La odisea de las gafas: del "cuatro ojos" a las Google Glass
Published on
Translation by:
Mélani Copoví SalazarEn 2014, Google lanzará al mercado las Google Glass, unas lentillas ultra ligeras que nos permitirán navegar por Internet “con la vista”. Quizás estas gafas revolucionen nuestras vidas. O quizás no. Pero una cosa sí está clara: desde la Edad Media hasta el siglo XXI, las gafas no han parado de cambiar por naturaleza. A diferencia de quienes las llevan.
¿Tenéis en mente el tópico cinematográfico del jóven perdedor que se cae al suelo por los golpes que le dan los líderes de turno? Hay un objeto, un accesorio, que representa muy bien el triste destino del novato. No es por la bandolera ni por los calcetines descoloridos que sobresalen de las Converse, sino por las gafas, ese objeto que tras la caída se desliza por el áspero asfalto antes de que el jefe de la pandilla se apresure a partirlas en dos.
Poco sexy
Motivo de maltrato desde los primeros años de escuela, las gafas han sido el símbolo del estudiante sentado en primera fila, favorito de los profesores ¿Cómo olvidarse de los llamados "cuatro ojos", víctimas del grosor de los cristales que parecían duplicar sus pupilas? ¿Y qué decir de las señoritas que se presentaban en las fiestas de fin de curso de punta en blanco pero con unas gafas feas? Eran los 90, estábamos a las puertas de los 2000. En aquella época una cosa estaba clara: las gafas tendrían siempre grabada a fuego la imagen de alguien poco sexy. En cambio, tras el 2000 llegó la novedad "del siglo". En un abrir y cerrar de ojos el "despreciado" accesorio es reemplazado de una vez por todas por las lentes de contacto. La tendencia se propaga incluso en las generaciones más jóvenes y cada vez se ven menos gafas en la escuela. Algunos van más allá y usan la endemoniada lentilla desechable para cambiar el color de sus ojos, sujetos al riesgo de perder la vista imitando a Lady Gaga.
la revancha de los nerd
No se sabe realmente si es por la crisis de identidad o del "se estaba mejor cuando se estaba peor", pero después de 2010 asistimos a un cambio radical de tendencia que podría compararse con el de la Restauración de 1800. Las gafas pasan de ser el símbolo de los "flojos" al emblema de la moda ¿Quién lo hubiese imaginado? Desde entonces van cogidas del brazo del fenómeno hipster. Para ello es necesario que la montura de estas no sea más pequeña que el pilar que sostiene el salón de la casa de nuestros abuelos. Los hay que se compran gafas falsas, aquellos desafortunados que no necesitan llevarlas. Y también resisten, rodavía, los que prefieren las lentillas. Aunque se advierte la tendencia (consciente o no), por parte de actores y artistas en general, de apoyar esta moda.
culo se cierra
EL CÍRCULO SE CIERRA
V.I.P a parte, no es casual que la figura del profesor todavía se asocie mayoritariamente al accesorio que recientemente se ha puesto de moda. De hecho, las gafas nacen como un objeto sinónimo de "erudición", usado a finales de la Edad Media por aquellos que difundían el saber a golpe de pluma estilográfica.
La difusión de las gafas se lleva a cabo por medio de un relato escrito o narrado por los monjes y comerciantes de viaje por Venecia, Pisa y Florencia: una historia que hoy en día está al alcance de un click gracias a Google. Y puede que el círculo se esté cerrando, porque la empresa de Mountain View representa precisamente "el saber" del mundo contemporáneo. El objeto misterioso se llama Google Glass, unas gafas digitales ultra ligeras -sí, es la enésima inversión en tendencia, aprobada por los hipster- cuya salida al mercado está prevista para 2014. Resultado de un proyecto empezado en 1998 en los laboratorios del MIT de Boston, las Google Glass nos permitirán navegar por internet sin manos, enviar en directo todo lo que veamos y convertir las sinapsis de la Web en vez de hacerlo nuestros smartphones. De una forma u otra, nos encontramos en un punto de no retorno y al mismo tiempo en una tendencia que será siempre la misma: ya nunca seremos los "cuatro ojos" de la clase, o esa jóven que busca a tientas sus monturas en el suelo. Con las Google Glass, ya nunca seremos, de nuevo e inexorablemente, los desgraciados de antaño.
Translated from Da "quattr'occhi" ai Google Glass: l'odissea degli occhiali