Los políticos también trabajan 65 horas
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El 16 y 17 de diciembre se libra la gran batalla de las 65 horas de trabajo en el Parlamento Europeo. Socialistas y liberales protagonizan el enfrentamiento, pero hay división en casi todos los partidos
"No sería la primera vez que en la sesión plenaria se le diera la vuelta a la tortilla"
El eurodiputado socialista Alejandro Cercas encabeza a los contrarios a que se pueda trabajar 60 ó 65 horas a la semana y no contar las horas de guardia médica como tiempo trabajado. Ni siquiera desea que se le siga concediendo una excepción (opt ut) a esta regla al Reino Unido y a Polonia. Ha logrado ya que el 70% de la comisión europarlamentaria de empleo vote en contra de la propuesta del Consejo Europeo. “Pero no todo está ganado”, dicen desde las filas del Partido Popular Europeo; “no sería la primera vez que en la sesión plenaria se le diera la vuelta a la tortilla a una postura adoptada en comisión parlamentaria”.
Problema europeo percibido como nacional
“Por fin la gente se percata de que los problemas europeos son problemas nacionales”
La lucha promete. Los liberales se muestran dispuestos a pelear despacho a despacho, diputado a diputado, la aprobación de la directiva. Con ellos están alrededor de la mitad de los diputados del PPE y los socialistas del Reino Unido y de algunos países de la última ampliación como Polonia o Hungría. Enfrente, la mayoría de los socialistas está en contra y han logrado el apoyo de Los Verdes, Izquierda Unitaria y muchos populares, como los de España. “En España, el PSOE ha montado una campaña de concienciación ciudadana en contra de las 65 horas para que durante las elecciones europeas la gente les identifique como defensores de los intereses de los trabajadores”, apunta la socialista portuguesa María João Rodríguez, quien remata subrayando que “por fin la gente se percata de que los problemas europeos son problemas nacionales”.
“Si tuviera que ir a urgencias no querría ponerme en manos de un médico que lleva trabajando 64 horas seguidas”, comenta, irónica, la italiana Anna Colombo, mano derecha del presidente de los socialistas en la cámara europea, Martin Schulz. Una postura que comparte la comunista portuguesa Ilda Figueiredo, quien considera “inadmisible el retroceso de 100 años en la lucha por los derechos de los trabajadores” que representa la propuesta de directiva presentada por el Consejo Europeo. Ahora bien, la liberal Elizabeth Lynne tampoco está en contra de esta postura respecto de ciertos sectores: “Yo no apoyo las 65 horas para sectores en los que la vida de las demás personas esté en manos de los trabajadores, como el caso de los médicos o los transportistas y conductores”.
¿Alguien sabe cuáles son los intereses de los trabajadores?
En el Reino Unido no existe tradición de convenios colectivos ni sindicatos con mucha militancia
La británica Lynne tampoco ve obligatorio imponer a toda Europa la legislación que permitiría trabajar 65 horas, pero ve imprescindible mantener el opting out para el Reino Unido. “Si restringimos el tiempo de trabajo de los trabajadores iremos en contra de sus intereses”, asegura basándose en que en el Reino Unido no existe tradición de convenios colectivos ni sindicatos con mucha militancia. “En el Reino Unido cada trabajador puede acogerse con libertad al opt out para trabajar más de 48 horas, pero no a la vez que firma un contrato, sino 4 semanas después. Y además puede bajarse del opt out cuando quiera. Así evitamos que los empleadores hagan a los trabajadores dos o tres contratos distintos simultáneos. Se trata de promover la transparencia y evitar el dumping social, pues conozco a muchos empleadores en Portugal o España que no pueden contratar a trabajadores porque estos no quieren trabajar legalmente”, explica Lynne.
En tiempos de crisis, el trabajo escasea y las soluciones imaginativas son bienvenidas
"Los políticos somos los primeros en trabajar 70 horas a la semana"
“En momentos de crisis es menester reducir la jornada de trabajo y repartir el que hay para combatir el paro. Y también hay que reducir el lucro de los capitalistas para aumentar los sueldos de los trabajadores y reanimar la economía a través del consumo”, aboga la comunista Figueiredo. “¡¿Pero cómo vamos los políticos a limitar el tiempo de trabajo de los demás si nosotros somos los primeros en trabajar 70 horas a la semana!?”, retoma Lynne. Y remata: “Yo defiendo el derecho de los trabajadores a trabajar cuanto quieran, y por eso la crisis no me parece que favorezca las teorías de los socialistas, los verdes o los comunistas: ahora con la crisis, los trabajadores necesitan más dinero y hay que permitirles trabajar más".
Socialistas a la ofensiva
Pablo G. S. vive en Cádiz, una ciudad española muy castigada por el paro. Durante la temporada turística trabaja en un bar frente al mar. “Con contrato de 37 horas, pero trabajo 60 y no me pagan más por ello”, se lamenta. “Si me quejo, el patrón no me contrata el año que viene, y si le dijera que estoy dispuesto a trabajar 60 horas todas pagadas, tampoco". “¿Desde cuándo un empresario y un empleado están en pie de igualdad como para que el trabajador elija con libertad trabajar 60 horas a la semana?”, se pregunta la socialista Anna Colombo.
¿Europa de mercado contra Europa social?
En pleno consejo del Partido de los Socialistas Europeos, en Madrid, para decidir su estrategia de cara a las elecciones de junio de 2009, un diputado nacional español, Juan Moscoso, llamó a cambiar de actitud: “Creo que lo de las 65 horas no va a salir adelante y es una victoria de los progresistas, pero a patir de ahora, cada vez que rechacemos una medida de nuestros adversarios hay que contraatacar con otra alternativa para recuperar la iniciativa política”.
La directiva de trabajo toca la fibra sensible de la clase trabajadora y el corazón de su historia