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La mancha verde de la Liga Norte

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Política

El Gobierno Berlusconi celebra sus primeros cien días y ratifica el Tratado de Lisboa. Centramos la mirada a la Liga Norte: de las críticas al Tratado de Lisboa a las medidas hacia los gitanos, definidas como discriminatorias por Bruselas. Entrevista a Gianluca Pini

En el nuevo Parlamento italiano pega fuerte la mancha verde de la Liga Norte. Es su color simbólico, que lucen orgullosamente tanto sus representantes políticos como sus militantes en corbatas, bolsos y pañuelos para el cuello. El partido autonomista del Norte –que ya en los años noventa alentaba la separación entre la parte norte de Italia (La Padania) y la parte sur, y que hoy se presenta como portavoz del ideal federalista– es probablemente el partido con una identidad más clara de los que se han presentado en la campaña electoral. Cuenta con una ‘estructura real’ que sostiene su ideal autonomista: una televisión (TelePadania), una radio (Radio Padania Libera) y un periódico del partido (La Padania). Tiene su propia ‘selección’ de fútbol, financia una escuela secundaria donde se enseña el dialecto lombardo (el instituto Bosina de Varese) y hasta organiza su propio concurso de belleza: Miss Padania.

El éxito electoral

"Un consultor norteamericano diría que el valor en términos de apoyo a los postulados de la Liga es incalculable. Para conseguir el mismo efecto en la opinión pública habría sido necesario gastar decenas de millones de euros en anuncios de televisión", nos explica Cristian Vaccari, experto en comunicación política, refiriéndose a la crisis de la basura en Nápoles y en Campania. La Lega Nord, presentándose solamente en el centro y norte de Italia, ha obtenido un imprevisible boom electoral pasando de aproximadamente el 4,5% a superar el 8% del porcentaje de votos, consiguiendo más del 20% en Lombardía y en Véneto, los motores económicos del país, y entrando en una región tradicionalmente de izquierdas como es Emilia-Romaña. "En la televisión la Liga ha salido relativamente poco, precisamente por eso tanta gente se sorprenden de su éxito", continúa Vaccari. "La clave se encuentra en el plano de la comunicación interpersonal y de la presencia sobre el terreno. También cuentan los últimos experimentos de las rondas", los grupos de militantes que hacen vigilancia de noche en barrios peligrosos para prevenir posibles crímenes, "no son solamente un intento de construir estructuras paraestatales, para la Lega es una gran oportunidad de movilizarse y una ocasión para hacer política".

Territorio y defensa de los valores cristianos

Aunque la oposición norte-sur continúa siendo un componente del movimiento de la Liga ("nosotros no somos mierdecilla levantina o mediterránea", llegó a decir en un mitin el eurodiputado Borghezio), desde hace un tiempo la Liga Norte se ha desligado parcialmente del tema meridional para dedicarse a la defensa de los valores cristianos –a pesar de una cierta fascinación por la cultura celta– en contraste con la inmigración, en particular la ilegal y la gitana, y contra el peligro de "una islamización del país" (de nuevo Borghezio dijo que a la Liga "la quiere Dios como en las Cruzadas, contra el Islam, para defender esta tierra"). Este cambio lo encarna perfectamente la nueva senadora de la Liga Angela Maraventano, elegida en Emilia-Romaña pero procedente del extremo más al sur de Italia, la isla de Lampedusa, uno de los destinos principales de los desembarcos de inmigrantes ilegales. Aunque frecuentemente la prensa internacional la asocia a la derecha social, y a pesar de que sus mayores puntos de contacto sean con partidos como el belga Vlaams Belang, la peculiaridad de la Liga Norte es que siempre ha rechazado sambenitos ideológicos y que ha acogido corrientes de inspiraciones políticas de lo más dispar, unidas bajo el nombre del federalismo y de un pragmatismo intolerante con la burocracia estatal y comunitaria, logrando así el consenso de emprendedores, artesanos, comerciantes y obreros.

Europa nos mira

Los puntos fuertes de la Liga han sido dos: por una parte la seguridad, incidiendo en particular en la entrada en la UE de Rumanía y de la inmigración ‘ilegal’, y por otra el territorio y la propuesta de un federalismo fiscal que –como nos cuenta Pini, de la Liga Norte– no es otra cosa que un paso previo a una reforma federal de la ordenación del Estado en función del hecho de que "los auténticos actores en la Unión Europea del futuro no serán los Estados nacionales sino las regiones o las macro-áreas regionales como la Padania".

La Liga cuenta con cuatro ministerios en el Gobierno Berlusconi: Interior (Roberto Maroni), Reforma (Umberto Bossi), Simplificación (Roberto Calderoli) y Agricultura (Luca Zaia). Entre las medidas adoptadas, la más discutida ha sido el llamado "Pack de seguridad" -promovido por Roberto Maroni– que considera la clandestinidad un agravante en caso de delito y ha dado el visto bueno al censo de los habitantes de los campamentos gitanos, incluyendo la toma de huellas digitales hasta a los menores (lo que ha traído un toque de atención por parte de la UE al gobierno). El mismo Maroni ha firmado junto con el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, el decreto que ha validado la operación ‘Soldados en la ciudad’.

No se debe olvidar tampoco que después del referéndum irlandés Roberto Calderoli ha declarado la muerte del Tratado de Lisboa: "Esta Europa, cuando se la somete al juicio del pueblo, siempre suspende, solo es promovida desde arriba: nosotros queremos una Europa en la que se hable de los problemas más cercanos a las exigencias de los ciudadanos y no una Europa burocrática que quiere incluso legislar el tamaño del pito...".

Entrevista con Gianluca Pini, responsable político de la Liga Norte en Romaña. Realizada por Mattia Bergamini Todo esto es agua pasada, el Tratado ya ha sido ratificado. Por unanimidad.

Translated from La macchia verde della Lega Nord