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Los hermanos Coen triunfan en Berlín con 'Ave, César!'

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Naiara Reig Pellicer

Cultura

Ave, César! es la película de los hermanos Coen -fuera de competición- con la que dio comienzo la pasada semana la 66ª edición de la Berlinale. Una comedia rítmica, llena de humor y de guiños con, como de costumbre, una escritura fina y una estructura perfectamente engrasada, que ha contado con la participación de los más grandes.

Las luces se atenuan, antes de apagarse por completo. Aparece en la pantalla el logotipo animado del Oso de Oro, al mismo tiempo que empezamos a escuchar esa pequeña melodía y nos damos cuenta ahora de cuánto la habíamos echado de menos, después de un año sin oírla.

Aquí estamos ahora, de nuevo instalados en los confortables asientos rojos de las salas de la Potsdamer Platz, apostados en la oscuridad, una masa de periodistas con ganas de descubrir en su estreno internacional la película que dará paso al espectáculo de la 66ª Berlinale: Ave, César!, de los hermanos Coen.

¡Menuda forma de empezar!

Una película entretenida, colorida, que desprende una alegría loca y que nos lleva al corazón de las escenas del Hollywood de los primeros años cincuenta, tras los pasos de Eddie Mannix (Josh Brolin). Este "solucionador" es quien se encarga de arreglar cada uno de los problemas relacionados con la multitud de películas que se filman en uno de los más célebres estudios de Los Angeles.

Contamos con el hijo ilegítimo de la estrella del ballet acuático Anne DeeMoran (Scarlett Johansson, la nueva Jessica Rabbit), la exigencia de Laurence Laurentz (Ralph Fiennes, pura moderación británica) frente a la falta de formas del joven galán Hobie Doyle (el delicioso Alden Ehenreich), a quien habíamos asociado a los westerns para darle ahora una imagen de intelectual refinado, o Burt Gurney (un increíble Channing Tatum que baila claqué vestido de marino), secretamente comprometido con la causa comunista...

El hilo conductor es la repentina desaparición de la estrella más importante del estudio, Baird Whitlock (Clooney, siempre excelente bajo la dirección de los hermanos), durante la grabación de la épica del año, aquella en la que los estudios han invertido enormes cantidades de dinero.

Y mientras tratan de encontrarle, Mannix (un personaje inspirado en el verdadero jefe de producción de los estudios MGM) hace malabarismos con los diferentes escenarios, pasando de la adaptación de una pieza de Broadway a una comedia musical, y dejándonos ver la magia y los vergonzosos secretos que se esconden tras las películas que esta máquina de sueños produjo durante su época dorada.

Es el "hombre para todo". Mannix también comprueba los diarios de la sala de proyección, para llevar la diversión hasta el abismo con su fiel secretaria a su lado, o directamente en la oscura sala de montaje, donde Frances McDormand, con su cigarrillo en la boca y el pie en el pedal, maneja la película y el cincel.

El placer que han sentido los actores y directores mientras rodaban esta película es contagioso, así que nos pasamos la siguiente hora y media riendo, encantados de pasear de un decorado a otro, entre la intriga y los problemas, buscando pistas ocultas.

Desde el figurante con intenciones dudosas, hasta la periodista ávida de meter la nariz en el caso (Tilda Swinton), pasando por la diva y escritor en busca de reconocimiento, nos dejamos embarcar con alegría para darle la vuelta al problema. Guiados por la maestría de los hermanos y su burla con respecto a este mundo particular, a la vez caricaturesco y sabroso, viajamos a través de una intriga convincente y rítmica que deja hablar a su humor picante, y a su amor por el séptimo arte.

Ver: 'Ave, César!' de Joel et Ethan Coen (en las salas el 19 de febrero de 2016)

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Este artículo proviene de la redacción de Cafébabel Berlin.

Translated from Avé, César ! : le triomphe des frères Coen