Migración: ¡Se acabó la Dolce Vita!
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Belén Burgos HernándezGran enfado de Matteo Renzi en Bruselas el pasado jueves 25 de junio. "Si esa es su idea de Europa, pueden guardársela". Las explicaciones, a continuación.
Según el orden del día de la cumbre europea del pasado 25 de junio, los jefes de Estado tenían que encontrar un acuerdo con la Grecia de Tsipras, convencer a los británicos de Cameron de no salir de la UE y resolver la crisis de los migrantes. ¡Nada más que eso! Pero, finalmente, fue con el tema de la inmigración con el que al Consejo Europeo se le pusieron las cosas feas.
La esperanza de llegar a un acuerdo sobre la repartición de 40.000 refugiados presentes en suelo italiano y griego era palpable. Martin Schulz, el presidente del Parlamento Europeo, declaraba por la tarde su deseo de encontrar una respuesta solidaria a esta crisis sin necesidad de recurrir a votación.
Recordemos sin embargo que esta cifra, 40.000, equivale al 0,008% de la población europa. Un objetivo demasiado modesto cuando sabemos que el Líbano acoge a más de un millón de refugiados, es decir, una cuarta parte de su población.
Guerra de clanes
Ese jueves por la noche faltó la solidaridad europea. De hecho, hacia la medianoche se filtraban las primeras noticias: Alrededor de la mesa había dos clanes enfrentados.
Por un lado estaban los Estados miembros deseosos de encontrar una respuesta europea a esta crisis y que, apoyando la postura de Matteo Renzi y Jean-Claude Juncker, defienden la voluntad de crear una verdadera política migratoria común. También aspiran a reformar el Reglamento de Dublín, es decir, el proceso que determina qué Estado miembro de la UE (y sólo uno) será el encargado de examinar una determinada solicitud de asilo, independientemente del país en el que se haya solicitado.
Por otro se encontraban los Estados miembros (sobre todo los de Europa del Este) apoyados por el presidente del Consejo de Europa, el polaco Donald Tusk, que rechazan la propuesta de "asilo obligatorio" y se resisten a aceptar la idea de establecer cuotas. Durante la reunión, a la que no se invitó a la prensa, Tusk habría declarado: "los que no son demandantes legítimos de asilo no tendrán ninguna garantía de quedarse en Europa". Pero para determinar quién es "legítimo", ¿no habría que poder evaluar la miseria de la gente?
"Si quieren que sea voluntario nos apañaremos solos", replicó un Renzi furioso que, incluso dos semanas antes, amenazaba con ejecutar un plan B si se sentía abandonado por sus colegas europeos.
El tono entre los dos "clanes" se elevó hasta tal punto que Tusk, que como presidente moderaba el debate, dio la palabra a Cameron durante diez minutos para apaciguar la tensión… ¡a la hora de abordar el Brexit!
Un acuerdo no demasiado ambicioso
Tres de la madrugada: el movimiento en la sala de prensa indica que los jefes de Estado han finalizado las negociaciones. Renzi dedica tiempo a los periodistas: "El acuerdo que hemos alcanzado no es todavía demasiado ambicioso para nuestro gusto. Sin embargo, representa un primer paso que demuestra que no se trata solamente de un problema italiano o griego, sino más bien de un problema europeo. La UE, nacida de un ideal de libertad, democracia y valores compartidos, no puede ser la patria del egoísmo".
Este acuerdo se centrará en un mecanismo de repartición voluntaria, en los próximos dos años, de 60.000 demandantes de asilo, de los que 40.000 -sirios o eritreos- están ya en Italia y en Grecia. Aunque la medida de acogida "voluntaria" parece ser la predominante, Tusk asegura que todos los Estados, excepto Hungría y Bulgaria, que se beneficiarán de un estatus especial, están preparados para cumplir su deber de reubicación.
En rueda de prensa, Juncker (con signos de cansancio) declaró: "Cuando veo las dificultades que hemos tenido para llegar a un acuerdo que, seamos honestos, es muy modesto, se puede decir que Europa no está a la altura de sus ambiciones ni de lo que proclama en el exterior". Y añadió: "La sensatez no es una cualidad repartida equitativamente entre todos los Estados miembros". A buen entendedor...
Translated from Migration : la Dolce Vita, c'est fini !