Mujeres en caravanas para frenar la despoblación rural en España
Published on
Desde los años 50, los pueblos de muchas regiones españolas han ido perdiendo habitantes en favor de las ciudades. Para remediarlo y consolar a los que se quedaron solos, una curiosa iniciativa viene desarrollándose desde hace décadas. Si Mahoma no va a la montaña… Las mujeres vendrán en bus
¿Es posible que el amor llegue en una caravana? Para muchos solteros de las zonas rurales de España es en este medio de transporte en el que esperan ver llegar a la mujer de sus sueños frente al éxodo rural y al envejecimiento de la población que sufren muchos pueblos españoles. A partir de los años 50, con el bum económico y la necesidad de mano de obra en las ciudades, fueron muchos los campesinos que abandonaron los pueblos y aldeas en busca de una vida mejor. Desde entonces, el despoblamiento rural no ha parado de aumentar: el 20% de la población española vive en el 80% del territorio y, en las últimas décadas, 3.000 pueblos ya han sido abandonados, casi todos en el centro del país que, a la excepción de Madrid, concentra uno de los porcentajes más bajos de habitantes por kilómetro cuadrado no solo de España, sino de toda Europa.
Como en el oeste americano
Para evitarlo, ayuntamientos y asociaciones de vecinos han puesto en marcha numerosas iniciativas, como el alquiler de casas en zonas rurales a precios muy bajos, la oferta de puestos de trabajo, o la acogida de familias inmigrantes. Entre estas iniciativas destaca la Caravana de Mujeres. La idea surgió en 1985 después de que un grupo de solteros del municipio de Plan, en la provincia de Huesca (al norte de España), viera la película estadounidense de 1951 Westward the Women (traducida al español como Caravana de Mujeres) que narra la historia de la repoblación del oeste americano durante la colonización, gracias al traslado de mujeres procedentes de Chicago. En Plan eran 40 hombres solteros frente a una única mujer soltera, por lo que decidieron poner un anuncio dirigido a mujeres de entre 20 y 40 años con fines matrimoniales. De esta iniciativa surgieron 33 matrimonios, lo que dio una nueva vitalidad al pequeño pueblo pirenaico.
Diez años más tarde, en 1995, Manuel Gozalo, junto con otros solteros de Segovia (provincia al norte de Madrid, con menos de 25 habitantes por km2, frente a los 781 de la provincia vecina y a los 92,6 del conjunto de España), deciden poner de nuevo en marcha esta idea y fundan ASOCAMU, cuyas siglas significan Asociación de Caravana de Mujeres. Hasta hoy, gracias a ellos, se han celebrado más de 50 caravanas y han surgido más de 100 matrimonios. Las mujeres que deciden participar son en su mayor parte latinoamericanas y llegan hasta el pueblo en el que se celebra el encuentro procedentes de Madrid. Estas reuniones suelen durar todo el día, comen todos juntos y después visitan la zona. Por la tarde, se organiza un concurso de baile y terminan la velada con una cena. Ellas pagan únicamente el transporte y ellos invitan a lo demás. Durante estas reuniones bailan, ríen y lo pasan bien. Las mujeres aseguran que sobre todo acuden para hacer amigos y para conocer lugares de España.
Aunque en la primera caravana no surgió ninguna pareja, Manuel Gozalo, presidente de ASOCAMU asegura que el éxito fue absoluto. “Me fui por Aravaca (distrito madrileño) y otras zonas de Madrid en busca de mujeres que quisieran participar, y fueron muchas las que se decidieron a apuntarse”. En la segunda caravana ya surgió una pareja que continúa su relación en la actualidad. Gozalo es el claro ejemplo de que las caravanas funcionan. “Yo conocí a mi mujer en la tercera caravana que organizamos. Me puse a hablar con ella, y seguimos quedando en Madrid. Al año ya estábamos viviendo juntos”.
Una historia de cine
Tras quince años, las caravanas siguen realizándose sobre todo en pueblos de Castilla La Mancha, Castilla León y Extremadura. Esta iniciativa, además, se ha visto reflejada en la gran pantalla de la mano de Icíar Bollaín en la película Flores de otro mundo (1999) que narra la historia de tres mujeres que deciden participar en una de estas fiestas de solteros, en la cual conocen a tres hombres de un pequeño pueblo de Guadalajara (provincia al este de Madrid).
El pasado 28 de noviembre, la pequeña localidad de Calzadilla de la Cueza, 55 habitantes y una desproporción entre hombres y mujeres, fue el último escenario de esta iniciativa. Gozalo afirma que es una utopía creer que van a terminar con la despoblación rural, sin embargo asegura que si existieran más asociaciones que hicieran lo mismo, sí podría mejorar. “De lo que se trata es de pasar un buen rato, y de conocer gente. Para acabar con el problema del éxodo rural haría falta poner en marcha otra serie de medidas, como la mejora de las subvenciones que reciben los ganaderos”, declara.
Las mujeres de toda España que no hayan encontrado el amor, ya lo saben, en la caravana de mujeres tienen la oportunidad de conocer al hombre de su vida. Y es que en las zonas rurales, muchas veces el amor va sobre ruedas.