“Now.Here”, un viaje de Gales a Londres en un caballo de juguete.
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Irene Alonso PortaEn una odisea irónica, Aimee Corbett y Vanessa Hammick viajaron del centro de Gales a Londres en sus caballos de juguete, recopilando las historias de las personas que conocieron por el camino. Con su compañía de teatro, Drawn to Stars, tejieron estas aventuras para crear una obra de teatro.
Conversamos con ellas y con Ellen Jordan, (música del grupo) sobre el aislamiento social y sobre el arte de coleccionar historias.
Me reúno con Aimee, 27, Vanessa, 29, y Ellen, 23, en el Festival Fringe de Edimburgo, en agosto de 2012. Ha terminado la representación de Now.Here, una obra reflexiva y a la vez traviesa. Su compañía, Drawn to Stars, contó con escasos recursos, a excepción de una beca Taylor de 300 libras y de su colaboración con el teatro Willow Globe de Gales, donde también encontraron uno de sus caballos de juguete. Trabajaron con un presupuesto muy limitado, alojándose en casas de “couchsurfers” y de amigos de amigos, además de ofrecer talleres para financiar su viaje a Edimburgo. Dejando atrás las multitudes de estudiantes, artistas y turistas, nos tomamos un helado de Pimm’s mientras disfrutamos de las vistas de los emblemáticos peñascos de Edimburgo. Acompañadas por sus fieles caballos, las chicas se interrumpen constantemente, se replican unas a otras con tono firme pero cariñoso y con frecuencia estallan en risas.
Tiempo para jugar
La idea inicial surgió, en parte, de vivir en una época en la que el trabajo fuera de las grandes metrópolis era escaso. “Entonces trabajaba en Theatre Powys con Ian, que ahora es nuestro director”, explica Aimee. “Al teatro se le retiró la subvención del Arts Council of Wales y tuvo que cerrar. Me vi intentando ganarme la vida en el centro de Gales. Pero hay una gran falta de oportunidades laborales ¡sobre todo en teatro!” Se ríe de desesperación. “Empecé a pensar en Londres, en la historia Dick Whittington y en el cuento del ratón de campo y el ratón de ciudad. Hablé con Vee de estas ideas y se convirtió un modo de buscar nuestra fortuna".
“Algunas personas te dicen que no saben ninguna historia” dice Aimee “y tú les tienes que decir: claro que sí, toda tu vida es una historia”.
“Ese sentimiento actual de desarraigo está muy presente en Now.Here. Conocimos a muchas personas jóvenes y mayores que se sentían aisladas”. Dice Aimee. “Fue algo que me chocó. Ver y conocer a muchas otras personas que tienen la misma preocupación de intentar encajar en algún sitio te hace relativizar. Es algo generalizado, no es un problema solo de nuestra generación. Hemos tenido mucho cuidado, las historias que nos contaron nos emocionaron de verdad. Algunas historias son un poco extrañas, pero nos esforzamos en contarlas tal y como eran. Tendemos a juzgar muy rápido a la gente, pero se trata de personas muy humanas.”
Respeto
Vanesa está de acuerdo “Intentamos no imitarlos, ni representarlos como personajes, solo les dimos un ligero acento, de lo contrario, parecerían todos de Crooydon y del centro de Gales, como nosotras. No podemos convertir a esas personas en caricaturas de cartón piedra. ¡Los conocemos y muchos de ellos nos dan de comer!” Ellen asiente con énfasis. “Has compartido experiencias y no quieres traicionar lo vivido. La gente tenía que tener cierta confianza en ti”. Aimee añade: “A veces la personas revelan algo cuando no están seguros o se dan cuenta que se les ha escapado algo y se quedan en silencio o cambian de tema rápidamente. Teníamos que prestar atención a lo que era realmente importante para ellos. El nombre de la obra, Now.Here, tiene mucho que ver. En gran parte se trataba de aprender a estar presente en el aquí y en el ahora.”
“Me di cuenta de que había un patrón cuando la gente contaba sus historias” continua Vanessa. “Estabas escuchando y de repente entrabas en la historia, te implicabas y al final te importaba tanto como a ellos.” Hace una pausa para intentar encontrar la palabra correcta. “Era una cosa del momento. No sé si se cruzaba la frontera y se convertía en algo personal o si simplemente te dabas cuenta de lo que era importante para ellos. Eso es escuchar, ¿no? Dar a alguien el tiempo y el espacio y acompañarle en el presente”. Recopilar historias no siempre fue fácil. “Algunas personas te dicen que no saben ninguna historia” dice Aimee “y tú les tienes que decir: claro que sí, toda tu vida es una historia”.
“A veces, al conocer a alguien le contábamos una historia para dejar salir otras”, continua Vanessa. “Si yo contaba que conocimos a una mujer que teñía lana de colores, la gente nos decía “a mí me gustaba hacer tapices. Empecé cuando…”, y ya tenías una historia. “Conocimos a una señora que teñía ovejas, ¡quiero decir, lana!, me encantaba esa mujer. Yo me dejaba llevar por el lado de la ficción. A veces, para bromear, le decía a la gente que la señora alimentaba a las ovejas con las plantas que se utilizan para teñir y que la lana crecía de colores y después le enseñábamos las pruebas. Al final siempre les contaba la verdad, pero eso es lo que me gusta, la idea de los viajes de Gulliver.”
Fotos: principal (cc) Aimee Corbett en Facebook, en el texto: (cc) cortesía de Drawn to Stars; (cc) cortesía de Drawn Stars on Facebook
Translated from ‘Now.Here’: Hobby horse journey from mid-Wales to London