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La Maldición francesa del Barça

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Barcelona

El FC Barcelona empezará la temporada de fútbol 2008-2009 con dos jugadores franceses en sus filas, Thierry Henry y Eric Abidal. Se nos presenta la ocasión de volver a fijarnos en un dato curioso: ningún jugador del país vecino ha conseguido imponerse durante mucho tiempo en el seno del club catalán.

Cada uno tiene el orgullo que puede.

Mientras que algunos países como España, Inglaterra o Italia se enorgullecen de sus clubs con una sobrecarga en su palmarés, Francia sólo cuenta con una Liga de Campeones que ganó con Marsella en 1993, lo que vendría a ser, contando bien, dos veces menos que las del Nottingham Forest, vencedor en 1979 y 1980, y que milita actualmente en la segunda división inglesa. Sin embargo, si hay algo de lo que Francia está orgullosa, es de que el jugador francés se exporte muy bien puesto que los mejores clubs de Europa han tenido en sus filas uno o varios jugadores franceses que han marcado su historia. Eric Cantona en el Manchester, Thierry Henry y Patrick Vieira en el Arsenal, Zinedine Zidane en el Juventus de Turín y después en el Real Madrid... Los ejemplos no faltan. ¿Y el Barça? Es la excepción, el misterio, la maldición. En pocas palabras, nada, el desierto. Y es que, en un club más bien marcado por la aportación de brasileños u holandeses, los franceses han sido, en el mejor de los casos, discretos; en el peor, catastróficos.

Los fracasos

Son el mayor número. Ningún culé puede evitar la sonrisa amarga en los labios cuando se evocan estos nombres: las sandeces del guardameta Richard Dutruel, Philippe Christanval abucheado por el Camp Nou, el fantasmal Frédéric Déhu, y finalmente el decepcionante Christophe Dugarry, a pesar de todo campeón del mundo y de Europa bajo la túnica azul. Error de casting, jugador sobrevalorado o que se ha utilizado por debajo de sus posibilidades: las explicaciones no faltan.

Las decepciones

Incluso los jugadores prestigiosos han fracasado en la Ciudad Condal: sin quitar méritos, Laurent Blanc no ha aportado lo previsto, y sólo se quedó en el club la temporada 1996-1997. Lo mismo pasó con Emmanuel Petit, indiscutible en Inglaterra, y que resultó ser defensa izquierda en el esquema de Van Gaal en 2000-2001. En cuanto a Lilian Thuram, que llegó en 2006 a finales de su carrera, no ha sido más que la sombra del maravilloso defensa que fue en Italia.

Una excepción y esperanzas

En este palmarés al revés, sólo Ludovic Giuly consigue salvarse. El atacante nos recuerda a menudo que efectivamente él es el único francés galardonado (dos ligas y una Champions League) con el FC Barcelona. Sin haber llegado al estatus de crack indiscutible de Ronaldinho o Messi, ha dejado un buen recuerdo en la capital catalana. ¿Y qué pasa con el futuro? Todavía quedan dos jugadores franceses en el club. Dos jugadores que han decepcionado en su primer año en España, pero que pueden recuperarse. En primer lugar, Eric Abidal, que ha sufrido la falta de preparación física de la temporada anterior, pero que se le ve más cómodo con el nuevo entrenador. Y sobre todo Thierry Henry, jugador emblemático del siglo XXI que de momento no ha estado a la altura de su reputación. En vísperas de una nueva temporada, el recién capitán del equipo de Francia tiene una segunda oportunidad para romper el maleficio de los franceses del Barça.