La palabra exacta, un aspecto esencial para el colectivo LGBT
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Belén Burgos Hernández¿'Género' o 'sexo'? La utilización de términos adecuados para hacer referencia a la identidad sexual tiene un significado muy especial para la comunidad LGBT. Cafébabel Bruselas aborda el tema con una terminóloga de la ONU.
Cafébabel Bruselas ha entrevistado a Danielle Henripin, quebequesa y coordinadora de terminología en la sede de la ONU en Nueva York. También ha sido presidenta durante tres años de UN-Globe, el grupo que defiende los derechos -igualdad y no discriminación- de los LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) que son funcionarios de la ONU, tanto dentro de la organización como fuera, realizando misiones de paz. Vuelve a hablar de la importancia de la palabra exacta y de la evolución de los derechos de LGBT dentro de las instituciones que tienen que ver con la ONU.
¿'Género' o 'sexo'?
"Poner nombre a una cosa es reconocerla", declara Danielle Henripin. Junto a sus colegas, compara los equivalentes lingüísticos del término inglés gender (género) utilizados en el seno de las diferentes organizaciones. "Se trata de un concepto que todavía no está admitido en todas las organizaciones. Está, no obstante, totalmente aceptado en el mundo anglosajón. En francés en cambio no tenemos un término unificado para aludir a este tema y, por tanto, no utilizado en todos los organismos internacionales", se lamenta.
Según la Organización Mundial de la Salud, la palabra 'sexo' se refiere más a las características biológicas y fisiológicas que diferencian a los hombres de las mujeres. La palabra 'género' se utiliza para hacer referencia a los roles establecidos socialmente, los comportamientos, las actividades y los atributos respectivos que una sociedad considera como apropiados para hombres y mujeres.
En el caso del francés, las ONG's y las personas involucradas en el ámbito de la identidad sexual utilizan cada vez con más frecuencia la palabra 'género'. "Por el contrario, muchos lingüistas francófonos no reconocen esta acepción de la palabra para designar la percepción de la identidad sexual. La distinción entre género y sexo no está realmente admitida o está aceptada con reticencias en algunas organizaciones de la ONU -explica Danielle Henripin-. "Los españoles dicen 'género' sin problema mientras que nosotros, en francés, no utilizamos todavía la palabra genre", asegura.
En Suecia existe, desde hace poco, un tercer pronombre que no es ni masculino ni femenino. Se trata del pronombre hen, destinado a las personas que no se identifican con ninguno de los dos sexos biológicos. "No creo que las lenguas de la ONU hayan llegado a ese punto. Esta evolución es más o menos rápida según los países, las culturas y las lenguas", constata la terminóloga.
De la perversión a la minoría
En cambio, los equivalentes lingüísticos para términos como 'homosexual' en algunas lenguas de la ONU han evolucionado mucho estos últimos años. "Agradezco el trabajo de los colegas traductores y terminólogos que han conseguido modernizar esa terminología y, en algunas lenguas, lograr que no se estigmatice todo lo que concierne a las minorías sexuales. Hemos pasado de la noción de perversión a la de minoría", se alegra Danielle Henripin.
Puesto que se trata de una organización que se preocupa por los derechos del hombre, tiene que reflexionar sobre estos conceptos con frecuencia. La propia expresión de "derechos del hombre" es bastante chocante para alguien procedente de Canadá: "En Quebec y en Canadá ya no se habla desde hace bastante tiempo de derechos del hombre. Pero, en la terminología de la ONU, este concepto es absolutamente fundamental". Los quebequeses tienen la costumbre de utilizar las expresiones "derechos humanos" o "derechos de la persona". La mayoría de las instituciones internacionales continúan empleando "derechos del hombre". "No digo que la ONU no tenga razón pero está claro que, para algunos terminólogos francófonos, "hombre" tiene también una cierta significación histórica. Y esto da lugar a debates en cada generación. De nuevo surge el debate, se alzan nuevas voces y alegan nuevos argumentos", afirma Danielle Henripin.
La ONU progresa
Según Danielle Henripin, en el seno de las instituciones de la ONU se han hecho algunos progresos en lo que a derechos de LGBT se refiere: "Desde hace casi dos años, la ONU reconoce a las parejas homosexuales siempre que esa unión esté amparada por la ley, sin importar el país. Con anterioridad, correspondía al país de origen del funcionario elegir entre reconocer o no a su pareja o a su familia. Es una gran victoria".
Antes, los LGBT casados tenían que solicitar el reconocimiento a su país de origen. Por ejemplo, "para una pareja italo-canadiense casada en Canadá, el funcionario italiano tenía que solicitar el reconocimiento de la unión en la misión diplomática u oficina consular italiana, que generalmente se lo denegaba alegando que el matrimonio homosexual no es legal en Italia. Esto planteaba toda clase de problemas administrativos y creaba un sistema a dos velocidades que reconocía a unas parejas sí y a otras no. Estoy muy orgullosa de que el grupo UN-Globe haya podido realizar este avance".
Ahora, los países de origen ya no tienen la última palabra: Si una unión es reconocida en un país, entonces la ONU la reconoce también, independientemente del país de origen del funcionario. Sin embargo, si una pareja de homosexuales italianos quiere trabajar en la ONU, tienen que casarse en un tercer país. Actualmente es así.
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Cafébabel Bruselas ha hecho la cobertura informativa de la Pride Parade celebrada el 16 de mayo.
Translated from Le mot juste, une notion essentielle pour les LGBT