Luxemburgo 2007: de paraíso del capital a capital de la cultura.
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Alberto Haj-SalehViaje por el Gran Ducado de 2.500 kilómetros cuadrados donde, este año, los europeos más ricos se verán tentados por un programa excepcional.
El año 2007 ha traído una explosión de arte y turismo por las calles de Luxemburgo. Tal y como ya había sucedido en 1995, el Gran Ducado se ha convertido en capital europea de la cultura. La iniciativa, nacida en 1985 de mano del Consejo de Ministros de la UE, busca dar un nuevo impulso cultural a las ciudades europeas a través de la financiación de actividades artísticas dirigidas a un público amplio e internacional.
“¿Los banqueros? ¡Sólo compran cuadros para la oficina!”
No siempre han sido así las cosas. En 2005 el número de turistas (913.000) no llegaba a superar siquiera el número de visitantes del museo Quai Branly de París del año siguiente. La realidad es que el carácter cosmopolita de la ciudad, fruto de su importante centro financiero, no ha contribuido en absoluto al crecimiento cultural. “¿Falta de interés?” se pregunta Josée Hansen, periodista del semanario Land. “Luxemburgo sufre un gran retraso en materia artística y su mentalidad pequeño burguesa no ayuda en nada. La gente se ha hecho rica en veinte años y actualmente posee un poder adquisitivo increíble gracias al trabajo en banca” explica la periodista y presidente del consejo de administración del centro de música Rockhal. La economía crece, la tasa de paro está en el 4,7% y el tren de vida es alto, “pero el mecenazgo y los patrocinadores casi no existen”, continúa irónicamente Josée Hansen, “¡los banqueros solo gastan su dinero en cuadros que puedan poner en la oficina!”.
Kirshberg, el nuevo rostro de Luxemburgo
Los grandes paneles de colores y las siluetas azules de los ciervos de cartón, símbolo de Luxemburgo, se esparcen por la ciudad como remarcando el hecho de que las cosas están cambiando. Dejando atrás el centro histórico y atravesando los grandes parques de la periferia se llega a Kirshberg. El panorama cambia radicalmente. El barrio de las instituciones europeas está en obras y las dos torres de la Corte de justicia europea, obra de Dominique Perrault, se terminarán pronto. A pocos metros surge el Mudam (museo de arte moderno Grand-Duc Jean), un elegante edificio del arquitecto chino-americano I.M. Pei, el padre de las pirámides de cristal del Louvre. Marie Claude Beaud, directora del Mudam, subraya la importancia de la operación “Capital europea de la cultura” para impulsar la actividad cultural: “será tarea nuestra animar estas dinámicas por medio de programas de calidad”. Asimismo, Matthias Naike, director de la espléndida Filarmónica situada en el edificio contiguo al Mudam y proyectada por Christian Portzamparc, lo confirma afirmando que “la calidad de la oferta de eventos culturales en Luxemburgo no ha sido nunca tan alta como este año, especialmente gracias a las iniciativas de Luxemburgo 2007”. ¿Una simple cuestión coyuntural o el comienzo de una nueva era para el Gran Ducado que presume de una renta per capita de más de 67.000 euros, más del doble de la media de la UE? Los medios para convertirse en uno de los faros del arte contemporáneo del Viejo Continente desde luego que no faltan.
Foto, Mikuzz/Flickr</>
EXPOSICIONES/ EL DOLOR EXQUISITO EN LAS FOTOS DE SOPHIE CALLE
¿Cuál es el ejemplo más claro?: La exposición Douleur Exquise de la fotógrafa francesa Sophie Calle, situada justo detrás de la estación de trenes, dentro de un viejo depósito circular para las locomotoras de finales del siglo XIX. La artista está gozando en estos momentos de una fuerte popularidad en toda Europa. Protagonista con Daniel Buren del pabellón francés en la Bienal de Arte de Venecia 2007 e invitada del Centro Pompidou en 2004, esta parisina de 54 años cuenta a través de un itinerario fotográfico su dolorosa experiencia sentimental. La historia de un amor, de un viaje hacia Japón, país en el que tendría que haber pasado tres meses separada de su compañero. Tres meses de espera que nunca habría podido soportar lejos de su hombre. Así que Sophie Calle decide partir en tren, en el Transiberiano, y hace un largo viaje de un mes que reducirá la estancia japonesa a sesenta días. La primera parte de la exposición consiste pues en un diario íntimo compuesto de texto y fotografías sobre la lejanía de su amado. Pero al finalizar estos noventa días el hombre de su vida no se presenta a la cita que tenía, por culpa de su traición con otra mujer. Para poder superar este dolor, Sophie Calle decide preguntar a noventa y nueve personas cuál ha sido el momento de sufrimiento más grande de sus vidas. Conocer y elaborar el dolor de los otros la llevará a su propia curación.
Todavía más interesantes son las superficies de aluminio en las que se exponen las fotografías de Calle: grandes paneles curvos diseñados por Frank Gehry. En 1984 la artista parisina y el arquitecto americano se encontraron: “Quería convertirse en mi agente”, cuenta Sophie Calle. “Yo acepté de broma. Al día siguiente una importante galería me llamó para concertar una cita. Y antes de darme cuenta habíamos fijado una fecha para una exposición. Desde ese día, en cada vernissage, Frank Gehry me envía un ramo de flores. He encontrado a mi ángel de la guarda”.
Douleur exquise, hasta el 9 de septiembre.
Rotonda 1 de Bonnevoie, Luxemburgo
Todo el calendario de eventos en www.luxembourg2007.org
Gracias a Alex Vicente por su colaboración
Translated from Lussemburgo 2007, da paradiso del capitale a capitale della cultura