Ma vie à deux balles : el universo de la supervivencia en francia
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Haidé CanósEstudiantes, parados, jóvenes trabajadores. Viven gracias a las buenas oportunidades y a las pequeñas ocasiones. Han eregido un sistema bien engranado: el sistema D. Un documental en línea, estrenado la semana pasada, propone adentrarse en el universo de la supervivencia entre los jóvenes. Instructivo y práctico.
Ha cambiado con la crisis la visión respecto a los jóvenes adultos? Cada vez se escucha menos el clásico discurso que evoca a “jóvenes consentidos" que desde pequeños han vivido como "reyes" y que lo quieren "todo y ahora”. El documental en línea Ma vie a deux balles (Mi vida con dos duros) dibuja, contra estos clichés, el retrato de 6 jóvenes que desean vivir modestamente: las ganas de compartir de cuatro amigas que viven en una casa grande, el deseo de naturaleza y simplicidad de una pareja que vive en una yurta, la necesidad de ayudar a los demás, vivir de su pasión, formar una familia...
La guinda al pastel
Algunos han ido a la universidad, otros ni han acabado el instituto. Jeanne, Morgan, Jeoffrey, Thibaut y los demás buscan su lugar dentro de la sociedad pero se enfrentan a la precariedad y a las dificultades de alojamiento, la comida y la salud. “No tenemos recursos económicos pero sin embargo, recursos, tenemos muchos!”, ironiza Jeanne. Con sus compañeros de piso, la estudiante de Clermont-Ferrand cultiva un pequeño huerto y busca en la basura, donde encuentra fácilmente objetos con los que decorar su casa y poner la guinda al pastel.
Para reforzar sus argumentos, en "Ma vie à deux balles" también ofrecen la opinión de expertos. Diouldé Chartier dirige un gabinete de estudios que ha creado un “observatorio del sistema D”. Gracias a él ha podido ver que a dia de hoy “los jóvenes empiezan en la vida sin pensar en ellos mismos, pero forman parte de pequeñas unidades en las que compartir y en las que hacer circular aquello que poseen y a lo que tienen acceso”. El hecho de compartir piso es algo habitual desde ya hace tiempo, sin embargo el concepto de viajar compartiendo coche está aún cogiendo forma. Las traperías, de ropa usada, sólo las utilizan los más desfavorecidos.
criar gallinas
Dentro de la supervivencia hay muchas tendencias. Por un lado, se encuentran quienes buscan reducir sus costes; como Jeoffrey, que vive en una residencia de jóvenes trabajadores, o Morgan, que vive en una yurta (tienda originaria de Mongolia, NdE) para pagar lo mínimo por el alquiler. Julien, que se viste con ropa de una trapería, o Thibaut que come en un “café asociativo”. Por el otro, están los que “maximizan” todo lo disponible tomándose a contrapié la sociedad de consumo; como Jeanne, que recupera aquello que no se ha vendido en los supermercados o Noémie, que pasa su tiempo rebuscando gangas en las páginas de anuncios.
Dentro de este espíritu de compartir buenas ideas, la realizadora Sophie Brändström ha ideado la página web como una plataforma donde los internautas puedan publicar sus mejores hallazgos. Por ejemplo, el Repair Café propone ayuda mútua para reparar objetos cotidianos o darles una segunda vida. “El hazlo tu mismo funciona como con los niños, se trata de educar con el ejemplo, es necesario demostrar que funciona”, manifiesta uno de los creadores.
Confiar en sus propios recursos
Este “escaparate de la supervivencia” es el verdadero valor añadido de este documental en línea, al que le falla un poco la puesta en perspectiva, con los testimonios por un lado y los expertos por el otro. La supervivencia no es generacional, no ha nacido con la crisis puesto que siempre han existido personas con pocos ingresos que han tratado de buscarse la vida. Cécile van de Velde, socióloga especializada en jóvenes, subraya que lo que (de verdad) ha cambiado es la aparición de “una confianza pobre en los jóvenes franceses dentro de la sociedad” que los “ha empujado a contar cada vez más con sus recursos personales, en sus redes, en su capacidad de supervivencia, incluso en su capacidad de movilidad, a la hora de dejar Francia”.
Las mentalidades cambian y ya no está mal visto reciclar, buscar en la basura o vestirse con ropa de segunda mano. Porque también los jóvenes se reencuentran a través de los valores del desarrollo duradero, de solidaridad, de compartir. Conceptos que están conectados. En cambio, para Diouldé Chartier la supervivencia está bien, pero "son necesarias en algún momento formas más estables, puesto que una supervivencia que cubre todos los aspectos de la vida impide detenerse”. Y mirar hacia el futuro. A largo plazo.
Aquí el teaser :
Translated from Ma vie à deux balles : l'univers de la débrouille en France