¿Los fondos europeos en peligro?
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miguel garcía molinaLos fondos estructurales distribuidos a las regiones europeas han sido modificados por la entrada de los diez nuevos miembros. ¿Quién sale beneficiado?
Con la llegada de la ampliación en 2004, nueve de los diez países entrantes son más pobres que el más pobre de los quince antiguos. Cunde el pánico entre los principales contribuyentes al presupuesto europeo: los fondos estructurales basculan hacia el este. Después de las controversias sobre el atlantismo, la referencia a la herencia cristiana o las deslocalizaciones, de nuevo los países del este cristalizan los temores y los rencores de la "vieja Europa".
Salvar la política regional en el oeste
Desde la creación del fondo FEDER hace apenas 30 años, la política de los fondos estructurales –conocida como "política regional"– simboliza, frente a la política de competencia, la cara solidaria de la integración europea. Cerca de un tercio del presupuesto de la Unión se consagra a la nueva distribución de fondos europeos a las regiones en dificultades con el objetivo de alcanzar la cohesión económica, social y territorial. Permitió la recuperación de España, de Irlanda o de Portugal. Animó el lanzamiento de proyectos innovadores de dimensión europea. Incitó a modernizar la gestión pública y a reforzar el poder de las administraciones locales.
Pero mientras la Comisión Europea lanza la reforma de los fondos estructurales para el período 2007-2013, el entorno del antiguo presidente de la Comisión, Romano Prodi, informe Sapir en mano, enarbola la ampliación como pretexto para volver a poner en cuestión la eficacia de la política regional. Prodi preconiza la limitación de estos fondos a las regiones de los Estados más pobres con lo que Europa se retiraría de los territorios.
Las regiones se han movilizado alrededor del antiguo comisario de política regional, Michel Barnier, y han conseguido "salvar su política". Ciertas regiones beneficiarias hasta ahora de estos fondos han sido víctimas del "efecto estadístico" tras la ampliación y ya no son considerads como regiones con retraso en su desarrollo. Para el resto, los fondos europeos serán parcialmente mantenidos sólo a condición de que sirvan, no sólo a la cohesión, sino ante todo a la estrategia de competitividad definida en Lisboa en 2000.
En el este, "¿quién creará los proyectos?"
¿Serán los nuevos Estados miembro los grandes ganadores de la futura política regional? Aún es necesario que puedan sacar beneficios de la llegada progresiva de los fondos estructurales mediante infraestructuras capaces de gestionar los fondos.
En Lituania, la geógrafa Jurgita Maciulyte considera que "no existe hoy un auténtico nivel local descentralizado, autónomo y dotado de competencias propias, salvo en las ciudades de mayor tamaño. ¿Quién será capaz entonces de crear proyectos?", se pregunta. Bajo la presión de la Unión Europea, una administración regional ha sido creada a veces de la nada, sobre todo en los antiguos Estados comunistas de tradición centralista. Pero una regla colectiva impone que en caso de no uso de los fondos, se pierde el dinero para los años siguientes. Además, ¿van a beneficiar realmente los fondos europeos a las poblaciones locales? En Polonia, el eurodiputado Jan Olbrycht previene: "Son las compañías de los países fuertes quienes vienen a nuestras regiones y ganan las licitaciones. Por lo menos el 50% o el 60 % de estos fondos no van a quedarse en las regiones. No es una transferencia pura. Es beneficio para los viejos países miembro de la UE". La inquietud en cuanto al futuro de los fondos estructurales cambia de bando…
Para conjurar las dificultades de cada uno, la futura política regional prevé una partida dedicada a la cooperación entre las regiones, por ejemplo entre el este y el oeste. Para las del este un sostén económico; para las del oeste, la experiencia. Están condenadas a entenderse.
Un problema de fondo: el presupuesto de la Unión
El futuro de los fondos europeos en la Europa ampliada no puede resumirse en una oposición entre ganadores del este y perdedores del oeste. La cuestión no es sólo la de la ampliación, sino también la de la dirección que se le quiere dar a la Europa de los 25. Jan Olbrycht defiende un aumento del presupuesto para todos: "Entrar en la UE para cobrar dinero, es completamente estúpido. Pero entrar en la UE para ser más fuerte y más dinámico, eso es interesante". Con el fin de hacer frente a la entrada de diez Estados miembro sin disminuir esta dinámica europea, la lógica habría querido que se aumentara el presupuesto de la Unión. No obstante, seis de los principales Estados contribuyentes desean en la actualidad reducirlo de 1,24% a 1% del producto interior bruto europeo (PIB). Con la Política Agrícola Común santificada, la política regional sigue siendo la única variable para el ajuste.
Translated from Les fonds structurels en danger ?