Los británicos ven peligrar su derecho a manifestarse en el Reino Unido
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Amanda Maruny PazDurante el velatorio de Sarah Everard, secuestrada y asesinada cuando volvía a su casa de Londres el pasado mes de marzo, la policía y los asistentes protagonizaron una serie de enfrentamientos que se viralizaron. Desde aquel momento, se ha introducido un nuevo proyecto de ley que pretende aumentar las competencias de la policía para que pueda intervenir en las manifestaciones pacíficas. Este proyecto de ley ha suscitado duras reacciones por parte de activistas de todo el Reino Unido. Además, a muchas personas les preocupa que las violentas escenas vividas en la vigilia se conviertan en la «nueva normalidad».
El sábado 13 de marzo, mientras atardecía en Clapham Common, Bella se bajó de su bicicleta y se sumó a una multitud de cientos de mujeres. Se reunieron para expresar el duelo colectivo por la muerte de Sarah Everard, la ejecutiva de marketing de 33 años que fue secuestrada y asesinada en el sur de Londres a principios de año.
Bella describió la escena como inquietante y maravillosa a partes iguales y destacó que la multitud estaba formada por mujeres muy distintas. Algunas se acercaban a depositar flores, mientras que otras permanecían en silencio con sus propios pensamientos.
Sin embargo, cuando se puso el sol, la policía intervino y detuvo a cuatro personas, además de tirar al suelo a varias mujeres. Estas escenas se hicieron virales. Parecían ser la personificación de la mano dura y la falta de tacto de la policía, sobre todo teniendo en cuenta que un miembro del cuerpo había sido acusado del asesinato de Everard.
Según Bella, «la gente solo se había reunido para hacer un luto colectivo. No era una manifestación hasta que llegó la policía. Era un grupo de personas reunidas para compartir el duelo». En la actualidad, el futuro de este tipo de actos es incierto, ya que preocupa el derecho a manifestarse en el Reino Unido.
Eliminar el proyecto de ley
El martes 16 de marzo, los diputados británicos votaron el proyecto de ley (Police, Crime, Sentencing and Courts Bill) sobre policía, delincuencia, sentencias y tribunales. Entre otras medidas, la ley pretende aumentar las competencias policiales en las manifestaciones. En concreto, permitirá que la policía pueda «imponer sanciones a manifestaciones lo suficientemente ruidosas como para causar "intimidación o acoso" o "grave malestar, alarma o angustia" a los transeúntes». Asimismo, se introducirá el delito tipificado de «molestias públicas de forma intencionada o temeraria».
El proyecto de ley fue recibido con escrutinio e indignación. «Manifestarse no es un regalo del Estado, sino un derecho fundamental», argumenta Gracie Bradley, directora interina de la ONG especializada en derechos humanos Liberty. Esta organización ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que el gobierno británico esté utilizando la crisis de salud pública como una excusa para imponer medidas policiales de emergencia de forma permanente.
Amnesty International UK también se ha manifestado en contra del proyecto de ley de la policía. La directora de la organización, Kate Allen, advirtió que «este proyecto de ley puede conseguir que las escenas que vimos en Clapham Common se conviertan en la nueva normalidad», en referencia a la agresiva actuación policial registrada en el evento.
Al recordar su propia experiencia durante la vigilia, Bella dijo que «el ambiente se volvió tenso en cuanto llegó la policía. Al principio no parecían tan violentos, pero luego oímos que empezaban gritos del tipo "dejad a la chica en paz"». Se marchó de la vigilia con sus amigos cuando oyeron que la policía se disponía a imponer la ley. «Fue demasiado duro desde un punto de vista emocional. Muchas personas de nuestro grupo han sufrido agresiones sexuales y fue como un detonante».
Según Bradley, «la policía pudo elegir cómo enfocar la manifestación. Podrían haber colaborado con los organizadores para garantizar que la gente pudiese hacer un duelo colectivo y protestar contra la falta de protección. En cambio, optaron por un enfoque agresivo que puso en peligro el bienestar de los asistentes y provocó el caos y la angustia».
La comisaria de la policía metropolitana, Cressida Dick, defendió la actuación del cuerpo. «Mi equipo consideró que se trataba de una reunión ilegal que suponía un riesgo considerable para el bienestar de los ciudadanos de acuerdo con la normativa. Ha sido una situación sumamente injusta para la policía», explicó.
El acto Reclaim These Streets (recuperemos las calles) se suspendió oficialmente después de que el servicio de policía metropolitana no diera su aprobación la noche anterior a su celebración. A pesar de ello, cientos de personas se reunieron para presentar sus respetos a Everard, hablar en contra del feminicidio y protestar contra el acoso y el peligro al que se enfrentan las mujeres a diario.
Según el censo de femicidios de UK, aproximadamente cada tres días, una mujer es asesinada a manos de un hombre. Las cifras de UN Women UK también revelan que un escalofriante 97% de las mujeres británicas de entre 18 y 24 años han sufrido acoso sexual.
Una amenaza para la democracia
Desde la vigilia, los ciudadanos del Reino Unido han tomado las calles para protestar contra este proyecto de ley que pretende aumentar las competencias de la policía en las protestas. Una de estas manifestaciones a favor de «eliminar la propuesta de ley», que tuvo lugar en Bristol, acabó con episodios de caos y violencia después de que los manifestantes se enfrentaran a la policía dejando como resultado diez detenciones.
Los enemigos del proyecto de ley, desde los manifestantes en las calles hasta los diputados que han votado en contra, temen que se repitan los incidentes de la vigilia de Sarah Everard y de las manifestaciones a favor de eliminar la propuesta de ley, incluso después de que se levanten las restricciones a la circulación. El proyecto de ley permitirá a la policía imponer una hora de inicio y finalización, establecer límites de ruido y tener una mayor capacidad de intervención en las manifestaciones pacíficas. Para muchos, esta normativa se considera una peligrosa infracción de los derechos humanos en materia de manifestación y autoexpresión.
El diputado laborista Chris Lewis lo expresó con valentía cuando tuiteó: «Están arrasando con nuestra democracia mediante un plan diseñado para silenciar a los ciudadanos y quitarles el poder. Cualquiera que valore la democracia debe organizarse y luchar».
Imagen de portada: La vigilia de Sarah Everard en Clapham Common el sábado 13 de marzo © Bella S.
Translated from Brits fear for their right to protest in the UK