el programa Galileo representan actualmente los dos pilares de la estrategia espacial europea. La iniciativa responde a la voluntad demostrada por la UE de desarrollar capacidad técnica independiente en numerosos campos. La problemática ambiental influye en las políticas que deciden en todos los niveles institucionales, en el sector de transportes, de la energía, de la industria, de la agricultura y de la gestión del territorio. Se revela, por tanto, fundamental para Europa, garantizarse un acceso independiente a la información.

Los principales motores de la iniciativa, la ESA y la UE, están concretando el proyecto a través de la aprobación, por parte de la ESA, de un programa, el GMES Services Element, que dispone de un fondo de 83 millones de euros y gracias a la inclusión del GMES en el VI programa marco de la UE para la creación de un espacio europeo de estudio.

Europa inicia con GMES una nueva forma de cooperación basada en compartir la información entre los proveedores (ESA, EUMETSAT, centros de búsqueda, agencias espaciales nacionales) y usuarios (protección civil, organizaciones internacionales, instituciones políticas). La iniciativa asume una importancia mayor hoy ya que la posición europea, en relación con el tratado de Kyoto y las políticas ambientales, se contrapone a las políticas estadounidenses. Pero los puntos a discutir son todavía muchos y ponen en duda la verdadera voluntad del Viejo Continente de proseguir con la iniciativa. Sería un verdadero pecado. Está en juego la independencia europea.

Translated from Operazione spionaggio ambientale