"LA LOCURA ES NORMAL": ENTREVISTA A DANICA CURCIC
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Juncal Fabra RibellesDanica Curcic, actriz danesa de raíces serbias, pone de manifiesto lo mejor de las dos culturas: la balcánica y la escandinava. Además de participar en varias películas que se estrenan el próximo otoño, también representa en el teatro el papel de los clásicos personajes masculinos shakesperianos: Hamlet, el rey Lear y Otelo. Los quiere todos.
Cafébabel: "Danica Curcic, Dinamarca". Tu nombre serbio representa a Dinamarca en Berlín. ¿Esto influye en cómo se te considera en Dinamarca? Tu doble identidad, serbio-danesa, ¿influye en tu forma de actuar?
Danica Curcic: Nací en Belgrado y crecí en un hogar serbio en Copenhague. Tan sólo tenía un año cuando nos mudamos. Mi padre trabajaba en la embajada yugoslava de Copenhague. Se suponía que no íbamos a estar aquí para siempre, pero entonces la situación en nuestro país empezó a deteriorarse. Estalló guerra y mis padres decidieron quedarse en Dinamarca.
Creo que es una gran ventaja el hecho de haberme criado entre dos culturas, dos temperamentos y dos formas de vivir muy diferentes.
Lo curioso es que Danica significa Dinamarca en latín. Es pura coincidencia. Mi abuela también se llamaba Danica. Es un nombre tradicional serbio.
Sin embargo, un nombre como este no influye en cómo me trata la gente. El tema está en mi aspecto. No tengo rasgos particularmente eslavos o daneses. Esto es algo positivo, ya que me permite interpretar tanto papeles daneses como eslavos. No obstante, Dinamarca es un país pequeño y actores de otros países como Turquía, Europa del Este o los países balcánicos, en ocasiones, sí que tienen problemas en la selección de actores. A veces también me dicen a mí que soy demasiado morena para un papel de típica novia danesa.
"NO HABÍA NADA QUE PUDIERA PARARME"
Cafébabel: ¿Fue una decisión consciente el hecho de convertirte en actriz? ¿Qué papel jugó tu familia?
Danica Curcic: Mis padres siempre me han apoyado. Mi educación era especialmente importante para ellos. Los daneses suelen tener una mentalidad distinta. Ellos se cogen un año sabático y viajan. Para mis padres era fundamental que me fuera bien en la escuela; que sacara buenas notas. No cabía discusión alguna. Probablemente, debido a esto empecé mis estudios cinematográficos y periodísticos en la universidad cuando sólo tenía 17 años.
Más tarde, tuve claro que debía dejar los estudios teóricos y convertirme en actriz. Pensé: “Ya está. Esta es mi vocación. Tengo que hacerlo y voy a hacerlo; y será increíble.” ¡Estaba muy decidida cuando tomé la decisión! No había nada que pudiera pararme.
Cuéntanos un poco más sobre tus últimos proyectos.
Ahora mismo estoy haciendo teatro. Estoy trabajando con otras tres actrices en un collage de Shakespeare en el Teatro Real de Copenhague. Es todo lo contrario a las normas teatrales de la época del propio Shakespeare; cuando los hombres también interpretaban los papeles de las mujeres. Yo hago de Hamlet, el rey Lear y Otelo.
Muchas situaciones o personajes shakesperianos se repiten. Por ello, nuestro director y el dramaturgo del Teatro Real de Copenhague crearon un fascinante collage. Entre otros, los personajes de lady Ana en Ricardo III y Ofelia en Hamlet fueron combinados en la misma escena. Tiene mucho sentido, ya que tratamos emociones puras como el deseo, los celos o el odio en situaciones muy bien definidas. Y sin embargo, tengo mucha curiosidad por saber cómo queda. Prácticamente acabamos de empezar. Es un oportunidad única para una actriz interpretar el que quizás sea el papel más importante de todos los tiempos: Hamlet.
El desafío consiste en hacer que estos grandes personajes parezcan lo más humanos posible. Defenderlos.
¿Hay algún papel en especial que te gusta interpretar?
Interpreté ese gran personaje en The Absent One (2014): una fugitiva perturbada que se paseó con el cadáver de su bebé durante diez años. Esa clase de papel te permite llegar a lo más profundo de ti mismo; donde no llegarías normalmente. El desafío de los grandes personajes consiste en hacer que parezcan lo más humanos posible y defenderlos.
¿Crees que la locura es algo poco natural o, merjor dicho, que la normalidad no es más que una forma aceptada de locura?
Todo depende del punto de vista. Como actriz, tengo la ventaja de poder meterme y salir del papel. Puedes representar casi cualquier personaje. Lo más importante es encontrar la verdad dentro de uno mismo. Incluso una mujer loca posee esta verdad. La palabra ‘loca’ tiene connotaciones negativas, pero todo es una reacción a algo que ha pasado. Todo es consecuencia de algo más. Así pues, la locura es normal.
¿Tienes algún proyecto a la vista en Serbia? ¿Crees que es interesante el hecho de que vengas del ámbito cinematográfico?
Por ahora no tengo nada planeado en Serbia, pero allí el cine es muy prometedor. Vi la película Clip (2012) y me pareció que era muy convincente y directa. Un retrato de dos generaciones distintas: una anclada en la nostalgia y la otra que intenta sobrevivir en un país que ha sido destruido. También estoy impaciente por ver Krugovi (ing. Circles, 2013) con Nikola Rakocevic, que es también una estrella del cine europeo este año. He oído que es una película muy buena.
Para mí, Underground (1995) de Kusturica es una de las películas más grandes que jamás se han hecho. Me encantaría trabajar con él. Aún no he contactado con él, pero creo que debería hacerlo.
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Translated from ‘Madness is normal’: An Interview with Danica Curcic