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Oksana Chelysheva, el eco de Chechenia

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Periodista y defensora de los Derechos Humanos en Chechenia y su entorno, la subdirectora de la ONG Sociedad para la Amistad ruso-chechena habla sin tapujos sobre el recorte de libertades en la Federación Rusa y la actitud de la UE, transcurrido un año desde la muerte del líder checheno Alan Masjádov a manos de tropas rusas.

“Si un conflicto se abre desde el punto de vista informativo, estamos ya ante una premisa para su resolución pacífica”. Activismo periodístico en estado puro. Las palabras de Oksana Chelysheva son tan claras y contundentes como su mirada. “Nuestra misión es contar historias”. Violaciones de los derechos humanos. Desapariciones. Amenazas. Historias contra el olvido.

Desde el año 2000, en que ve la luz la ONG “Sociedad para la Amistad ruso-chechena”, la vida de Oksana se ha convertido en un peregrinaje incansable para denunciar la situación de la sociedad civil chechena y llamar la atención de la comunidad internacional. Irlanda, Reino Unido, Austria o Dinamarca, han sido algunos de los destinos de los últimos meses. Su visita a Sevilla el pasado mes de febrero coincide con el viaje oficial de Putin a España. Oksana nos atiende amablemente en un descanso entre las decenas de entrevistas que concede en apenas unos días.

Chelysheva se niega a que el conflicto checheno pase a engrosar la lista de los miles de “conflictos olvidados” que ya no están en el orden del día de los medios de comunicación ni de la comunidad internacional. La Agencia de Información Ruso-Chechena y el periódico Pravo-Zaschita (Defensa de los Derechos) nacen a la par que la ONG, con el propósito de ofrecer una alternativa de “información real” a la brutal campaña de propaganda oficial “que protagonizó la segunda contienda en Chechenia y aterrorizó a la sociedad civil”.

Todo ello desde Niznhii Novgorod, localidad donde tiene su sede la ONG. “Somos una organización multinacional. Desde Ingushetia, Osetia, Rusia o la propia Chechenia, nuestro trabajo consiste en recopilar información y hacerla pública”. Así de sencillo y así de complicado, porque “cualquier intento de publicar informaciones sobre lo que ocurre en Chechenia las autoridades rusas lo conciben como una amenaza para su existencia”, asegura.

Libertad de expresión contra represión

La respuesta del gobierno de la Federación Rusa al trabajo de la Agencia de Información Ruso-Chechena no se ha hecho esperar. Desde hace un par de años, la campaña de persecución y acoso a la Asociación ha tomado un viraje preocupante. Tras la estrecha vigilancia personal y teléfonica que sufren muchos de los miembros de la organización, con folletos amenazantes distribuidos en Niznhii Novgorod, la última vuelta de tuerca ha sido el procesamiento penal del redactor jefe del Pravo-Zaschita, Stanislav Dmitrievski. En un juicio celebrado el pasado mes de enero, al que se le vetó la entrada a representantes de organizaciones en defensa de los Derechos Humanos, Dmitrievski fue condenado a cuatro años de libertad vigilada. El “delito”: la publicación de dos artículos escritos por el ex-dirigente separatista checheno Aslán Masjadov y su enviado Ahmed Zakaev, en el que realizaban un llamamiento al Parlamento Europeo.

Para Oksana, “la persecución a las ONG por parte de las autoridades rusas es el tercer escalón en la estrategia de ataque a la sociedad civil. El primero ha sido el control de los medios de comunicación; el segundo, el ataque al mundo de los negocios, con el encarcelamiento de Jodorkovski; por último, las polémicas enmiendas a las leyes que regulan la actividad de estas organizaciones en Rusia”.

La ley fue publicada en el diario oficial Rossiiskaia gazeta el 17 de enero de 2006 y entrará en vigor en Abril. En virtud de esta ley, las autoridades podrán negarse a inscribir en el registro a cualquier organización de la sociedad civil cuyo nombre “ofenda la decencia pública o sentimientos étnicos o religiosos”. Además, tendrán poderes de inspección sin precedentes sobre las fuentes de financiación sobre los gastos previstos y reales.

“Las autoridades rusas temen a las ONG debido a las ‘revoluciones naranjas’ en Ucrania o Georgia y están decididos a acabar con cualquier reincidencia incipiente”. Para Chelysheva, el procesamiento de su colega Dmitrievski , constituye un “peligroso precedente”, pero ante todo un mensaje de cómo piensa poner en práctica el gobierno de Putin las polémicas enmiendas.

El caso ha merecido la aprobación de un texto por parte del Parlamento Europeo. En la “Resolución sobre la situación en Chechenia después de las elecciones y la sociedad civil en Rusia”, el Parlamento “manifiesta su preocupación por las informaciones que dan fe del acoso administrativo y judicial que padecen algunas ONG activas en Chechenia, fenómeno que forma parte, al parecer, de un proceso más general que amenaza la libertad de expresión y de asociación en la Federación de Rusia, e insta a las autoridades rusas a que pongan fin a este acoso”. Asimismo, “pide que se retiren todas las acusaciones contra Stanislav Dmitrievski e insta a las autoridades rusas a respetar la libertad de los medios de comunicación y de los periodistas”.

La necesaria implicación de la Unión Europea

Oksana subraya que el conflicto checheno “ya ha rebosado las fronteras de la república y se ha extendido a todo el Caúcaso Norte”, y lamenta la “tibia” actitud de la comunidad internacional en general y de la Unión Europea en particular. Chelysheva no duda en criticar el “cinismo” con que la comunidad internacional está encarando la situación de Chechenia, merced al peso de los “argumentos gasísticos”, utilizados por el gobierno ruso.

“Hay que formar una posición firme porque una Rusia inestable es una amenaza para Europa”, subraya. Oksana está convencida de que ya es hora de que la sociedad europea comience a “hacerse preguntas y a tomar conciencia de la situación”. La labor periodística es para Oksana Chelysheva un valiente ejercicio de compromiso social: el de poner la información al servicio de la democracia.