News World Summit: el futuro del periodismo se decide en París
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¡Qué vértigo de clics, vídeos, blogs y tuits! ¡Qué drama la caída de ingresos, la falta de seriedad, el reinado de Facebook! ¡Cuántas herramientas táctiles y portátiles y atractivas...! Stop. Las cabezas más pensantes del periodismo mundial se tomaron tres días para digerir y explicarnos, canapé en mano, hacia dónde va la profesión. Fuimos todo oídos.
La Sala de las Arcadas de Hôtel de Ville, parecida a la Capilla Sixtina con lámparas de araña, acogió entre mayo y junio la News World Summit, un evento de tan alto nivel que se nos pidió disculpas por no contar con el presidente de Francia, François Hollande, como anfitrión, y tener que conformarnos con el presidente del Senado, el alcalde de París y el fundador de Google News. Fueron tres días intensos: noventa conferenciantes de muchísimos medios, entre ellos la BBC, The Guardian, The New York Times, Le Monde o CNN (ni un solo medio español salvo LaInformacion.com), y una retahíla impresionante de portales, agencias, think tanks y fundaciones del mundo entero utilizaron sus mejores armas para explicarnos cómo lidiar con tanto internet, tanta tecnología y tanta crisis; una era en la que, como dijo el participante Leonard Brody (Clarity Digital Group): “Si no estás confuso, es que no estás prestando atención”.
Inmediatez, reposo
Krishna Bharat, fundador de Google News: “Hay que ser parte de la máquina cambiante, de los avances tecnológicos. (…) No basta con ofrecer contenido, hay que guiar en el contenido”
Espontáneamente surgieron dos bandos asimétricos: el de la papilla y el del ladrillo. Los defensores de la papilla dicen que el periodismo tradicional ha muerto; su soporte ya no sirve, huele a cadáver, a polvo, y hay que enterrarlo lo antes posible. Ahora toca fundirse con la informática y reducir los contenidos a una papilla nutritiva y fácil de consumir en todos los formatos posibles, en las redes sociales, la palma de tu mano o la tele del salón. La oferta es tan amplia que, para conseguir publicidad, el periodista pierde su aura y se inclina ante el espectador, que puede consumir la información que quiera, cuando quiera y como quiera a través de medios perfectos: atractivos, de calidad, gratuitos. Por eso, en palabras de Krishna Bharat, fundador de Google News: “Hay que ser parte de la máquina cambiante, de los avances tecnológicos. (…) No basta con ofrecer contenido, hay que guiar en el contenido”. Google posee un departamento llamado Google Jam que se dedica a tres cosas: innovar, innovar e innovar. Google es el Dios de la Papilla.
Esta concepción, donde los anglosajones van un paso por delante (The Guardian fue el único medio al que se dedicó una mesa redonda por su infinita interactividad; la BBC impresionó con sus planes para las Olimpiadas de Londres), ha desarrollado diques para no sucumbir a la inmediatez y la sobredosis; herramientas como el factchecking (departamentos dedicados a contrastar datos y declaraciones en tiempo real) o el data journalism (cualquier cantidad de información, esquema, archivo, mapa o concepto puede ser transformado en un grafismo capaz de explicarte cualquier cosa de un vistazo).
Edwy Plenel, presidente de Mediapart: “a las grandes empresas no les interesa el periodismo de investigación; no lo financian. Tampoco la televisión pública, cuyo director es elegido por el presidente”
Al otro extremo está el bando del ladrillo, menos numeroso, partidario del periodismo esforzado y firme, sombrero de pluma y garante democrático. Los del ladrillo dicen que, si quieres ver las costuras, si quieres aprender y asomarte a las cloacas, vas a tener que pensar, que sentarte a leer. Y también que pagar: si los medios viven pensando en conseguir publicidad, no serán independientes. Este bando tiene un capitán: Edwy Plenel, presidente del diario francés online Mediapart. “A las grandes empresas no les interesa el periodismo de investigación; no lo financian. Tampoco la televisión pública, cuyo director es elegido por el presidente”. Para él, la papilla es una amenaza, pues está diseñada para el instinto y la masa. Su modelo consiste en setenta mil suscriptores que financian un equipo de treinta periodistas que se toman su tiempo en investigar. “No es un periodismo para la audiencia, sino para el público. La gratuidad es destrucción”. El danés Mikael Jensen, presidente de Metro International, opina parecido: “La cuestión de la publicidad no es una transición, sino una caída. Es simple capitalismo: cuando la oferta tiende al infinito, los precios tienden a cero”.
Naturalmente, entre ambos polos hay todo tipo de mezclas. También se abordó el futuro del periodismo de investigación (en claro declive), el rol de la mujer a la cabeza de medios de comunicación (muy minoritario) o cómo mantener la ética en momentos crudos como la guerra Siria o la masacre de Oslo en 2011.
La hora del cortejo
A este tipo de eventos, cuya entrada sin invitación cuesta casi 1.700 euros, no se viene solo a impartir o debatir, también están los negocios, el networking: desplegar el plumaje y lanzarse a cortejar. Entre discurso y discurso corren los canapés y el champán, y surgen las jerarquías: los jóvenes se arremolinan en torno a los viejos; el público, sobre los conferenciantes. Las bromas fáciles siguen a las presentaciones, sudan las manos, y todos se esfuerzan en dar su tarjeta con elegancia. Si el cortejo tiene éxito, las parejas se distribuyen por un largo pasillo de ventanales amplios y doradas sillas reservado para las intrigas. Sentado en una de esas sillas, hasta el ser más anodino parece un monarca escuchando a sus sirvientes; automáticamente, el individuo sentado apoya el codo en un adorno barroco y sostiene la barbilla sobre el puño cerrado, como si meditase el destino del Estado. ¿Quién sabe cuántos planes vibrantes saldrán de tales reuniones?
Paralelamente a los powerpoint, los discursos, los turnos de preguntas y los negocios, se percibe un resplandor al fondo de la sala: son las tabletas, los teléfonos táctiles y treinta ordenadores Mac transmitiendo cada detalle en tiempo real.
Fotos: portada, (cc) TheGiantVermin/flickr; texto, cortesía de la página oficial de News World Summit (http://www.news-worldsummit.org/2012/); vídeo: (cc) PascalGibert/youtube