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¿Matrimonio para todos? Para partirse de risa, ¿no?

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Story by

Thomas LEY

Translation by:

Alba Carvajal

SociedadPolítica

“Nos casaremos con vuestras novias”, declaraban varios gais estadounidenses en un vídeo que está volviendo loco a todo el mundo. El tema del matrimonio para todos está sin duda de moda en el mundo occidental. En Francia, ya sea cada vez que se enciende la tele, los domingos con la familia o en la sala de espera del médico solamente se oye hablar de ello.

Y para rebajar la tensión, lo hacemos esta vez con humor.

Con motivo de la reelección de Barack Obama, los estados de Washington, Maine y Maryland han aprovechado para aprobar mediante referendos el matrimonio entre personas del mismo sexo. Unos días después, un vídeo en el que varios homosexuales afirmaban que, si los heteros no apoyaban el matrimonio entre personas del mismo sexo, se casarían con sus novias había dado ya la vuelta a la red. Para que les tomen enserio, enumeran sus ventajas: visten y cocinan mejor, saben entender a las mujeres, también les gustan las galerías de arte… El quid de la historia es que los gais están haciéndoles un verdadero favor a los heteros, evitándoles la competencia desleal, y que, a cambio, merecen que su causa sea apoyada; de lo contrario, ¡su venganza será terrible!

Los argumentos son irrefutables y es evidente que el vídeo se ha elaborado en tono de broma, pero ¿muestran realmente la relajación y el humor la distensión de la sociedad estadounidense? Nada más lejos de la realidad.

Por su parte, Act Up-Paris había planificado antes de las presidenciales fijar carteles con mensajes tipo: “España legalizó el matrimonio homosexual en 2005 y el país sigue existiendo, incluso han ganado al fútbol” o “Islandia legalizó el matrimonio homosexual en 2012. El mismo año, el Eyjafjöll entró en erupción, pero por ahora no se ha establecido ningún elemento vinculante”. Se lanzó un reclamo para las donaciones, pero la campaña no pudo ser lanzada por falta de fondos. ¿Los militantes europeos LGTB no estaban de humor para bromas?

Recientemente en cafebabel.com: En esta Europa homófoba, nada une tanto como el odio.

En Francia, el debate al respecto no deja a nadie indiferente. Y no, el matrimonio para todos, como se llama en el proyecto de ley del Gobierno francés, no impedirá a las parejas heterosexuales casarse. Ni los niños adoptados se volverán todos homosexuales provocando así la extinción de la raza humana. Ni tampoco la cólera divina recaerá sobre el país. Todo esto no es más que humor y burlas, pensaréis… ¡Pues no! A veces, el repertorio de injurias contra este proyecto de ley por parte de sus detractores es tan chabacano que los partidarios tienen que utilizar esta clase de argumentos.

Podríamos reírnos de ello si no fuese un reflejo de una homofobia latente que gangrena una parte de la sociedad. En efecto, un senador francés ha sido hasta capaz de afirmar: “Es una de las razones por las que Grecia está en decadencia”. Declaración xenófoba además de homófoba. El caso es que en Grecia no está permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo, así que, ¿de qué hablaba? ¿Significaría eso que los griegos son todos homosexuales? Pero ¿por qué hace este debate perder tanto la cabeza?

François Hollande ha afirmado que este proyecto de ley es todo “un texto de libertad”.

¿Amplifica el contexto de ansiedad creado por la crisis actual esta división? Algunos pensarán que los dirigentes de los países implicados se aprovechan de este debate social para desviar la atención de los temas verdaderamente importantes. Al contrario, también se puede pensar que, en época de problemas, la gente vuelve a lo esencial y se plantea cuestiones más serias: ¿es la economía el único motivo por la que deberíamos luchar? ¿Cuáles son nuestros valores? ¿Qué modelo de sociedad queremos? ¿Es el matrimonio una institución fundamental? Unos responderán que quieren una sociedad más tolerante, más igualitaria, más justa; otros, que la familia tradicional y que la unión de un padre y una madre es la base de todo. Y a partir de ahí, sube la temperatura.

La crisis propicia las cuestiones sociales por la simple razón de que ese tipo de reformas no requiere ni un céntimo de dinero público. Una visión puramente económica llegaría incluso a recomendar la autorización de la eutanasia: esperemos que cuando el debate esté sobre la mesa, sepamos apreciar el humor negro. Mientras tanto, quien tiene que poner buena cara es la gente soltera. El matrimonio monopoliza tanto la atención que parece que son ellos los que van a salir perdiendo, preguntándose si el matrimonio será obligatorio para todos.

Imágenes: portada, © cortesía de la página oficial en Facebook de la película francesa Do Not Disturb; texto, loungerie/Flickr. Vídeo: (cc) collegehumor/YouTube.

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Translated from Le mariage pour tous, hilarant n’est-ce pas ?