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Liz Green, la cantante que quería llevar una vida normal

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Cultura

Durante la última edición del festival Europavox, tuve la oportunidad de hablar con la cantante Liz Green, y lo que en principio auguré como una charla tranquila y cargada de buen humor se acabó convirtiendo en la entrevista más deprimente de mi vida. Os presento a Liz Green, la talentosa y original cantautora de Manchester que solo quería vivir como la gente normal. 

Me en­cuen­tro con la can­tau­to­ra bri­tá­ni­ca Liz Green poco des­pués de su con­cier­to en el Fes­ti­val Eu­ro­pa­vox de Cler­mont-Fe­rrand (Fran­cia). La can­tan­te de Man­ches­ter acaba de dar una en­tre­vis­ta y, ya a sim­ple vista, me doy cuen­ta de que pa­re­ce can­sa­da. Hace solo una hora y media que ha ter­mi­na­do de tocar y hemos sido unos cuan­tos los pe­rio­dis­tas los que hemos aguar­da­do para poder ha­blar con ella. Ni si­quie­ra se ha cam­bia­do de ropa, ima­gino que de lo que ten­drá ganas es de irse al hotel y re­la­jar­se un poco, pero el tra­ba­jo es el tra­ba­jo. No soy un ex­per­to en cul­tu­ra mu­si­cal (ni mucho menos) pero tam­po­co podía ima­gi­nar que rea­li­zar una en­tre­vis­ta con una can­tan­te de folk pu­die­ra lle­gar a ser algo tan com­pli­ca­do. Al fin y al cabo, Liz tiene mucho sen­ti­do del humor. Hablé con mis co­le­gas del fes­ti­val (la ma­yo­ría pe­rio­dis­tas es­pe­cia­li­za­dos en mú­si­ca) para que me die­ran al­gu­nos con­se­jos y al final de­ci­dí que lle­va­ría a cabo una en­tre­vis­ta ge­ne­ral, in­ten­tan­do no me­ter­me en nin­gún jar­dín com­pli­ca­do, que sir­vie­ra para que los lec­to­res de Ca­fé­Ba­bel co­no­cie­ran un poco mejor a esta pro­me­sa de In­gla­te­rra. La ca­rre­ra mu­si­cal de Green, que solía tra­ba­jar en una li­bre­ría, des­pe­gó cuan­do en 2007 ganó un con­cur­so mu­si­cal en Glas­ton­bury. A par­tir de en­ton­ces, la ar­tis­ta de Man­ches­ter fue ha­cién­do­se más y mas co­no­ci­da, pero no fue hasta 2011 cuan­do sacó su pri­mer álbum, O, de­vo­tion! Ahora, cua­tro años des­pués, acaba de sacar su se­gun­do tra­ba­jo, Haul Away!, en el que de nuevo en­con­tra­mos esa mez­cla de jazz, soul, folk e indie que la ca­rac­te­ri­za. De­ci­do rom­per el hielo pre­gun­tán­do­le por su úl­ti­mo disco (a los ar­tis­tas les suele gustar bas­tan­te ha­cer­se pro­mo­ción) para así, poco a poco, ir ga­nán­do­me­la. En serio, puedo notar a ki­ló­me­tros que no le ape­te­ce hacer la en­tre­vis­ta... 

Ca­fé­Ba­bel(CB): ¿Qué sor­pre­sas, qué no­ve­da­des, po­de­mos en­con­trar en este nuevo album?

Liz Green (LG): ¿Que qué po­de­mos en­con­trar de nuevo? Pues, bá­si­ca­men­te, lo mismo que en el disco an­te­rior pero con más piano… Eso y el flow.  Eso es más o menos la única di­fe­ren­cia. Sí.

Muy bien. No es lo que es­pe­ra­ba, pero bien. Le in­sis­to, pero no hay nada más. Nin­gu­na di­fe­ren­cia más. En fin, el pri­mer disco fun­cio­nó bas­tan­te bien, así que ¿por qué no iba a ha­cer­lo el se­gun­do? Sin em­bar­go, el sem­blan­te de Liz no es del todo op­ti­mis­ta, por lo que de­ci­do dejar este tema para más ade­lan­te y for­mu­lar la tí­pi­ca pre­gun­ta que no puede fal­tar en nin­gu­na en­tre­vis­ta mu­si­cal. 

CB - Tu iden­ti­dad re­sul­ta bas­tan­te ecléc­ti­ca: una mez­cla de jazz, soul… que nos trans­por­tan en el tiem­po hacia épo­cas pa­sa­das. ¿De dónde bebes, cuá­les son tus in­fluen­cias?

LG - No lo sé, real­men­te no lo sé. Sim­ple­men­te in­ten­to es­cu­char a mucha gente di­fe­ren­te y leer mu­chos li­bros dis­tin­tos y en­ton­ces tengo el… no sé. Es como un gran bol. Y en­ton­ces, em­pie­zo a hacer can­cio­nes y siem­pre hay al­guien que dice: "¡Oh! Esto viene de… O de…". Pero yo real­men­te no lo sé, pro­ba­ble­men­te venga de uno de los li­bros que he leído o de los dis­cos que he es­cu­cha­do. De donde sea. En cual­quier caso, el pro­duc­to de un gran bol ce­re­bral. No hay nin­gu­na in­fluen­cia es­pe­cí­fi­ca, sim­ple­men­te ocu­rre que sueno como mu­chas cosas.

CB- ¿Pero qué tipo de mú­si­ca es­cu­chas? (de­ci­do in­sis­tir y no ren­dir­me). 

LG -  Prin­ci­pal­men­te es­cu­cho mú­si­ca de mis ami­gos, una banda de Man­ches­ter con los que yo solía tocar, me gusta la me­lo­día que hacen, una mez­cla de es­ti­los di­fe­ren­tes como soul y mú­si­ca ir­lan­de­sa, jazz y blues… Ellos real­men­te me in­flu­yen mucho. Así que es como una mez­cla de soul, mú­si­ca clá­si­ca, jazz… sí.

CB - En tus can­cio­nes en­con­tra­mos temas tan di­ver­sos como el in­vierno, el si­len­cio o in­clu­so un fu­ne­ral. Casi todos nos re­mi­ten a un sen­ti­mien­to de nos­tal­gia, de me­lan­co­lía. ¿Cómo eli­ges tus temas?

LG- Se trata de mu­chas pa­la­bras (ríe). Real­men­te no elijo nada, para ser ho­nes­ta, y quizá esto me haga sonar como una es­tú­pi­da pero solo hago las his­to­rias por­que la gente quie­re saber qué his­to­rias hay de­trás de las can­cio­nes. Yo real­men­te no pla­ni­fi­co nada, po­drías pen­sar pro­ba­ble­men­te en cual­quier cosa y eso po­dría sig­ni­fi­car algo en al­gu­na can­ción. En reali­dad no me preo­cu­pan las in­ter­pre­ta­cio­nes que haga la gente de mis can­cio­nes. La gente que es­cu­cha una can­ción y dice "oh, sí, creo que esto habla sobre Liz y en­ton­ces, oh sí!". Pues mira, no sé si habla de eso… quizá sí ¿por qué no? Pero, sin­ce­ra­men­te, yo no sé qué in­ter­pre­ta­ción hacer. Suelo hacer, eso sí, his­to­rias de­pri­men­tes por­que creo que una his­to­ria no es buena si tiene final feliz. No es una his­to­ria buena, tiene que haber algo mal.

CB- ¿Y cuán­to puede lle­var­te es­cri­bir un tema?

LG- Cada tema es di­fe­ren­te…

CB- ¿Tie­nes algún lugar es­pe­cial donde es­cri­bir?

LG- Vivo en una ha­bi­ta­ción en una casa com­par­ti­da, allí es donde es­cri­bo la ma­yo­ría de mis can­cio­nes., en una ha­bi­ta­ción, con una cama, un es­cri­to­rio y una gui­ta­rra. Tam­bién es­cri­bo mucho en los tre­nes, son un buen sitio para es­cri­bir. 

CB- ¿Y tie­nes algún autor que te in­tere­se es­pe­cial­men­te?

LG- Clau­de Cahun, una fo­tó­gra­fa su­rrea­lis­ta de los años 1920. Pero no tengo ne­ce­sa­ria­men­te una in­fluen­cia única. La mayor parte de las in­fluen­cias vie­nen de los li­bros, solía tra­ba­jar en  una li­bre­ría. Me gusta Mar­ga­ret At­wood. Es real­men­te in­tere­san­te, una de las pocas au­to­ras co­no­ci­das en el pla­ne­ta, una au­to­ra glo­bal li­ta­ra­ria­men­te ha­blan­do… y no puedo pen­sar en nadie más ahora mismo. ¡Si­guien­te pre­gun­ta!

Lle­ga­dos a este punto, he com­pro­ba­do que a Liz no le ape­te­ce estar ahí, con­tes­tan­do mis pre­gun­tas. Y de ver­dad que lo sien­to, yo tam­bién tengo ganas de de­cir­le que para mí esto está sien­do tam­bién com­pli­ca­do, que esta está sien­do una de mis pri­me­ras en­tre­vis­tas con una can­tan­te y que, por favor, se apia­de de mí. ¡Soy joven, estoy in­ten­tan­do ha­cer­lo lo mejor po­si­ble y no me lo está po­nien­do nada fácil! Por un mo­men­to, pien­so en in­te­rrum­pir la en­tre­vis­ta, le­van­tar­me y darle un abra­zo. Pa­re­ce que eso es lo que Liz real­men­te ne­ce­si­ta, está muy can­sa­da. Sin em­bar­go, de­ci­do no tirar la toa­lla. Un par de pre­gun­tas más y podré abra­zar­la.

CB- Con esta pre­gun­ta ya casi ter­mi­na­mos... ¿Cómo te sien­tes en el es­ce­na­rio? ¿Qué in­ten­tas dar y qué re­ci­bes de tu pú­bli­co?

LG- In­ten­to cap­tar, pero estoy real­men­te can­sa­da ahora mismo. Es­pe­ro que la gente dis­fru­te. Ya sabes, en un lugar pe­que­ño con esta mú­si­ca suave… ¿sabes a lo que me re­fie­ro? Pero hoy el es­ce­na­rio era de­ma­sia­do gran­de y sabes, estas cosas a veces no fun­cio­nan. A veces es com­pli­ca­do, me re­fie­ro a co­nec­tar.  Quizá si hu­bie­ra po­di­do can­tar en un sitio más pe­que­ño que este... in­clu­so lo hu­bie­ra hecho en acús­ti­co, pero este no era el sitio. No es lo que la gente quie­re en un fes­ti­val, la gente quie­re bai­lar, em­bo­rra­char­se  y no es­cu­char una gui­ta­rra. Lo mío no es un es­pec­tácu­lo mu­si­cal. Pre­fie­ro, sim­ple­men­te, lu­ga­res más ín­ti­mos, lu­ga­res donde la gente no ne­ce­si­te bai­lar y dónde sim­ple­men­te ten­gan que es­cu­char­me. No me gusta sen­tir­me como que estoy in­te­rrum­pien­do a nadie. Lo mío no es mú­si­ca mains­tream así que es bas­tan­te di­fí­cil lle­gar a la gente, es­pe­cial­men­te en un lugar tan gran­de. Sí, ha sido bas­tan­te di­fí­cil lle­gar a la gente.

Así que de eso se trata. Sí, yo tam­bién he es­ta­do en el con­cier­to y lo he no­ta­do. El pa­be­llón, el es­ce­na­rio prin­ci­pal del fes­ti­val, era enor­me y, a las siete de la tarde, es­ta­ba medio vacío. Había gente que in­clu­so ha­bla­ba mien­tras ella can­ta­ba. No, de­fi­ni­ti­va­men­te, el con­cier­to no fun­cio­nó, a pesar de que Liz lo hizo muy bien. 

CB- ¿Y en qué tipo de fes­ti­val te sen­ti­rías más có­mo­da?

LG- No lo sé. Sin­ce­ra­men­te, no me gus­tan estos fes­ti­va­les…. No creo… no, no estoy se­gu­ra.

CB- ¿Pero hay algún lugar en el que te gus­ta­ría tocar es­pe­cial­men­te?

LG- No, de mo­men­to no. Bueno, me gus­ta­ría ac­tuar en un mu­si­cal, quizá, je­je­je. No sé, no deseo can­tar en nin­gún mo­men­to ahora mismo. Bueno, pro­ba­ble­men­te ya lo he hecho, he can­ta­do en mu­chos lu­ga­res, este ha sido uno de los lu­ga­res más gran­des donde nunca he can­ta­do y real­men­te creo que no es el tipo de es­pa­cio donde mi mú­si­ca puede fun­cio­nar. No es buena para eso, mi mú­si­ca re­quie­re un lugar más pe­que­ño y, la ver­dad, no sé qué es lo que quie­ro hacer en este mo­men­to. En este mo­men­to solo quie­ro irme a casa, estoy muy muy can­sa­da. No he ido a casa desde hace dos meses y, en serio, solo quie­ro re­cu­pe­rar mi vida nor­mal. Hacer la vida que hace la gente nor­mal, y ya está. Hemos gas­ta­do mucho di­ne­ro en todo esto y no está fun­cio­nan­do, así que solo quie­ro vol­ver. Y lo sien­to si no soy muy in­tere­san­te en este mo­men­to.

Fin de la en­tre­vis­ta. Me pre­gun­to si Pulp y su fa­mo­sa can­ción, con la que años des­pués Manel con­si­guió emo­cio­nar­nos a todos los que nos ex­pre­sa­mos en ca­ta­lán (y a los que no), le ser­vi­rán de ins­pi­ra­ción. Pero no se lo pre­gun­to, la char­la ha ter­mi­na­do y yo me de­ba­to entre abra­zar­la y no ha­cer­lo. Fi­nal­men­te, no hay abra­zo. Puedo en­ten­der lo que le su­ce­de, lleva de­ma­sia­do tiem­po fuera de casa, via­jan­do y li­dian­do con mul­ti­tud de pú­bli­cos di­fe­ren­tes, con los pro­ble­mas del día a día, can­tan­do en es­pa­cios muy dis­tin­tos e in­ten­tan­do ha­cer­lo bien. Liz, sim­ple­men­te, ne­ce­si­ta un des­can­so, como cual­quier per­so­na lo haría. Con todo, y a pesar de sus fu­nes­tas pre­vi­sio­nes, pre­fie­ro au­gu­rar­le (y desear­le) mu­chos éxi­tos. Acaba de lan­zar su se­gun­do álbum y quie­nes en­tien­den de esto ase­gu­ran que es un tra­ba­jo real­men­te bueno. Yo no en­tien­do mucho de mú­si­ca, pero el disco me ha gus­ta­do. Con­si­go eva­dir­me con la mú­si­ca de Liz. Así que le deseo eso: lo mejor y que, como su pú­bli­co, con­si­ga eva­dir­se pron­to, muy pron­to, en esa ha­bi­ta­ción de piso com­par­ti­do que tanto añora y de la que tan lejos se sien­te en este mo­men­to. 

Liz Green: Where the river don't flow (2014).