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Los sin techo en Praga: ¡al abordaje!

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Sociedad

Praga instala un barco para los sin techo, los perdedores de la modernización del país.

Michal Kopkecky, asesor del alcalde de Praga, está orgulloso de su bebé: un barco para personas sin techo anclado en la ribera del caudaloso río Moldava, cerca del centro de la ciudad. Sentado en el interior, sonríe al evocar cómo se le ocurrió la idea del albergue flotante mientras “pensaba en comprar un barco nuevo”.

La instalación, que puede alojar hasta 250 personas, nació tras la negativa de todos los distritos de Praga a acoger nuevos albergues para personas sin techo, una población de unos 5.000 individuos que hoy cuenta con sólo 700 camas. El Ayuntamiento, deseoso de actuar en un tema que supone, entre otras cosas, “un problema para el turismo”, sólo disponía del río, y decidió transformar el Hermes, un barco de mercancías, en albergue.

“Esto es el paraíso”, declaraba a la agencia France-Presse David Stojka, un joven sin techo de 22 años, al entrar en el Hermes la noche de su inauguración, entre políticos y periodistas que permanecieron en la embarcación. “Voy a intentar estar aquí unas noches y conseguir un trabajo fijo en un supermercado”, anunció el joven.

Los sin techo no gustan nada

El asesor municipal expone con una franqueza sorprendente su visión del problema de los sin techo, que en la República Checa y el resto de Europa Central y del Este surgió con fuerza tras la profunda revolución política y económica de los noventa. Kopkecky reconoce que, si el Hermes no estuviese anclado en el lado del río opuesto al centro de la ciudad, “lo hubieran cerrado en meses”. “No nos gustan y nosotros no les gustamos a ellos”, dice sobre los sin techo, argumentando que éstos sólo piden ayuda “y no dan nada a cambio”.

El asesor municipal se lamenta de que, por desgracia, sólo “la mitad” de los sin techo que vienen al Hermes “quieren cambiar su vida”, un hecho que se escenifica en la división del barco en dos partes: una para aquellos con mejores perspectivas y que, incluso, tienen un empleo, aunque muy precario, y otra para el resto.

Pensión completa a 1 euro la noche

Por algo menos de un euro por noche, las personas sin hogar pueden dormir, desayunar, ducharse y recibir asistencia sanitaria en unas instalaciones comparables a las de un albergue de juventud corriente. “Lo que cuesta una botella de vino barato”, explica uno de los ocho empleados del barco.

¿Cómo llega alguien hasta aquí? La primera causa son los problemas familiares, como el divorcio; la segunda, la pérdida del empleo, según los datos del Instituto Checo de Estudios Laborales y Sociales y Novy Prostor, el diario de los sin techo de Praga. Otras causas son la salida de la cárcel, las deudas y el alcoholismo.

Una ciudad rica y hostil

Ilja Hradecký, director de Nadeje, la ONG que gestiona el Hermes, subraya que el objetivo del barco es “rescatar a los sin techo para evitar que mueran en la calle”, pero que la reinserción de estas personas requiere un trabajo social posterior, que se realiza en los centros de día.

La mujer de Ilja, Vlastimila Hradecká, fundó Nadeje en 1990 para ayudar a los refugiados huidos del régimen rumano: 17 años después, con 6 albergues para sin techo, la entidad ayuda sobre todo a checos y cuenta con importantes subvenciones públicas.

En cualquier caso, la resplandeciente Praga, que según Eurostat, tiene un PIB por habitante un 57% por encima de la media de la UE, aún debe dedicar más energías a la lucha contra la pobreza extrema. “Ni el Estado ni las ciudades tienen una estrategia para afrontar este problema”, denuncia Ilja Hradecký, que también da una visión agridulce de la actitud de los praguenses hacia los sin techo: “Por un lado, se apoya a las entidades que ofrecen servicios sociales con subvenciones y hay voluntarios que vienen a ayudar pero, por otro, están las palabras negativas de los políticos, la violencia y los asesinatos incluso por puro placer”.

Al hablar de “palabras negativas”, Hradecký podría estar pensando en Jií Janeek, el responsable municipal de asuntos sociales y vivienda. “Nuestro objetivo principal es proteger a los ciudadanos de Praga de esta gente; un sin techo supone una invasión en la privacidad de los praguenses. Es un estorbo”, declaró a la periodista de Praga Post, Hilda Hoy.

Chequia: un alumno rebelde

La representante checa de la Red europea contra la pobreza, Milena erná, considera la situación de los sin techo de Praga más dura que las de otras grandes capitales del continente. “Nunca he visto a personas durmiendo en tranvías en otra ciudad. Quizá la razón esté en que no existen albergues para alcohólicos o drogadictos”, afirma.

Al preguntarle por la influencia del crecimiento económico y los fondos europeos en la lucha contra la exclusión social extrema, erná explica, decepcionada, que “no hay una política razonable” en este sentido, y remacha que, además, “a las autoridades checas no les gusta aprender de otros países”.