No es país para hipsters (todavía)
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Mélani Copoví Salazar¿Qué es lo que ocurre si un fenómeno de masas se difunde por un país con tradiciones culturales diferentes? Os mostramos un viaje por el mundo de los hipsters marroquíes de Casablanca, una juventud mucho más diversa y variegada respecto a la homologación cultural de los "colegas" occidentales. Las imágen nos lo cuentan...
La indagación de los hipsters de Casablanca surge hace mucho tiempo. En Europa es una verdadera obsesión: muchos ya los odian. Incluso hay quien tiene miedo de entrar en la categoría por llevar una camisa a cuadros o un par de All star y se desmarca inmediantamente de los "bigotudos presumidos". Hace tiempo que en Berlín, París y Londres se inició una cruzada contra la invasión masiva de un estilo que, atribuído a unos pocos, se ha convertido en poco tiempo en el fenómeno de moda predominante en las principales ciudades europeas y americanas.
Si este estilo ya forma parte de una realidad consolidada en Occidente ¿qué ocurre en países fuertemente ligados a la tradición como Marruecos? ¿Será difícil vestirse siguiendo las modas occidentales? ¿También allí ha llegado el mundo de las gafas gigantes, las bicis de piñón fijo y los pantalones de tiro alto? Echando un primer vistazo en Internet parece que sí. En Trip Advisor se puede encontrar incluso un local, el Art Club, conocido por ser el lugar de encuentro de los hipsters marroquíes. En Casablanca, la juventud que se observa es mucho más diversa y colorida respecto a la homologación hipster de Occidente. Los amantes del arte circense todavía llevan grandes bigotes, las camisas a cuadros aún te hacen "nerd" y la variedad de estilos de vida no tienen nada que envidiar a países como Italia, Francia o España. Vamos a verlo de cerca.
La noche de Casablanca se puebla de personajes de todo tipo: Saad @B-rock, uno de los locales más de moda de la ciudad.
Las wayfarer todavía son una prenda de la old school.
Los grandes bigotes aún pertenecen a los circenses. En la foto vemos a Snoopy, de la escuela de circo @l'abatoir.
EN BUSCA DEL ESTILO PROPIO
En los últimos 15 años la libertad de expresión en Marruecos ha dado pasos de gigante, sobre todo tras la sucesión de la corte real de Hassan II a Muhammed VI en 1999. Por este motivo, aparentemente, parece que vestirse de forma alternativa a la tradición o buscar un estilo propio y personal esté convirtiéndose en más fácil, a pesar de las dificultades que existen en un país en vías de desarrollo. Adquirir ropa no es fácil en un país en el que el sueldo medio aún ronda los 200€ y el coste de vida es comparable al español. En cuanto a la relación con la religión, la obligación de llevar el velo es ya un lejano recuerdo del pasado. Quien lo lleva lo hacer de forma libre y no por imposición.
Dani trabaja en TV y en la radio. No hay muchas emisoras que retransmiten música occidental, pero las pocas que hay son muy seguidas.
La influencia de Estados Unidos es muy fuerte en Marruecos. Parece que el "sueño americano" siga vivo aquí.
Taha: "No soy un hipster, aunque a veces me gusta vestir como ellos. Cada día cambio de estilo y los vecinos me miran como si fuese raro".
Caminando por la calle encontramos algún exceso de estilo.
MÁS ALLÁ DEL NIHILISMO
Hay quien sostiene que los hipsters han sustituído en Europa a los squatter, pero que, al contrario de estos, ignoran la política. En Casablanca, en cambio, el empeño y el interés civil están muy difundidos. "Queda mucho por hacer aquí, en Marruecos", me explica Ali, recién licenciado en lenguas, con un look reggae-style. "Hay espacios disponibles [como l'Abatoir] y cada vez hay más personas que pueden permitirse ir a conciertos y elegir qué música escuchar gracias a la red; los festivales musicales están llenos de personas de todo tipo, de hippies a hipsters, de heavys a raperos de diferentes estratos sociales. Y esta juventud tiene hambre de hacer y crear el nuevo Marruecos".
Ismael, jóven fotógrafo: "si llevas una camisa a cuadros y gafas grandes a la Universidad todavía te tachan de empollón".
El look retro imita al de los 70.
Las chicas, aunque se visten de forma occidental, son muy reservadas y difíciles de fotografiar. Aquí, Mary en la universidad.
Ali escucha rock y reggae y me cuenta que en los últimos años en Marruecos han surgido diversos festivales musicales, todos gratuitos. Los organizadores de eventos se están multiplicando. Hay una gran demanda de eventos culturales y musicales y la oferta poco a poco se está adecuando a la creciente demanda.
Así que, si buscáis un lugar lejano para ir de vacaciones con la bici de piñón fijo, bigotazos abrillantados y discursos autorreferenciales, habéis encontrado el destino perfecto. Casablanca no es, todavía, un lugar para los hipsters.
Este artículo forma parte de una edición especial dedicada a Casablanca y realizada en el marco del proyecto "Euromed Reporter", lanzado por CaféBabel en colaboración con I Watch Organization, Search for Common Ground y la fundación Anna Lindh. Pronto encontraréis todos los artículos en nuestra revista.
Translated from Non é un paese per hipster (ancora)