Malta: el mejor maquillaje para un desengaño
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Desde los cruzados hasta la Segunda Guerra Mundial, Malta ha sido protagonista del sur de Europa. Hoy, colmada de teenagers que buscan aprender inglés sin nubes británicas, es el ejemplo de una labor extraordinaria de marketing turístico, pues sus maravillas sobre el papel se reducen a muy poco al pisar su tierra caliza.
Esta revista se ha sumergido en sus, eso sí, atracciones azules y advierte de una serie de aspectos al viajero.
1) El agua. Transparente, cristalina, azul turquesa e idónea para hacer snorkel, especialmente en sus lugares Blue que son 3 y muy explotados: Blue Grotto, Blue Lagoon en la isla de Comino y Blue Window en la isla de Gozo. Cuidado con la roca para acceder a estos parajes, se aconsejan chanclas cangrejeras y equipo completo de snorkel. Hay contadas playas de arena, pequeñas y masificadas.
2) Transportes. El único transporte público en la isla es el autobús de línea, cuyo monopolio lo tiene la empresa Arriva, palabra a los que los italianos sacan jugo al afirmar que hay veces es este autobús “non arriva mai” (no llega nunca). En lo que al precio respecta, bastante asequible, bono de una semana por 12 euros sin límite de viajes, pero si hablamos de frecuencia y conexiones, es otro cantar. Se recomienda siempre hacer trasbordos en las ciudades de La Valletta y Sliema, especialmente si se quiere ir a algún punto más alejado de estos dos núcleos urbanos. Los domingos especialmente el número de horas entre un autobús y otro de la misma línea puede superar las 3 horas, por lo que se sugiere taxi o alquiler de coche. Ojo con visitar Blue Grotto un domingo, nunca se sabe cuándo podrás volver a tu hotel….Conducción temerosa y peligrosa. Aire acondicionado provocador de faringitis y escasísima existencia de bicis por grandes cuestas y siniestralidad viaria.
3) Limpieza y seguridad. En todo momento el viajero se siente cómodo y tranquilo en todos los puntos de la isla. No se observa delincuencia. La limpieza en algunas calles deja qué desear por deshechos de perros y colillas en las playas, pero por lo general las zonas más turísticas están bastante limpias.
4) Comida. “Take away” o “Per portare vía”, bastante bien de precio. Una arancina 2 euros, porciones de pizza por menos de un euro, ensaladas. Si uno prefiere sentarse para comer carne o el escaso pescado del país de las grandes fortalezas, que prepare como mínimo 12 euros por plato.
5) La población. Suele ser muy amable, colaboradora y sonriente, la mayoría habla inglés y muchos de ellos también se defienden en italiano.
6) Turismo. Explotación extrema de los, literalmente, tres puntos de mayor afluencia de Malta, Blue Grotto, Blue Window y Blue Lagoon. Cuesta mucho trabajo ser independiente en Malta, o eres valiente para conducir por la izquierda, o estás irremediablemente condenado a formar parte de paquetes turísticos engañosos. Miembros de esta publicación han podido comprobar lo desesperante que es intentar ir libremente a las islas de Comino y Gozo. En la zona de Ferries de Sliema es donde, teóricamente, se cogen los Ferries para ir a estas islas, pues bien, es una trampa mortal…la única forma de acceder a esos islotes es cediendo al borreguismo turístico donde traslado en barco y autobús cuesta de media 35 euros para escasas 4 horas de visita y más de 3 de trayecto en barco más los traslados en microbus. Por más que nos empeñásemos en pedir información para ir por nuestra cuenta, nadie nos decía la verdad. Descubrimos uno de los últimos días de nuestra estancia que en el extremo noroeste de la isla hay un puerto con grandes barcos en los que la gente se traslada sin estar sujeta a banderitas y horarios ajustados.
7) Arquitectura. Monocromática. Piedra Limestone amarillenta por todas partes, cuesta distinguir en qué población estás dentro de la isla. Una piedra fácil de trabajar pero muy resistente, dato importante teniendo en cuenta que debido a la situación estratégica de Malta en medio del Mediterráneo las islas han sufrido multitud de bombardeos. Balcones y puertas de mádera ponen el punto de color.
Mdina-Rabat precioso, ciudad fortificada especialmente cuidada pero de nuevo, cuidado viajero, las catacumbas de Rabat son una estafa por 5 euros, en continua restauración. Cada pequeña población cuenta con mínimo dos iglesias, neoclásicas por fuera y barrocas en su interior. Cabe destacar la catedral de La Valletta, absolutamente espectacular. Todas presididas por el escudo de la gran orden de Malta, los caballeros de San Juan.
8) Fiestas religiosas. Absolutamente católicos, durante el mes de Agosto los fuegos artificiales y las esculturas barrocas salen a la calle con gigantes guirnaldas. Se puede observar mucha gente en misa, mucha devoción por parte de la juventud. Indicaciones en las puertas de las iglesias de cómo vestir para entrar en recinto sagrado, por lo que se entiende que en toda Malta esté prohibido hacer topless.
9) Aprendizaje del inglés. Si eres español o italiano, abstente de venir a Malta, no practicarás jamás inglés, demasiado paisano deambulando.
10) Zona de marcha. Saint Julian’s. Mucha discoteca, mucho niñatillo de entre 15 y 25 años, desfase de alcohol y otras sustancias. Si no te gusta la música estridente, igualmente, abstente y camina por el paseo marítimo, te sentirás un poco viejo por los acompañantes que encontrarás en ese lugar, pero, al menos, podrás oír las olas. Tras el paseo se recomienda alguno de los locales de la playa para tomar algo.
