Mi colocón, mis compras, mi vida
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Manu SánchezPodemos personalizar los objetos y experiencias de nuestra vida cotidiana hasta el más mínimo detalle. Diseñamos nuestros zapatos, nuestra programación en la tele. Todo gira en torno al yo, yo, YO. Aquí están las reflexiones imaginarias de alguien que vive en una sociedad distópica de un futuro que ha llevado el concepto de la personalización, el individualismo y las selfies hasta el extremo…
Llamaban narcisismo al individualismo. Llamaban egoísmo al quererse a uno mismo. Ahora lo consideramos necesario o normal. «Talla única» es la frase totalitaria más repelente que he escuchado en mi vida. Me da escalofríos, pero así eran las cosas antes.
MI CARA EN MI CAMISETA Y EN MI JERSEy
La gente iba a «tiendas» a «escoger» entre una pequeña selección de ropa prefabricada, diseñada según los gustos de otros. Había que meter con calzador tus propios deseos en el marco conceptual de otra persona. ¿Cómo podía alguien tener sentido de identidad individual, de uno mismo, cuando todos vestían igual? Cuando necesito ropa o quiero reconfigurar mi identidad me tumbo en la cama con el portátil encendido, echo la cabeza hacia atrás, abro los ojos, cierro la boca, o si eso la dejo un poco entreabierta para animar la cosa. Selfie. Guardar como. Entro en MiCompra.com. Los ajustes de cuerpo ya están guardados. Camiseta y jersey a juego. Comprar. Treinta minutos después llega por la trampilla para paquetes mi nueva imagen. Mi cara en mi camiseta y en mi jersey. Es tan yo.
Mi buen amigo Dave (que Dios lo tenga en su gloria) decía que «la selfie corrompe el que antes era el sagrado concepto del self o el yo». Decía: «Selfie. Self-ie. Es como si el verdadero yo se oscureciera lingüísticamente por medio de ese vulgar sufijo, del mismo modo que se oscurece como fenómeno por medio de esos amargados espejos que llamamos “amigos” (virtuales, por supuesto), cuyos “me gusta” sirven para dar validez a nuestra existencia y definir nuestro yo a través de nuestra selfie». «Vaya chorrada, Dave», le respondí. Y vaya si lo era. Ahora Dave está muerto y yo estoy aquí sentado, más contento que unas Pascuas con mi cara en mi camiseta y en mi jersey.
Dejando ATRÁS EL «MUNDO DE NOSOTROS»
Hay gente que sitúa el momento de ruptura –cuando dejamos atrás el antiguo mundo, el «mundo de nosotros»- en el momento en que se pudo parar la televisión en directo por primera vez. Fue entonces cuando nos vimos liberados de la obligación de vivir al mismo tiempo y a la par que otras personas. Al parecer, la gente se reunía antes, o más bien tenían que reunirse, a la misma hora –una hora fija- para ver un programa. Incluso parece ser que les gustaba. «Los Soprano a las nueve», decían con una sonrisa. En mi opinión, estar obligado a acatar un horario universal es la mayor opresión de todas. Ahora vivimos con MiTiempo y vemos lo que queremos cuando queremos.
No sé por qué pero hoy no paro de pensar en Dave. Dave, con su pequeña cabeza y gran presencia. Dave estaba como una auténtica cabra. Siempre decía que el propósito de la lectura era empatizar, experimentar el mundo desde diferentes perspectivas. «Vaya chorrada», le dije, y vaya si lo era. El propósito de la lectura no es entender a otros yos, sino disfrutar del propio yo. La gente leía antes los mismos libros. A veces, millones compraban los mismos superventas. ¿Os lo podéis imaginar? Ahora tenemos nuestros propios libros o, mejor dicho, tenemos MisLibros. No tengo más que entrar en Leeme.com y seleccionar el género y extensión que desee. Su sistema informático configura el argumento y los personajes idóneos para mí utilizando décadas de datos obtenidos de mis hábitos de navegación. Y no hay nada de esas tonterías de ponerse en la piel del otro: yo protagonizo mis propios libros.
IMPRIMO MIS PROPIAS DROGAS
Dave me decía que «la selfie es un síntoma de la soledad inherente a la condición humana». Insistía en que lo que pensábamos que era la cura él lo consideraba un síntoma. «Tomemos las vacaciones, por ejemplo», dijo Dave, mientras sus brillantes ojos negros se le salían de las órbitas. «Con las vacaciones entenderás lo que quiero decir. Antes todo el mundo se iba de vacaciones con los amigos. Era algo que uno siempre compartía con los amigos. Los que se iban solos de vacaciones sentían soledad. Ahora todos se van de vacaciones solos pero no sienten soledad porque pueden compartirlas con los amigos que no están ahí. Comparten la selfie con un cañón o un canguro y los “me gusta” no paran de subir y es como si sus amigos estuvieran con ellos. Son estos “me gusta” los que dan validez a su existencia y eliminan la soledad de una experiencia solitaria no compartida con nadie». «Vaya chorrada», le dije y vaya si lo era. Ahora Dave está muerto y yo estoy aquí, recién llegado de unas estupendas vacaciones solo que he compartido en su totalidad en MisVacaciones con mi cámara de selfies.
Dave hablaba mucho de ir a las raves a la salida de la M1 y sentir el amor y compartir todos las mismas drogas y la misma música. «Las miradas perdidas y la armonía flotan en el ambiente», decía Dave. Le encantaba el sentimiento de comunidad. No se me ocurre nada más espantoso. Ahora cuando me quiero colocar no tengo más que entrar en MiColocón. Pongo mi estado de ánimo actual y mi estado de ánimo deseado y ya está, no hay más preguntas. Cuantas menos preguntas haya, mejor. Responder a preguntas deja mucho margen al error humano. La fórmula química se calibra fundamentalmente a partir de décadas de datos de navegación almacenados sobre mí. A menudo se trata de un compuesto totalmente nuevo, sólo para tu cerebro. En el plazo de treinta minutos tienes TuColocón, o mejor aún, lo puedes imprimir inmediatamente con una impresora 3D de compuestos químicos. Ahora imprimo mis propias drogas. MiColocón. NuestroColocón ni siquiera tiene ritmo. Aquella época en la que todos se metían las mismas drogas, para todos lo mismo, las mismas drogas para todos los cerebros, aquella época debió de ser horrible. Con razón pillaban tantos colocones malos.
No sé por qué no paro de pensar en Dave. Ya hace tiempo que murió. Se suicidó por falta de amor propio. Eso nunca me pasará a mí.
Este artículo forma parte de dossier sobre el Narcisismo de Cafébabel. Hay cinco artículos más en esta serie.
Translated from My High, My Buy, My Life : Dystopian Dreams