La herencia de la revolucion del 15-M
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Cada nuevo periodo electoral deja en evidencia el bipartidismo efectivo que existe en nuestro país a pesar de la eclosión de una multiplicidad de nuevos partidos efímeros. La revolución del 15-M significo un giro fundamental en la sociedad española sin conocer hasta la fecha consecuencia política inmediata. ¿ Es de esperar una metamorfosis en la vida política española ?
La pregunta que uno se hace viendo la multiplicación de asociaciones ciudadanas (más bien conocidas como mareas ciudadanas), de marchas por la dignidad, de procesiones y protestas en contra de la ley que restringe el derecho al aborto, o el propio derecho de reunión y de manifestación, es ¿ porque no aparece un líder político que pueda llevarse la voz y el voto de estos ciudadanos heridos y desquiciados a Bruselas y a la Moncloa ?
La respuesta, lejos de ser sencilla, podría resumirse en la diversidad de aquellas reivindicaciones de la Puerta del Sol en mayo del eterno año 2011.
Ese mes se vio la otra cara de la moneda, o mejor dicho lo que hay detrás del espejo en el que se reflejaron los rostros de José-Luis Zapatero, José-Maria Aznar, Felipe Gonzalez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Adolfo Suarez: un sistema político agotado, oscuro y decadente. Mis opositores respondían que este sistema durará más que yo y lamento tener que darles toda la razón a pesar de mis anhelos por ver mi país convertirse en un ejemplo de democracia y transparencia.
No se equivoque, la intención de este artículo no es de ser un panfleto en contra de nuestros pasados presidentes del gobierno, quiero confiar en que “Dios reconocerá a los suyos”. Se trata más bien de prestarle atención a la iniciativa ciudadana de los llamados “indignados” y respetar sus inquietudes. Se procura denunciar un “status quo” político estancado en la bipolarización desde casi 40 años.
Volvamos a la Puerta del Sol, testigo del malestar de mis compatriotas. Aquel mes de mayo 2011 se escucharon muchas propuestas ya sean políticas, sociales, medioambientales y económicas que más allá de ser de izquierda o de derecha, la gran mayoría presentaban las virtudes de ser originales e innovadoras.
Cómo olvidarse de aquellas reuniones ciudadanas en la puerta del sol viendo nacer proposiciones como “una vivienda y un trabajo para todos”, la sustitución de la austeridad por inversiones publicas, el fomento de la transición energética, el desarrollo de servicios públicos, la lucha en contra del fraude fiscal, el exterminio de la corrupción, el impulso de la tasación sobre la transacciones monetarias (Tobin tax)... Recuerdo con orgullo y algo de tristeza aquellos días de sublevación y mutación social, algo cambió en aquel entonces.
Pero a la hora de crear un partido político que lleve al frente dichas aspiraciones, no aparece un partido político sino una multitud. De esta forma se le hace la cama a los partidos políticos tradicionales respetando a la letra el famoso refrán de Julio Cesar “divide et impera” (divide y domina).
Ideologicamente, que nadie se engañe, todos sabemos que son varias las fuentes políticas que inundaron la Puerta del Sol, el Arenal de Bilbao, la gran vía de Colon en Granada, la plaza de la Fuente dorada de Valladolid, la plaza de Cataluña de Barcelona, la plaza del Pilar de Zaragoza... Y obviamente poner de acuerdo a toda esta gente es casi imposible, es precisamente de esto que aun viven y comen el PP y el PSOE hoy en día, de nuestra incapacidad de reunir fuerzas para imponer el adiós de nuestro pasado político, lamentablemente muy presente, y proyectarse en un futuro de “democracia real” – cuyo lema, común à todos los indignados, debe ser el punto de inflexión del venidero cambio político español.
La indecisión sera el sepulcro de la revolución ciudadana, de querer existir políticamente habría que acordarse en listas y candidaturas comunes y poner al servicio del renacimiento político español, las distintas corrientes de los “think tank” (tanques de pensamientos en español) que vieron la luz en la iniciativa ciudadana de mayo de 2011. Invito, Izquierda Unida, Podemos, Partido X, Ciudadanos (C's), los Verdes, EQUO y todos los partidos políticos que se reconocen en la herencia de la revolución ciudadana del 15-M a reunirse y trabajar mano a mano, como símbolo de un país unido en la diversidad, tal y como lo hicieron millones de ciudadanos en su día marchando por la dignidad.