La vida nocturna de los aeropuertos
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Marina Gonzalez VayaEn los aeropuertos, los grandes viajeros o las familias en tránsito duermen sobre los bancos incómodos a la espera del despegue. Desde la aparición de las compañías aéreas low-cost y sus incómodos horarios, una pagina web se ha especializado en aconsejar a los 'okupas' de aeropuerto
“¡Besos desde Londres! Después de París, es hora de descubrir el norte de Europa. Mañana Ámsterdam. Después Berlín". Garabatos en chino al dorso de una postal representando la Sagrada Familia de Barcelona. Kelly, como ella se hace llamar, hace un tour por Europa. Por el camino, la joven asiática ha conocido a Kate, una americana con la que viaja desde hace dos semanas. Dormir en los aeropuertos se ha convertido en algo normal para las dos chicas.
A 48 kilómetros de Londres, lejos de los excesos de las fiestas underground, pasajeros del mundo entero ocupan el aeropuerto a la espera de sus vuelos en la madrugada. London Stansted es el feudo de las compañías aéreas low-cost. Domina el color naranja de EasyJet, el azul de Ryanair y el rojo de Air Berlin. Interesantes precios, cierto. ¿Pero que puedes hacer cuando tu avión sale a las seis de la mañana?
Comer, dormir... y jugar
Cada noche, hay centenas de personas esperando el amanecer. “Un verdadero campamento de viajeros”, describe Toby, con la cabeza recostada sobre su bolsa, la boca abierta y abrazado a sus objetos de valor. El único ruido, el vaivén de los empleados de la limpieza. Sin embargo, muchos tienen ante ellos una noche en vela. En los rincones apartados, grupos de amigos juegan a las cartas, hacen un picnic o hablan entre ellos. “¡Qué sentido de la vida en comunidad! Cada uno vigila el bolso del vecino y lleva cuidado de respetar el silencio”, admite Tanya asombrada.
Los expertos son fáciles de identificar. ¿Su panoplia? Tapones en los oídos, máscara cubriendo los ojos, manta y, el lujo de los lujos, el colchón aislante. De vez en cuando, los fanáticos de esta forma de pernoctar montan una tienda bajo la miradas estupefactas y de envidia de los novicios luchando por recostarse entre dos reposabrazos. Los menos afortunados son los últimos en llegar. Alrededor de medianoche, cada uno se ha acomodado ya, poniendo dos bancos uno al lado de otro. Familias, adultos... Los jóvenes no son los únicos entusiastas de las noches improvisadas.
Consejos en internet
¿Improvisadas? No necesariamente. ‘Sleeping in airports’ (Durmiendo en aeropuertos) os aportará todos los consejos necesarios para la noche aérea. Si los hoteles tienen estrellas, los aeropuertos tienen sus ‘golden pillow’ (almohadas doradas). En la lista de éxitos, los Países Bajos vuelan en lo más alto. Ámsterdam obtiene la almohada de oro en 2008 por su área de tránsito. Amantes del confort, los holandeses han creado un espacio con camas y duchas. Sin embargo, este confort está reservado solamente a los viajeros oficiales entre dos aviones. Los pasajeros que quieren evitar pagar un taxi o una noche de hotel han de contentarse con el vestíbulo público del cual una parte esta cerrada entre medianoche y las 5 de la mañana.
En cabeza del pelotón llegan Estambul y Múnich. Paris-Beauvais, entre los últimos, es odiado porque cierra por la noche, es pequeño, está lejos de la capital y tiene baños exteriores. Junto a este, Moscú Sheremetyevo, un ‘infierno’ sucio y lleno de humo. En ciertos lugares, como Paris-Orly, vuestro billete podrá ser controlado por las autoridades para justificar vuestra presencia. Un pequeño consejos: en caso de insomnio entrad lo más pronto posible a la zona de embarque, en general más cómoda que el vestíbulo público, para una última cabezada antes de reunirse con las nubes.
Translated from La nuit, les aéroports ont une vie