¿La UE seguirá a la cabeza en energías verdes?
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Blanca Azcárraga JuncadellaPocos son los que todavía apuestan por un acuerdo climático en la conferencia de Copenhague, que se celebrará en diciembre de 2009. Ante un 'green team' americano que se declara 'verdemente' eficaz, los expertos se preguntan si Europa seguirá este año a la cabeza de la lucha contra el cambio climático
La última conferencia sobre el cambio climático, celebrada a finales de 2008 en Poznan (Polonia), no ha permitido esclarecer algunos aspectos del acuerdo internacional en preparación. Así lo constataron el 21 del pasado enero los participantes en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI-Bruselas) durante su reunión 'De Poznan a Copenhague'. Según Pauline Nelson, la representante del ministerio danés de clima y energía, disponer de un marco para las próximas negociaciones supone sin embargo un avance con respecto a las precedentes citas internacionales relacionadas con el clima. “No es suficiente”, replica Richard Bradley de la Agencia Internacional de la Energía, que se preocupa sobre todo por el compromiso de Estados Unidos y China con la UE.
Obama: un posible aliado de última hora
El presidente Obama reiteró en enero su intención de invertir en energías limpias y de establecer un sistema nacional de límite de emisiones. Pero en un país en el que el clima ocupa el cuarto puesto en su lista de prioridades, tras la crisis, Irak y la reforma del sistema sanitario, este anuncio tiene más de pose de política interior que internacional. Stavros Dimas, comisario de medioambiente, consciente de que Obama deberá probablemente convencer primero al congreso para comprometerse a nivel internacional, le envía desde el 27 de enero una carta abierta alentándole a continuar sus esfuerzos. Tras las lecciones de Poznan, todos los participantes se han mostrado unánimes en cuanto al hecho de que la UE deberá redoblar sus esfuerzos para vender su cuento verde en 2009.
Según Pierre Deschamps, consejero de energía y de cambio climático en la Comisión Europea, el paquete 'energía-clima' es tan ambicioso que hasta prevé un sistema de intercambio de cuotas de emisión que podría servir de base a un sistema de intercambio trasatlántico. Este paquete, sin embargo, acarrea estigmas de desacuerdo que han explotado desde su adopción. Mientras que los países del Este han elegido el carbón, Francia e Inglaterra han optado por desarrollar la energía nuclear a pesar de la desaprobación de Alemania. Así pues, la factura carbono de estos Estados variará de manera considerable en función de su elección de combinación energética.
De esta manera, queda oculto que es precisamente la ausencia absoluta de una política energética europea la que parece pesar en el compromiso climático de la Unión. Únicos responsables y poco obligados por acuerdos internacionales inexistentes en la materia, estos Estados se esfuerzan así en ponerse de acuerdo de manera duradera sobre los objetivos europeos en materia de energías y tecnologías limpias. Y sin embargo son estos los expedientes que suscitarán probablemente mayor entusiasmo por parte de los socios e inversores de la UE.
La UE a todo gas
La UE no está en posición de escuchar ya que ha abandonado su puesto de jefe de filas. La Comisión ha publicado también un comunicado sobre el posicionamiento de la UE en Copenhague. Ya criticado, este comunicado vuelve a hacer referencia al financiamiento de la reducción de emisiones y el establecimiento de un mercado global del carbono, principales obstáculos durante las negociaciones. La UE ha enviado otras señales fuertes anunciando por una parte un plan de relance europeo más verde, y por otra el apoyo al Banco Europeo para la sostenibilidad de la energía europea. Solo falta que la UE elabore y ejecute una verdadera corriente política en materia de innovación sin la cual la batalla contra el cambio climático y la crisis no dejará de ser un asunto de duración infinita.
Translated from Chaud devant pour un accord climat en 2009