Los parisinos Stuck in the Sound: El rock para jóvenes y no tan jóvenes
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sergio103Publicado por el sello independiente francés Discograph, el cuarteto parisino asoma la cabeza con un nuevo álbum, Pursuit, y sueña con un destino internacional similar al de Phoenix o M83, con la intención de "derribar todo lo que encuentren a su paso".
En el pequeño y acogedor hotel Alba Opéra me reúno con José Reis Fontao y Emmanuel Barichasse, del grupo parisino Stuck in the Sound, privados en esta ocasión de dos de sus miembros, lo que no debe interpretarse como la existencia de jerarquías en el grupo. Arno Bordas (bajo) y François Ernie (batería, coros), no están presentes por motivos personales. De todas formas, en el seno de los Stuck, “no hay un jefe de filas, si alguien no está satisfecho, la pieza desaparece, todos debemos estar de acuerdo”, asegura José de entrada.
La historia comenzó hace diez años, en la región parisina, por los pequeños escenarios que todos los grupos de rock están obligados a visitar. Los cuatro compañeros deciden dejar todo de lado, trabajos de subsistencia y estudios, para consagrarse a su sola y única misión: transmitir emociones y satisfacer a la gente con su música. Tras la salida de su primer álbum (Nevermind The Living Dead), el grupo se da a conocer inicialmente en los escenarios: Rock en Seine, Les Vieilles Charrues o Les Eurockeennes de Belfort. “En Rock en Seine, nos sentíamos como críos, porque tocamos con Queens of the Stone Age y los Pixies, para nosotros fue como ir a Euro Disney ”. Dos formaciones que han influido a los parisinos tanto como los Smashing Pumpkins, Nirvana, Sonic Youth o Caetano Veloso, un cantante brasileño.
“Como en un videojuego”
Esta disparidad en sus influencias ha permitido a Stuck In The Sound componer piezas en las que los orígenes no tienen un denominador común: “cada canción, cada creación tiene su propia historia”, la idea puede venir de Manu o de José, o bien a partir “de una sesión o improvisación rápida”. José continúa: “el sonido “Stuck” se construye como un puzzle, alrededor de un collage musical, melodías y voces, puede que incluso a partir de un escaso minuto de improvisación interesante”. Pero debemos prestar atención a los acercamientos fáciles u otros paralelismos ligeramente simplistas, su sonido repleto de referencias no es indie-rock puro y duro, es sencillamente la combinación musical de cuatro chavales con inquietudes actuales, con verdaderas ganas de independencia artística y que gravita alrededor de la pequeña escena parisina.
Influenciado por el rock-indie americano de los años 90, Emmanuel declara que les gusta por igual “tocar canciones muy experimentales como baladas pop”. De hecho, con Pursuit han evitado recaer en las influencias de álbumes anteriores, tomando riesgos que antes no habían osado tomar. En efecto, tras un primer disco no-oficial limitado y en un momento en el que el indie-rock en Francia sólo era conocido por algunos medios especializados, los Stuck trabajaron consistentemente para sacar a la luz un primer verdadero opus, después de cuatro largos años de búsqueda artística en el estudio. “Fue algo progresivo, como en un videojuego, desbloqueábamos cosas nuevas para pasar a los siguientes niveles. Siempre creímos ciegamente y hemos madurado sobre la marcha”. Una dedicación que hace de Pursuit “el álbum de la maestría, sin duda el más logrado”, añade José. A mi modo de ver es, sobre todo, el que les permitirá hacer muchos otros.
En algún lugar entre los Inrocks, Phoenix y Freud
“Aquellos que piensan que hemos hecho un álbum con canciones más pop para ampliar nuestros seguidores, están equivocados”
Este álbum marca también el décimo aniversario del grupo (2002-2012): “han sido diez años de trabajo, cuatro amigos trabajando juntos y que se conocen a la perfección”. Está claro y es evidente que los Stuck practican la música que aman, el sonido es un poco como “su Freud personal”, su terapia, su psicoanálisis y “lo dejarán cuando se sientan perdidos, como esos grupos autárquicos” que se encierran o se pierden en las obligaciones del orden estético o comercial porque ya no tienen la perspectiva necesaria de su música. Sin embargo, ellos no rechazan el sistema musical actual, saben muy bien que hoy en día “es la red la que puede hacer evolucionar las tendencias”. Su trabajo, repito, tiene por objetivo que el público disfrute y se lo pase de miedo, pero detestarían, y más específicamente José, llevar una carrera al estilo de Coldplay: “llenar estadios sería una presión inimaginable”.
José y sus tres compañeros aspiran, sobre todo, a que el estilo "stuck" se propague un poco por todos los sitios. Su deseo más ansiado es continuar haciendo buena música y hacer disfrutar al mayor número de personas: “el público nos ha seguido progresivamente y ha aumentado al mismo tiempo”. Al principio, sus fans eran esencialmente gente joven, luego llegaron los “cuarentones”. Que no se diga. Manu quiere llegar a toda clase de personas y no solamente al francés corriente. El grupo anhela el éxito internacional de sus colegas, Phoenix y M83. Poco importa, el grupo, dado a conocer en 2004 en el concurso CQFD de Inrocks, ya ha recorrido un buen tramo del camino. Un single (Toy Boy) les propulsa directamente al frente de la escena. Y a partir de ahora, Stuck In The Sound dispone de su propio sello independiente, al margen de los grandes de la industria discográfica, con valores cercanos al underground, a la contra-cultura, siempre en busca de un rock puro y auténtico. Lejos, muy lejos de los estándares comerciales.
Todas las fotos: © Julien Mignot, salvo portada del álbum, © cortesía de Discograph Vidéos : Pursuit pierrecable/YouTube, ToyBoy golobl/YouTube
Translated from Stuck In The Sound : « On a foncé dans le tas »