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OPA a Endesa: negocio redondo para sus accionistas

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Política

Enel y Acciona prevén notificar su oferta por Endesa ante la Comisión Europea el 1 de junio. En 25 días, la Comisión debe resolver.

Se avista el desenlace de la llamada “batalla por Endesa”, la empresa eléctrica más importante de España. Compañías españolas, italianas y alemanas han peleado con uñas y dientes por hacerse con el suculento pastel. Antes de finales de junio sabremos qué pasará con la oferta de compra lanzada conjuntamente por la española Acciona y la italiana Enel sobre Endesa. Se prevé que la Comisión europea no se oponga a la operación, en tanto no se pondrá en peligro el suministro de energía de los consumidores europeos.

El 26 de junio es la fecha que pondrá punto y final a una de las adquisiciones que más interés han despertado entre los medios de comunicación en el último año y medio. Ahora bien, las sorpresas de última hora han sido la tónica general en estos 18 meses de drama de la electricidad.

Culebrón empresarial

Los movimientos empresariales ocurridos en torno a Endesa han sido como una partida de ajedrez. A los 6 meses de que Gas Natural, la primera empresa gasista española, lanzase en septiembre de 2005 la primera OPA (hostil) sobre Endesa por un valor de 22.549 millones de euros, la potente compañía alemana E.On apareció sobre el tablero de juego con idénticos intereses: una OPA por valor de 29.100 millones de euros.

Desde el primer momento, Manuel Pizarro, presidente de Endesa, se opuso a la compra de su empresa por Gas Natural, interponiendo recursos judiciales. Sin embargo, nunca puso pegas a la oferta competidora de E.On. De ahí que muchos supongan que E.On es un caballero blanco de Endesa para contrarrestar la OPA de Gas Natural. Tras una dura batalla en juzgados españoles, comunitarios y americanos (Endesa cotiza en Estados Unidos) y en los despachos de Bruselas, Gas Natural se rindió ante las mejoras de las ofertas de E.On, y abandonó la lucha el 2 de febrero de este año. Cuando parecía que todo estaba decidido, surgió por sorpresa la oferta de Acciona y Enel por un valor de 43.408 millones de euros, que desató de nuevo la furia de Pizarro, y que acabaría por retirar a E.On de la batalla.

Ahora bien, la historia tiene final feliz. Las acciones de Endesa se cotizaban a 19 euros por acción al comienzo de la historia. Hoy, 18 meses más tarde, se han revalorizado hasta los 41 euros. Una gallina de huevos de oro para sus accionistas. Además, las tres empresas (Acciona, Enel y E.On) han llegado a un acuerdo y parece que ninguna ha salido perdiendo. A cambio de hacerse con los activos de Endesa en el resto de Europa, E.On ha retirado los recursos judiciales presentados contra Acciona y Enel, dando así vía libre a su oferta.

Políticos hasta en la sopa

Ahora bien, esta historia no sólo tiene una vertiente empresarial, sino que viene acompañada de consideraciones políticas. Tras la OPA de E.On, el Gobierno español modificó la normativa nacional para que la Comisión Nacional de la Energía pudiera imponer obstáculos a la misma. Esa norma está hoy en los despachos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, considerado por la Comisión europea como contraria a la libre circulación de capitales, una de las libertades básicas de la UE. Estos movimientos proteccionistas a favor de la OPA de Gas Natural por parte del gobierno español podrían estar justificados no por la protección del consumidor español para garantizarle el suministro de energía, como se ha hecho creer, sino por intereses económicos más complejos.

Reuniones al más alto nivel han acabado decidiendo los designios de Endesa, en lugar de habérsele concedido este poder decisorio a sus accionistas. Los gobernantes de los países a los que corresponden las empresas involucradas (Merkel, Zapatero y Prodi) no parecen creer en las reglas de libre competencia que rigen los tratados de la UE ni en las teorías de Adam Smith que afirmaban que los mercados se regulan por sí mismos.

Comportamientos del tipo “yo te doy, si tú me das”, siguen estando vigentes en una UE de 27. Apenas un par de semanas después de una reunión mantenida entre Zapatero y Prodi, Acciona y Enel lanzaban la tercera OPA del culebrón sobre Endesa (tras las de Gas Natural y E.On), desbaratando los planes de E.On sólo tres días antes de que se hiciera efectiva su oferta de compra. Este amiguismo italo-español puede ser un quid pro quo que acabe desbloqueando la fusión entre Abertis (empresa española de gestión de autopistas) y Autostrade, su homóloga italiana, pero también una participación de Telefónica España en Telecom Italia, toda vez que la multinacional española le ha vendido al holding de Silvio Berlusconi la empresa de producciones televisivas Endemol y que Fininvest (de Berlusconi) acaba declaró el 23 de mayo que ya no quería invertir en Telecom Italia.

¿Quien se acuerda de los consumidores europeos?

¿Hasta qué punto se benefician por operaciones de este tipo los consumidores? La importante dependencia energética de fuentes externas, principalmente del gas ruso y del petróleo, ponen en evidencia la escasa capacidad de Europa de autoabastecerse de energía. Operaciones de este tipo no son la panacea para solventar este problema. Sin embargo, sí pueden favorecer la posición negociadora de las empresas para obtener, por ejemplo, mejores suministros de gas o para ampliar su capacidad de producir energía mediante inversiones. Aunque el endeudamiento provocado por la compra una empresa del calibre de Endesa podría entorpecer las inversiones a corto plazo.