La universidad del metro de París reta al ‘discriminatorio’ sistema educativo francés
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Aida Ramos MartinezEsta recién creada universidad es una movilización de estudiantes, profesores e investigadores que aspiran a liberar la educación de los confines de la ‘institución’. Os presentamos las opiniones de Emile Gayoso y Quentin Lade acerca del neoliberalismo, el proceso de Bolonia y las clases en el transporte público
Son las 2 de la tarde de un miércoles y la línea 14 del metro de París se llena de personas que viajan del trabajo a casa y viceversa. La mayoría va o viene de la emblemática Biblioteca François Mitterrand, bastión del sistema educativo francés. Sin embargo, aquí en el tren se desarrolla una enseñanza distinta. Varios hombres y mujeres con carteles con el logotipo ‘Universidad de París 14’ distribuyen panfletos a los pasajeros. Parece que hay una clase. “Quedamos en la biblioteca”, explica Emile Gayoso, de 24 años, “y hacemos el viaje de vuelta a la Gare Saint Lazare, fomentando el debate y distribuyendo información. Los oyentes normalmente tienen más o menos interés, rara vez se molestan y casi siempre se ponen totalmente de nuestra parte”.
Romper el círculo cerrado de la enseñanza francesa
París 14 es una institución nómada que predica el placer de aprender y el intercambio de conocimiento a la vez que lucha contra las reformas sucesivas que han convertido la universidad europea media, antes núcleo social de aprendizaje, en una máquina hambrienta de dinero y excelencia. Fue idea de estudiantes y profesores de la Universidad de París 7, pero acoge la participación de todos los sectores de la sociedad. Los cursos intensivos espontáneos (cada uno de ellos especialmente adaptado al trayecto medio de metro de 15 a 20 minutos) hacen que el debate intelectual vuelva al mundo real.
“En París 14 cualquiera puede hacer este curso”, dice Gayoso, “desde trabajadores de la zona hasta estudiantes o cualquier otra persona fuera del sistema universitario que quiera usar esta plataforma pública para compartir sus ideas”. Las materias son diversas: mitología antigua, política contemporánea o los escritos de Roland Barthes tienen las mismas posibilidades de salir a la palestra (móvil, en este caso). A pesar del desafío de hacer que la gente se involucre en algo totalmente desconocido, Gayoso se siente orgulloso de haber colaborado a abrir una nueva vía de debate entre la gente corriente. “Hemos demostrado que los problemas del sistema universitario no solo atañen a aquellos en el círculo cerrado de la enseñanza francesa”, dice, “sino a todas las personas de la sociedad”.
“Siguiendo los pasos de la ideología neoliberal”
Según Quentin Lade, que tiene 23 años, fueron las recientes huelgas educativas las que hicieron posible París 14. No obstante, su pequeño grupo pronto empezó a cuestionarse si el sistema universitario tal y como lo conocía era algo que quería defender. “Las huelgas son necesarias para evitar que la universidad se subordine al mundo de la empresa”, explica. “Pero al movimiento le falta alcance y ambición política”. En su opinión, la estructura jerárquica de la enseñanza francesa con la élite de las ‘Grandes Écoles’ en la cumbre, es intrínsecamente discriminadora. “Los hijos de la élite son los que tienen todas las oportunidades de ir a las mismas ‘Grandes Écoles’ que sus padres, mientras que los de las clases trabajadoras tienen cada vez menos oportunidades de acceder a la enseñanza superior”. Este aspecto de la educación francesa se ha acentuado con las recientes decisiones tomadas por la UE, dice. “Si siguen así, las universidades seguirán los pasos de la ideología neoliberal, lo que las transformaría en máquinas de hacer dinero. Estas reformas hacen que la persona, el investigador y la misma universidad tengan que competir con la teoría económica. La desigualdad es un elemento integrado por un sistema que favorece la ‘excelencia’ arbitraria. Esta es una visión absurda y peligrosa en la que la fuerza bruta es la única ley”.
“Renuncia colectiva al ideal democrático”
El polémico proceso de Bolonia es, según Lade, la expresión de la ideología neoliberal a escala europea. “Es un proyecto contra el que debemos luchar y que debemos resistir si no queremos ver cómo la universidad europea adopta el papel de procuradora de riqueza”, afirma. Así pues, con Bolonia hipotéticamente a punto de desaparecer, ¿cuál es la visión de París 14 del sistema educativo ideal? “La universidad y la escuela deberían ser espacios en los que los estudiantes, todos, dispongan de los medios para elegir tanto de manera individual como colectiva, ¿no? Espacios en los que poder encontrarnos con nuestros iguales y preguntarnos qué es lo que constituye el orden de las cosas y tratar de mejorarlas continuamente, ¿no te parece?”, pregunta Lade. “Es decir, un lugar que haga del ideal democrático una realidad, algo a lo que evidentemente hemos renunciado de forma colectiva”. Ciertamente, mientras cientos de pasajeros se bajan de la línea 14 para hacer frente al imponente edificio de la Biblioteca Nacional, puede que su reciente ‘curso intensivo’ en París 14 les dé una nueva perspectiva de lo que es la enseñanza realmente y de lo que ha perdido.
Translated from Metro-run university of Paris 14 challenges French ‘anti-egalitarian’ education system