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Londres: Mi inolvidable verano electro-pop

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Concepción Mira

Cultura

Si hay cosas que caracterizan a “The Big Smoke” (apodo de Londres), son su famoso clima cambiante y lluvioso, y como no, su floreciente escena musical. Desde los años 60, Londres dicta las líneas que siguen las tendencias musicales europeas, e incluso mundiales, forjando nuevos grupos o actuando como trampolín de lanzamiento para nacientes o consolidadas bandas de rock.

Relato de una tarde de música y descubrimientos

Navegando por casualidad entre las agendas de eventos londinenses encontré una actuación en el Pure Groove, una tienda de discos de la City no muy lejos de mi trabajo. Actuaba Chew Lips, no lo conozco demasiado, pero sí a su casa discográfica, la parisina Kitsuné, de la que tengo que alabar su buen gusto, tanto por la amplia variedad de géneros que acoge como por la originalidad de los grupos a los que produce discos (entre los cuales se encuentran Digitalism y Phoenix, por citar algunos de los más conocidos).

Welcome, ¡esto es Londres!

Al entrar en la tienda enseguida me gusta el ambiente. Un diván, algunos sillones y una barra donde venden cerveza italiana. En el fondo hay un pequeño escenario en el que hay un ingeniero de sonido y junto a los que creo identificar como miembros de Chew Lips, que se esmeran en preparar sus instrumentos. El público está formado en su mayor parte por jóvenes de entre veinticinco y treinta años. En la tienda merodea algún que otro ecléctico, gente vestida al más puro estilo londinense y jóvenes que no dan un paso sin sus auriculares. Entre ellos yo, sola, que miro a mi alrededor intentando empaparme de toda la atmósfera londinense que desprende la velada. Cuando entra en escena la cantante, melena rubia y estilo sobrio años setenta, la sala no está llena aún y consigo fácilmente un buen sitio desde el que disfrutar del espectáculo. 

(Gabriel Green, Merci à Dan Avery/ puregroove.co.uk)

(David Beech/ davidbeech.co.uk/ myspace.com/chewlips)Bastante puntual, el terceto londinense ocupa su posición en el escenario. Sintetizadores y teclados, un bajo, una guitarra y una voz femenina. ¡Es el verano del electro-pop y yo lo estoy viviendo de lleno! La temperatura sube y el ritmo te induce a no dejar de mover el pie de manera inconsciente. El ritmo es cautivador, el canto agradable y la ejecución impecable. Quizás no estoy delante de una futura estrella de la música pop-rock –en el fondo no añaden mucho al filón electro-retro de los últimos años– pero los Chew Lips me gustan y la media hora de actuación vuela. Acabado el concierto, vago por la tienda recogiendo todo el material que encuentro: Folletos, revistas y periódicos musicales varios. Por mi alma de provinciana –también musicalmente hablando– me siento de golpe como un personaje de High Fidelity de Nick Hornby. Y para mis adentros pienso: “Welcome Licia, ¡esto es Londres!”. Meto todo rápidamente en el bolso y corro para coger el autobús con dirección a Brick Lane.

En el paraíso de la música

El East End londinense, Brick Lane en particular, es un lugar muy de moda últimamente, y ofrece grandes emociones a los amantes de la música. Salgo pitando hacia el Café 1001, una especie de centro artístico recreativo, en mi opinión, espectacular, en el que el ambiente es muy relajado, sin pretensiones y un poco bohemio. Desde hace un mes es uno de mis lugares favoritos de la ciudad. Es lunes por la noche y no está muy lleno, así que encuentro sitio en un envolvente sillón de piel gastada cerca del piano dispuesta a devorar con los ojos las provisiones de folletos que acababa de coger de la tienda de discos. 

(Fabbio Venni/ Flickr)Apenas empiezo a leer suena Debaser de los Pixies y sonrío. Descubro entre la programación de un club londinense que hay eventos que me interesan. Acaban los Pixies y es el turno de Vampire Weekend y su tema A-Punk, sonrío aún más, y pienso en lo acertado que fue coger aquel vuelo destino Londres mes y medio atrás. Abro un periódico llamado The Fly (mientras tanto suena de fondo Every me and you) y encuentro una entrevista a Passion Pit, un grupo americano que he conocido hace una semana. Desde que estoy aquí descubro una media de uno a dos grupos al día. No sé si estoy soñando o si de verdad estoy despierta. Londres es el paraíso de los amantes de la música, no hay duda, sobre todo si sois de los que siempre están a la búsqueda de las últimas tendencias. La metrópoli deslumbra, aturde, a veces cansa, pero sí, estáis en lo cierto, volveréis a casa cambiados, trastornados, y esta vez no sólo hablo de música.

Café 1001, 1 Dray walk, 91 Brick Lane, Londres. E1. Abierto de lunes a sábado de las 18h a medianoche, domingos de 18h a 23h30. Tel: +44 (0) 20 7247 9679

Pure Groove, 6-7 West Smithfield, Farringdon, Londres, EC1A 9JX. Abierto de lunes a viernes de mediodía a 23h, también fines de semana. Tel: +44 (0)20 7778 9278

Translated from London Rocks!