La nueva germanofobia de Europa: ¿quién teme a la Alemania feroz?
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Inés CendónCada vez son más las voces que se hacen eco de la falta de actuación de la canciller Merkel respecto a la crisis del euro y cada vez critican más y más alto una Europa centrada en Alemania.
Por el viejo continente se pasea un fantasma llamado “Europa alemana”. En la islas británicas, el político populista de derechas Nigel Farage, (UKIP, Partido por la Independencia del Reino Unido) despotricaba contra “una Europa dominada por Alemania” y según el Daily Telegraph, la intención de Alemania sería “reconquistar Europa”. En Francia, un ministro argumentaba acaloradamente que Alemania lo dominaba todo; otro, que pretendía imponerse como líder de Europa.
¿De dónde ha salido esta repentina germanofobia? En principio se debe al papel (demasiado) fundamental que desempeña Alemania en la UE: solo Alemania posee unas finanzas lo suficientemente fuertes como para llevar de la mano a los países europeos endeudados, por lo que se considera que el rescate del Euro (o en su defecto, su caída) está en manos alemanas. No fue hasta el pasado lunes cuando el ministro de exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, dirigió una dramática petición al gobierno federal alemán para que llevase a cabo las reformas europeas, impidiendo así el colapso de la zona euro.
Problema número uno: para prestar más ayudas financieras, Merkel exige tener más control sobre los sistemas económicos nacionales. Esto les recuerda a muchos, como el Daily Telegraph, a las antiguas aspiraciones nazis: “Donde Hitler no consiguió conquistar Europa con medios militares, vienen los alemanes modernos con el comercio y la disciplina financiera. Bienvenidos al cuarto Reich”.
El galimatías populista, también desde Alemania
“Ahora se habla alemán en Europa”. Los medios británicos saltaron a las trincheras, sobre todo el Daily Mail, que puso la frase en el titular con una referencia al ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels incluida. Aunque uno no debe tirar piedras contra su propio tejado. También los periodistas alemanes utilizan a menudo un tono inapropiado y se comportan, según el blog Sprengsatz (en alemán), como “elefantes en la tienda de porcelana europea”.
No debe sorprender, por lo tanto, que las críticas a Alemania se estén extendiendo por toda Europa. En la Grecia que un día estuvo ocupara por Hitler, los periódicos rebautizaron al funcionario europeo Horst Reichenbach como el “Tercer Reichenbach” y titularon fotos de su despacho como “la nueva central de la Gestapo”. Los griegos también protestan de forma habitual vestidos como nazis contra una aparente imposición de Alemania. El periódico español ABC ironizaba que Merkel tiene “tanta idea de lo que puede ser Europa en seis meses como un parado español, un campesino griego, un ama de casa danesa o un tornero de la Daimler Benz”. Según el periódico financiero italiano Il Sole, Alemania se está encerrando en una “torre de marfil”. El rumano Dilema veche otorgó un Oscar a Merkozy al mejor actor por “Cine de terror 2011: la odisea doméstica”. Incluso en Alemania las críticas le salen al paso a Merkel.
De hecho, la estrategia de Merkel puede parecer desaprensiva a los ojos del resto de los estados miembros: ¿es que la canciller solo piensa en su propio beneficio mientras a los demás países de la UE se les va quedando grande el euro? Seguramente, el austero rumbo emprendido por Merkel no carece de riesgos políticos: primero la división de la unión monetaria, a continuación la de la UE; estos panoramas del caos ya se están discutiendo en muchas agencias de brokers. Los estados de la UE temen por su soberanía nacional, temor acentuado por el miedo a una segunda Alemania nazi.
Una situación sin perspectivas de éxito para Alemania
En estos momentos, Alemania es, por así decirlo, el "culo sucio" de la UE. Los lectores británicos y franceses critican que sus países conviertan a Alemania en la responsable de sus propios errores. Según el conservador británico Boris Johnson, “Alemania (…) se ve arrastrada a esta posición, por su poder económico y las necesidades políticas”.
Alemania se encuentra en una situación sin perspectivas de éxito, como explica el exministro de exteriores alemán Joschka Fischer: “Si Alemania negocia, surge el temor de que Alemania domine. Si Alemania no negocia, surge el temor de que se aleje de Europa”. Sin embargo, en los planes de Merkel entra de todo, menos apartarse de la UE. Más bien, la disciplina financiera que exige debe calmar los mercados y con ello estabilizar la UE, aunque la canciller subraya primero que los países contaban con la seguridad de que Alemania tuviera los bolsillos llenos y no se esforzaron, y segundo, que solo una Alemania con unas finanzas estables puede ayudarlos. Y la estrategia de Merkel dio frutos: los países con unas finanzas más débiles fueron intervenidos; los mercados se alegraron de ello. Hasta que empezaron a llegar terribles noticias.
Si Alemania se muestra testaruda y sigue impulsando el colapso del euro, muchos auguran un sombrío (o ningún) futuro para Europa. Los políticos franceses matizan la situación con diversas declaraciones que van de“catástrofe” (Attali), pasando por "muerte por ahogamiento" (Jean-Louis Bourlanges), al “fin de las democracias nacionales” (Jacques Myard). Solo están de acuerdo en una cosa: Alemania tiene en sus manos el futuro de Europa. El periódico francés Le Monde cree que el viejo continente está por completo en manos alemanas. Aunque hay una cosa que se está olvidando: Alemania no puede salvar a Europa en solitario.
Fotos: portada (cc)Pentadact/flickr; Video (cc)europarl/YouTube
Translated from Europas neue Germanophobie: Wer hat Angst vorm bösen Deutschland?