La Generación Y, analizada de cabo a rabo
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Yasmina Guye Sancho¿Pretenciosos o simplemente ambiciosos? ¿Infieles a la empresa o sólo buscando una forma de conjugar vida laboral y vida privada? He aquí el retrato, matizado, de la Generación Y
¿Le suena de algo la Generación Y? Este concepto ha invadido los titulares de la prensa francesa estas últimas semanas: de la portada de la revista Les Inrocks (una revista francesa de actualidad que aparece semanalmente) a la publicación de dos libros sobre este tema, pasando por las distintas entrevistas radiofónicas y el entusiasmo de la prensa tradicional.
Titulares como los de: "La Generación Y al poder", "La Generación Y rediseñará Europa" o "La Generación Y da prioridad a la calidad de vida y a la innovación", son un ejemplo de lo que se ha podido leer en la prensa sobre el último fenómeno de sociedad. Pero, ¿en qué consiste esta Generación Y? Los especialistas destacan que los Y (ese es su nombre) nacieron entre 1980 y mediados de los 90 y que son la primera generación que descubrió Internet antes de los 18 años (también se les llama “nativos digitales”). El término de "Generación Y" surgió en los años 2000 en el ámbito empresarial con la llegada en el mercado laboral de nuevos empleados con códigos y comportamientos distintos que han llevado a los departamentos de recursos humanos a revisar sus manuales de gestión.
Flexibles, sobrecalificados e…infieles
Para saber cómo reconocer a un Y, el libro de las periodistas francesas Julia Tissiery Myriam Levain,La Génération Y par elle-même(La Generación Y por ella misma) da algunas claves. En este libro, las dos periodistas de 27 y 29 años rompen loes estereotipos sobre la famosa generación de los 18-30 años. Capítulos y estereotipos como "Son individualistas, están dopados al porno, son incultos…." son un ejemplo de todos esos tópicos que han de romperse. Para estas dos jóvenes mujeres, los Y están "hyperconectados"; es decir, nacieron con el móvil en la mano y para ellos, Internet es un refugio. Además, explican que estos jóvenes, que están sobrecualificados, que son flexibles y que han conocido la crisis económica y el paro desde pequeños, no tienen la misma relación hacia el trabajo que sus hermanos mayores. Pero, lo que sobre todo tienen en común los Y, es su falta de fidelidad a las empresas: "la lealtad hacia el empleador ya no es uno de los valores de la generación Y. Esta infidelidad no debería sorprendernos si tomamos en cuenta que no nos abren ninguna puerta al principio y que, sistemáticamente, somos los últimos de la cola. Cuando conseguir un contrato fijo o una vivienda decente se asemeja a una misión imposible, es normal que hayamos desarrollado una combatividad que a menudo los ancianos asimilan erróneamente a la insolencia".
Ante esta sociedad que no les regala nada, los Y han tenido que espabilarse y desarrollar un sentido de la autonomía y, hay que admitirlo, un cierto cinismo. A los Y, que le cogieron el gustillo a Internet desde la adolescencia, les cuesta diferenciar entre vida privada y vida profesional: la separación de ambos universos es casi imposible pues, por una parte, Facebook, el correo electrónico privado o el teléfono móvil nos recuerdan en cada instante la "vida exterior" al despecho y, por otra parte, el móvil profesional o los correos electrónicos que deben contestarse a cualquier hora del día (o de la noche) llevan la vida profesional al ámbito de la vida privada…
Y esta Generación Y, ¿existe de verdad?
“Los Y, ¿una Generación porno? No más que otras… la pornografía no es nada nuevo”
Sin embargo, aún cuando no se puede negar la evolución de nuestra sociedad (la aparición de Internet ha desempeñado un papel muy importante en esta evolución), no es tan fácil demostrar que el comportamiento en la vida profesional o en las relaciones amorosas difieren en función de la edad. Al intentar desmontar esos clichés sobre la generación Y tan difundidos, las dos periodistas acaban incluso con la particularidad de la Generación Y. Así pues, en lo que respecta al sexo, nada nuevo bajo el sol por lo visto: "en cuanto hablamos de sexo, la sociedad nos reenvía la imagen de una generación totalmente desenfrenada. ¿Los Y, una generación porno? No, por lo menos no más que las anteriores. La pornografía no es nueva". Lo mismo ocurre con el tema de la pareja y de la fidelidad: "¿Cuáles son nuestros valores en el amor? Por muy sorprendente que parezca, nuestros valores son bastante clásicos. La fidelidad sigue siendo un valor muy importante para las jóvenes generaciones puesto que las parejas están basadas en un amor y en una confianza mutua" constata Ghislaine Paris (una sexóloga). Pero la Generación Y no sólo se asemeja a las demás en el sexo o en la pareja, hasta tal punto que uno incluso se pregunta si dicha generación existe de verdad. La comunidad científica no se pone de acuerdo sobre esta teoría. De hecho, son muchas los estudios que ponen en duda los preceptos de la Generación Y. Una cosa está clara, lo que diferencia a la Generación Y de las anteriores es que es….más joven.
Fotos: portada cc)Giuseppe Bognanni/flickr; Myriam Levain y Julia Tissier © cortesía de François Bourin éditeur
Translated from La Génération Y au pied de la lettre