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Metro de Sevilla: un niño que aún usa pañales

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Sevilla

1968: Europa asiste cariacontecida a la “Primavera de Praga” y al “Mayo francés”, en Sicilia un terremoto causa 231 muertos y en España muere la primera persona a manos de la banda terrorista ETA. El mismo año Sevilla queda embarazada del metro, un embarazo de 41 años. , estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Pablo de Olavide.Adrián de la Rosa *¿Qué ha pasado?

¿Cómo es posible que las distintas administraciones se hayan dormido en los laureles durante tantos años? ¿Es que acaso no fue suficiente una Exposición Universal? Los sevillanos de nuestra generación y la anterior llevamos toda la vida escuchando hablar del metro, que nunca llegaba. Algún político con pocas luces puso la excusa tonta de que en Sevilla no habría metro porque hay mucha humedad debido al Guadalquivir. Los sevillanos no somos tontos; ¿acaso no hay metro en Nueva York siendo ésta una isla? ¡Incluso en Ámsterdam y Berlín con sus incontables canales!

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Si tenemos que poner una medalla a los actuales dirigentes sevillanos y andaluces es que no han “sobreinaugurado” el Metro, ya que es una vergüenza la tardanza de los proyectos, las obras y los sucesivos cambios de fecha para su estreno. Pero además espero que tengan claro que Sevilla apenas tiene metro, sólo está empezando a disfrutar de su niñez. Un metro es un proyecto de futuro que nunca acaba, debe ser dinámico y flexible, debe crecer a medida que va creciendo la ciudad y nunca alcanza la vejez porque no puede morir nunca.

En Europa encontramos varias ciudades con un tamaño parecido al de Sevilla y que tienen metro con varias líneas desde hace muchos años: Praga (1974, 3 líneas), Lisboa (1959, 4 líneas), Estocolmo (1950, 3 líneas ramificadas) o Helsinki (1 línea, 1982).

El Metro de Sevilla quedó por fin estrenado al final de la pasada cuaresma, cuando Sevilla entera se acicalaba para su Semana Santa. Al principio pareció no disgustar a casi nadie (menos mal). Pero aún quedan muchos sevillanos fuera de su alcance, muchos barrios desconectados de esta primera línea y por eso no hay que dejar pasar el tiempo, hay que poner más fuerza y empeño en la construcción de nuevas líneas y estaciones, además de completarse con más trenes de cercanías y una buena red de tranvía (la línea actual del tranvía es ridícula).

Tampoco deja de alarmar la desidia de algunos políticos de ámbito regional y local de no comunicar a los ciudadanos que parte de su proyecto estrella anunciado a bombo y platillo ha sido financiado por fondos europeos. Por ejemplo, la cuantía del proyecto para la Línea 1 del Metro de Sevilla cuando se reiniciaron de nuevo los planes eran de 350 millones de euros (posiblemente esa cifra se haya duplicado o triplicado finalmente). De todo este dinero, el BEI (Banco Europeo de Inversiones) hizo un préstamo a la Junta por valor de 260 millones de euros, dinero que podrá devolver durante 30 años. Dicho dato es muy significativo y ni siquiera aparece en la página oficial de Metro de Sevilla. Para crear conciencia europea hay que empezar por ahí, por informar a los ciudadanos cuánto nos influye la Unión Europea, tanto en la vida cotidiana como en los proyectos que cambian una ciudad o región. Desgraciadamente parece que hay intereses ocultos que obstaculiza dicha comunicación entre la UE y los ciudadanos.

Aún así, entre tanta inapetencia es posible deslizar una brizna de esperanza. Aún soy joven, aún somos jóvenes, pero esto, obviamente, es algo que se nos pasará con el tiempo. En su “Guerra de las Galias” Julio César apostillaba que toda persona acaba pareciéndose a lo que los demás piensan de él. Quiero creer que si entre todos nos imaginamos una ciudad, Sevilla, decididamente europea, donde se apueste por la movilidad sostenible y por el transporte público de calidad y efectivo, tal vez entonces nuestra ciudad termine pareciéndose a lo que esperamos de ella. Así, algún día, Sevilla se sentirá realizada. Pensemos en ello.