Niños negros en el cine: ¿promesa indie?
Published on
Translation by:
Eztizen Sánchez Montes¿Pueden las películas indie como Troop 491: The Adventures of the Muddy Lions cambiar el papel de los niños negros en el cine?
Hay muy pocas películas con preadolescentes negros como protagonistas, incluso en las llamadas "películas de negros". A las actrices negras parece irles bastante mejor en comparación, y es que ¿acaso existe un equivalente masculino a la trayectoria de Keke Palmer después de su éxito en Akeelah contra todos? Además, Hollywood parece haberse vuelto loco por Quevenzhané Wallis, la actriz nominada al Óscar por Bestias del sur salvaje, pero hay una increíble ausencia de actores negros infantiles que la acompañen. En los últimos años, jóvenes negros han formado parte del elenco de películas adultas minoritarias. LUV, protagonizada por Michael Rainey Jr., consiguió llegar a la selección oficial de Sundance 2012. O el londinense John Boyega en la película británica Attack the Block de 2011. Aun siendo una película brillante, Attack the Block se distribuyó en EE.UU. como para mayores de 17 años y en Reino Unido necesitabas ser mayor de 15 años para verla.
Aunque la prensa y los blogs le odian, Jaden Smith, hijo de Will Smith, es uno de los pocos jóvenes negros que consigue papeles en películas de mayor distribución. Por eso es tan relevador que Troop 491, la primera película del director afroamericano Patrick Ricks (también conocido como Praheme Praphet), de 29 años, trate las dificultades de un preadolescente de instituto.
Tristan Foster (representado por Kimani Coleman) es un chico de enormes ojos que vive en Richmond (Virginia) con su madre Gloria, que es enfermera. Vemos desde el principio que Tristan tiene problemas al carecer de un modelo masculino, y su madre casi tiene que arrastrarle para ir a la iglesia. Su único medio de escape es dibujar, el único hobby que tiene, pero no llega a ser un friki. De hecho, le da miedo ser etiquetado de friki.
Sus "amigos", liderados por su mejor amigo Cocoa Puffs (Chococrispis, representado por el actor King Hoey), suelen crear saludos propios y practican movimientos de pandilleros en un intento de distanciarse del resto de chicos. Durante la misa del domingo los boy scout reciben sus insignias en una ceremonia homilética y esto le da una idea a su madre: cree que los boy scout podrían salvar a su hijo. En este momento el guion de la película flaquea, ya que después de que Tristan robe caramelos de una tienda con los amigos, Gloria regaña a su hijo por "andar con una manada de lobos". Esta conversación es previsible y el director, que también es guionista, podría haberla pulido un poco más. Pero los niños no se darán cuenta, ¿verdad?
Para disgusto de Tristan, termina entrando a los boy scout y, predeciblemente, quiere que nadie lo sepa. Mientras, su lucha con el bien y el mal se fortalece. Las películas de este estilo pueden volverse ñoñas muy rápidamente, pero Praheme lo evita, ya que no esconde la deprimente realidad de la vida en los suburbios. El director, que se graduó en Cine por las universidades públicas de Howard y Florida, se ha tomado su tiempo para crear personajes complejos. Incluye un humor desenfadado para calmar el ritmo después de que Tristan presencie un asesinato y sus valores de boy scout sean puestos a prueba. Incluso hay un cameo de Daphne Reid, que hizo de Vivian Banks en El príncipe de Bel Air. Esta cinematografía realista pasa de provocadora a suave, con la excepción de las pesadillas de Tristan, que aparecen como si ocurriesen en tiempo real.
Al final, Tristan encuentra en sus diversos compañeros scout a su familia fraternal y llaman a su manada los "Muddy Lions" (Leones embarrados), mote que habría quedado mejor como título.
Durante la premier en el Instituto de cine británico había varias filas ocupadas por jóvenes negros de Londres. Al terminar la película estaban gritando de alegría, tirando del director para conseguir su autógrafo.
Praheme, que fue boy scout, dice que "Ser boy scout me ayudó a prepararme para la vida, me enseñó muchos valores y lecciones que aún conservo". "Si pudiese pasar esto a la siguiente generación…", reflexiona. "¿Quizá ayudaría a mejorar la vida de algunos de estos chicos?". Con un poco de suerte, sus sueños se harán realidad.
Troop 491 es divertida, entretenida y es fácil sentirse reflejado en ella. Es una película con la que seguro que todos los jóvenes que viven en las ciudades de Europa se pueden sentir identificados. Sin embargo, al preguntarle cuál fue su mayor dificultad como director joven y negro, su respuesta fue inmediata: "La distribución", dijo. "Es muy difícil hacer una película, pero es aún más difícil conseguir distribuirla para que la gente la vea".
Si Praheme consigue esquivar este primer obstáculo y Troop 491 consigue la atención que merece, puede que las historias de los chicos negros no sigan siendo ignoradas y estos puedan ir al cine a ver representaciones tridimensionales de ellos mismos en la gran pantalla.
Translated from Black boys in film: indie promise?