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Los Reyes de España

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Sevilla

Foto: Margarita Castillo /Flickr “Tienes que ser bueno que los Reyes te están viendo” o, “como no te portes bien los Reyes te van a traer carbón”, son algunas de las advertencias más comunes que se hace a los niños en España durante los últimos meses del año para que se porten bien, y suelen funcionar, por lo menos hasta el 6 de enero.

Queridos Reyes Magos…

El ritual comienza en noviembre o a primeros de diciembre escribiendo la carta a los Reyes Magos, Sus Majestades los Reyes de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar. En ella, los niños, y no tan niños, aseguran que han sido buenos todo el año y hacen la lista con los regalos y juguetes que quieren y, si se acuerdan, pedirán también presentes para el resto de la familia.

A pesar de que la lista puede ser interminable, saben que no siempre los Reyes pueden traerles todo lo que piden, porque hay muchos niños en el mundo, y los Reyes también están sufriendo la crisis. En los últimos años, incluso Sus Majestades se han unido a la revolución tecnológica y reciben las cartas vía email, es más, tienen su propia web. Seguramente en los próximos años los veremos recibiendo los mensajes en su BlackBerry o informando de cómo va el reparto en su Twitter.

El día 5 por la tarde, y en algunos pueblos o barrios también el día 6 por la mañana, la cabalgata de Reyes pasea las calles de las ciudades. Carrozas con motivos infantiles, con niños tirando serpentina y caramelos, acompañadas con bandas de música y animación a pie de calle. La primera carroza es la de la Estrella de la Ilusión que guía a los Reyes y detrás vendrán las del Gran Visir y una para cada rey, entre otras. Al paso de las carrozas, cada niño debe recordarle a su rey favorito lo que quiere, para que no se le olvide dejarle lo solicitado en los zapatos que se dejan por la noche.

Cabalgata de Reyes de Sevilla 2010

Una noche mágica

Los días previos empiezan los nervios. La noche anterior cuesta conciliar el sueño, pero todos saben que hay que irse temprano a la cama porque esa noche recibirán la visita de los Reyes Magos y tienen que estar dormidos. Antes de acostarse deben dejarlo todo preparado: los zapatos en la terraza (dependiendo de la casa será el patio, la ventana, la chimenea…) para que los Reyes les dejen las chuches, polvorones y una copita para sus majestades. No podemos olvidarnos de los camellos, para los que se deposita un cubo con agua. Si no fuera por este medio mágico de transporte y su avituallamiento, los Reyes no podrían llevar los juguetes a todos los niños en sólo una noche por muy magos que sean.

roscon.jpg Por la mañana, la magia ha hecho su trabajo y la casa amanece con regalos. Los niños se levantan muy temprano y se acercan al salón, unos corriendo y otros con algo de miedo, pero todos con ilusión, para descubrir qué les han traído. La tradición cuenta que a los niños malos les dejaban carbón en vez de regalos, en la actualidad, si se encuentran carbón, es carbón dulce. Una vez que se ha recuperado un poco la calma, se come el roscón de Reyes para desayunar. Se trata de un dulce en forma de corona adornado con trozos de fruta escarchada, las piedras preciosas de la corona. En su interior, esconde una figurita que dará suerte al que la encuentre, y un haba que designa a quién le tocará comprar el rosco el año siguiente.

Foto: Miguel Frutos/Flickr

Pero no acaba todo aquí, hay que visitar a la familia para ver qué regalos nos han dejado por ejemplo en casa de los abuelos. Y al final salir a la calle con los juguetes para reunirse con los amigos y aprovechar el último día de vacaciones. En la primera semana tras esta efeméride la frase más oída es: “y a ti, ¿qué te han traído los Reyes?” Los niños son los protagonistas de esta fiesta, pero para muchos mayores que conservamos la ilusión sigue siendo el día más especial del año, con todos sus preparativos, nervios y sorpresas, porque todos recibimos regalos. Tal y como van pasando los años aprendes a disfrutar más regalando y viendo la cara de los demás, que recibiendo regalos.

A pesar de la invasión de Papá Noel en las últimas décadas, España sigue siendo fiel a los Reyes Magos.

Elena Urbina