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La tragedia griega en desarollo: UE y el juego de la gallina

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En un abrir y cerrar de ojos, la crisis en Grecia acumula grandes acontecimientos en el último par de días. La semana pasada, se estaba “a horas de un acuerdo”. Hoy se debate si Grecia permanecerá como miembro de la Eurozona. ¿Qué ocurre exactamente?

La crisis endeudamiento en Grecia lleva causando estragos desde 2009. Desde entonces, los griegos han sido testigo de mucho: un aumento alarmante de los niveles de desempleo y pobreza, tasas elevadas de suicidios, políticos y celebridades son señalados por tratar de salvaguardar sus propios intereses sin importar el destino del país. Protestas de todo tipo  y sublevaciones se han convertido en la norma en un país que se mercadea como la cuna de la democracia y la civilización.

Con la llegada al poder de un nuevo gobierno de izquierda en enero de 2015, en un mandato para renegociar los términos del rescate financiero y de una severa austeridad, sólo un par de meses después el primer ministro griego Alexis Tsipras cedió ante la presión de prestamistas internacionales para una extensión del rescate financiero de la eurozona por cuatro meses. Entre la espada y la pared, Grecia ha enfrentado un itinerario intenso de pagos de deuda en los venideros meses e incluso un default a no ser que los acreedores desembolsen los muy necesitados fondos para el rescate.

Aunque a mediados de junio, en un giro dramático, Grecia logró retrasar grandes pagos de deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) fusionándolas en una sola deuda de €1,6bn con vencimiento el 30 de junio.

Sin embargo, las  tensas negociaciones día-y-noche entre las autoridades griegas y la Comisión Europea-Banco Central de Europa (BCE) y el FMI no han mostrado progreso alguno, con charlas maratónicas, cumbres y consejos. Un momento, la prensa reporta que las conversaciones están cercanas al acuerdo; al siguiente, que han fracasado. Grecia y los acreedores intercambiaron propuestas y sólo las de los griegos fracasaron en satisfacer toda necesidad. El ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, afirmó que no le fue permitido presentar el caso griego en una reunión del Eurogrupo.

Los acreedores esgrimen como argumento principal la incapacidad de Grecia de plantear medidas concretas que permitan llegar al acuerdo, mientras que los griegos califican las propuestas de las instituciones de severas, “absurdas” y como medidas recesivas para mantener la austeridad y “esclavizar” a un ya muy empobrecido pueblo.

A medida que se acerca la fecha límite del 30 de junio, los bancos griegos se mantienen a flote a través de la BCE, el cual ha mantenido en aumento el valor tope de la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ALE). No obstante, el miedo y la incertidumbre en Atenas han causado un escape de depósitos en los bancos griegos.

El viernes 26 de junio de 2015 alrededor de la medianoche, el Primer Ministro griego Alexis Tsipras sorprendió a todos al anunciar que las propuestas de la Troika (o triunvirato) serían sometidas a referéndum popular el domingo 5 de julio. No sorprende que este anuncio se diera pocas horas después de que presidente del Consejo Europeo presuntamente le comentara el asunto a Tsipras calificándolo de Game Over, a lo que Tsipras le advirtió “no subestimar a lo que es capaz de llegar la gente humillada”.

Advirtió de manera clara que el gobierno está en contra de estas propuestas e instó a la gente a rechazar estas “absurdas” medidas. En Grecia, mientras tanto, se libra un frenesí mediático; se debate si el referéndum para la aceptación o rechazado de las propuestas de las instituciones se equipara con la pregunta del “¿Euro o Dracma?”. Por un lado, están las personas que consideran como audaz la medida de Tsipras de someter un aspecto tan importante del futuro griego a referéndum popular a los fines de demostrar a los acreedores que cuenta que con el apoyo de todo un país ante unas “brutales” propuestas; por el otro, están quienes lo ven como una movida desesperada para no admitir que tanto él como su gobierno han fracasado en la negociaciones y que huyen de toda responsabilidad.

Ya a tempranas horas de la mañana del sábado, ciudadanos griegos se apresuraban hacia a cajeros automáticos, supermercados y estaciones de servicio, en medio de especulación y un creciente temor a los días venideros. Tsipras solicitó a los Ministros de Finanzas de la Eurozona quienes sostuvieron una reunión de emergencia el sábado un otorgamiento de extensión para el actual programa por unos días hasta el referéndum.

La solicitud fue rechazada. El presidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem y muchos otros Ministros de Finanzas mostraron su sorpresa ante la “acción unilateral de Grecia al terminar las negociaciones”. Declararon que las propuestas aún no han finalizado y que tampoco se ha llegado a un acuerdo cabal, pero que esta movida “ha cerrado la puerta para más negociaciones”. El Ministro de Finanzas francés junto al Comisionado de Economía de la UE afirmaron que todavía había tiempo para alcanzar un acuerdo si Grecia regresaba a la mesa de negociación, algo que también se hizo eco en más ministros, el Canciller alemán Merkel y el Presidente francés Hollande.

Con la retirada de las propuestas de las instituciones, el referéndum en Grecia queda en el vacío. A pesar de ello, el domingo, la Comisión Europea, “en el interés de la transparencia e información para el pueblo griego”, publicó las propuestas, donde se acota la imposibilidad de consumar el acuerdo debido al abandono del proceso por parte de Grecia. El gobierno griego respondió inmediatamente declarando que este texto no fue el que les habría sido enviado como ultimátum.

Mientras tanto, los ciudadanos griegos continúan acudiendo a cajeros automáticos y supermercados. La noche del domingo, Tsipras, en un declaración televisada nacional, calificó el rechazo de la extensión por parte del Eurogrupo como un “insulto sin precedentes” a una democracia popular soberana y como intento de chantaje al pueblo griego,  agregando además que esto ha devenido en el mantenimiento (aunque no aumento) de los niveles de ELA por parte de la BCE, la restricción de retiro de hasta €60 por día, y el cierre de los bancos y casas de cambio por toda la semana.

El mediodía del 29 de junio, el Presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker sostuvo una conferencia de prensa donde resumió el desarrollo de los eventos hasta el momento y declaró que las propuestas presentadas por las instituciones constituyen un paquete balanceado de propuestas que buscan estimular la reforman y acelerar la economía (hasta ahora, todas las reformas han logrado sólo lo contrario); Jean-Claude subraya que éstas no incluyen recortes de pensiones y salarios – algo que ha sido refutado tanto por el gobierno griego como por reporteros.

Hizo un llamado al gobierno griego a decir la verdad a su pueblo e instó a los ciudadanos a votar “sí” en el referéndum. Refutó el haber emitido un ultimátum y acusó al gobierno griego de haber abandonado abruptamente las negociaciones y de llamar a referéndum; reiteró además que hizo todo lo posible para llegar al acuerdo. “Esto no es el final del proceso”, dijo, al mismo tiempo que el gobierno en Grecia hacía eco de que los ciudadanos necesitan conocer la verdad sobre lo que acontecía.

Mientras continúa la búsqueda de los hechos, los medios en su cobertura constante de las últimas noticias comunican una atmósfera sombría (causada no solo por un clima nublado) y la incertidumbre que prevalece en titulares de que Grecia se dirige a un “Grexit” y que camina por territorios no explorados.

Sea el juego de la gallina, tirar de la cuerda, o de desafío. Como sea que se le llame, una cosa es segura: esto no es un juego, y menos cuando corren peligro la vida de al menos 11 millones de persones. Quizás eventualmente a Grecia pueda irle bien con su propia moneda, pero la cicatriz que dejará en una frágil unión monetaria todavía en desarrollo será irrevocable.

Translated from A developing Greek tragedy: the EU game of chicken