Marrakech: la Perla del Sur africana
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Marrakech se extiende en un tapiz rojo para recibir a los visitantes de una de las ciudades más cosmopolitas del Norte de África. Con cerca de un millón de habitantes, se presenta como una ciudad moderna aunque anclada en una época anterior que intenta disimular su desfase de cara a la galería.
El aperturismo del régimen de Mohammed VI ha permitido un cierto despegue de Marruecos, sobre todo, en el seno de sus ciudades clave: Rabat, Casablanca, Fez y Marrakech
Marrakech emana un olor a cientos de especias. En el techo de la ciudad se condensan aromas que van desde el almizcle hasta la harissa, ingrediente imprescindible en todo buen cous-cous. Ningún rincón escapa a la mezcla de olores, no hay espacio neutro. En apenas unos metros, el olfato pasa de detectar tramos impregnados por un insoportable hedor a pieles poco curtidas a deleitarse con un manto de ricas fragancias naturales. En cualquiera de sus calles se puede encontrar una de las múltiples herboristerías con productos naturales para la curación de todo tipo de males. La medicina bereber es un icono de la cultura marroquí. Los dependientes, casi todos varones, explican al turista el proceso de elaboración de cada una de las fórmulas al tiempo que dan a conocer los beneficios, a veces milagrosos, que se derivan del uso de sus productos estrella.
‘La prisa mata, amigo’
Los marroquíes pasan las horas en las calles haciendo de las relaciones sociales el epicentro de su cultura. Al visitante occidental le resulta chocante ver cómo los habitantes de Marrakech no son presas del tiempo. Los lugareños no son esclavos de los relojes, realizan sus actividades sin que es el estrés nuble su salud. Con una personalidad a caballo entre la modernidad y la tradición, Marrakech abre sus brazos a todo tipo de turistas ya que el resultado de su paso conforma el motor que engrana su economía. Servicios y comunicaciones, seguridad e instalaciones, comodidad y confort se conjugan por y para el turista. De hecho, si el turismo desapareciera de la ciudad, el mantenimiento de Marrakech sería casi insostenible. Todo está diseñado para engatusar al visitante que es incapaz de no dejarse llevar por un modo de vida en el que él es el protagonista.
Los zocos: hervideros de gente
La actividad comercial se desarrolla en bazares instalados en cualquier espacio libre de una callejuela. Unos cuantos metros son suficientes para emplazar un improvisado negocio y ofrecer a los turistas y a los lugareños toda suerte de productos, la mayoría artesanales que se confeccionan en las faldas del Atlas. La medina se convierte en una feria humana durante toda la tarde y hasta la medianoche. Allí se pueden encontrar desde cuentacuentos, salas de apuestas, artistas de henna hasta domadores de cobras y macacos. Todo el mundo está invitado a participar en las actividades siempre y cuando esté dispuesto a pagar por los servicios prestados. Los turistas son los participantes más cotizados, los vendedores engatusan a los visitantes invitándoles a formar parte del espectáculo. Nadie escapa a los encantos de la plaza Jemâa El Fna, corazón de Marrakech.
Aventuras en el Atlas
Marrakech es más que un gran escaparate de objetos artesanales a buen precio. Sus alrededores constituyen parajes que invitan al contacto con la naturaleza. Las posibilidades deportivas que ofrece la periferia de Marrakech son inmensas. Los turistas que se instalen varios días en la Ciudad Roja, conocida así por el color de la piedra que deben lucir todas las casas y que entona a la perfección con la tierra del lugar, pueden realizar tours de montaña en los que podrán conocer de primera mano cómo viven los pueblos bereberes. Los visitantes podrán disfrutar de todas los atractivos de la ciudad por un precio económico. Y es que a Marrakech el nombre de Perla del Sur le viene como anillo al dedo.
Información útil
Cómo moverse
Algunas de las compañías low cost que conectan Marrakech con Europa son Ryanair (reservando con tiempo el precio de ida y vuelta puede conseguirse por 12 euros, incluidas las tasas) Easyjet y Vueling. Para moverse por la ciudad, el medio de transporte más económico y rápido es el 'petit taxi'. El precio es negociable pero lo habitual es pagar tres euros por vehículo y recorrido.
Dónde dormir
Los hay para todos los bolsillos. Pueden encontrarse hoteles de cuatro estrellas por 25 euros la habitación doble, incluido el desayuno.
Dónde comer
La oferta gastronómica es variada. En los bares y restaurantes suelen servir platos típicos marroquíes y recetas de las grandes cocinas internacionales. El precio de una comida oscila entre los cinco y los 12 euros. En la mayoría de establecimientos no sirven bebidas alcohólicas.
Dónde ir
Existen agencias de viaje que organizan excursiones para los turistas. No obstante, los taxistas ofrecen los mismos paquetes por precios inferiores. De esta forma, contratando los servicios de un ‘petit taxi’ el turista puede desplazarse al valle de Ourika, en las faldas del Atlas, por 30 euros (precio del taxi para cuatro personas). Los taxistas recogen a los turistas a las 9.00 de la mañana en el hotel y los llevan de regreso hacia las 18 horas.
Lugares con encanto
Las posibilidades culturales que ofrece Marrakech son inmensas. Todo viaje a la ciudad debe incluir la visita a la mezquita Koutoubia, el palacio El Badi, las tumbas saadíes, la plaza Jemâa el Fna, el palacio de la Bahía, el jardín de la Menara, el jardín Mayorelle, el museo de arte islámico y El Palmeral.
Fotos: Fotos: ©Shahram Sharif /Flickr y Clara Belda