La cantante francesa Ornette: “Odiaba a Gainsbourg”
Published on
Translation by:
Mar Camón“Si le hubieran dicho que un día cantaría, no se lo hubiera creído”, he aquí la primera frase promocional que se puede leer en el álbum Crazy. Por lo tanto, Ornette se hace escuchar. Entre el conservatorio, una familia peculiar y un ordenador roto, la cantante de 28 años ha creado un proyecto musical en color publicado en Francia el pasado 26 de septiembre.
“Todas las cantantes son guapas y les gustan a los chicos. Yo jamás he gustado a los chicos”. A mis ojos: grande, rubia platino, solar… El único detalle que podría quitarle un toque de seguridad son sus grandes gafas, cuyas monturas esconden unos ojos maliciosos. Ornette es guapa. Modesta. Y difícil de creer. Difícil de creer porque ella asegura que jamás ha trabajado su voz. Pianista de un grupo de jazz, MOP (Electric MOP), ella era “la pianista de las gafas. El piano me fue bien, y tenia muchos proyectos instrumentales. De hecho, jamás me vi cantando”.
Escuela militar, Regina Spektor y esmalte de uñas
De hecho, jamás tuvo la ocasión. Ornette ha estudiado clásico durante 20 años en el conservatorio. Una escuela “militar”, donde no se cantaba: “Yo no tenía derecho a ponerme esmalte de uñas, dice, mostrando sus uñas pintadas de rosa, había que vestir de negro y con camiseta blanca. Una escuela intransigente. Nunca nada era suficiente, ni lo bastante preciso, ni suficientemente rápido ni limpio. Y a mí me gustan las cosas sucias”. El resultado, su álbum. Como testigo, la portada muestra una cara manchada de pintura y el nombre del álbum, Crazy: “Tenía ganas de estar en otra burbuja”. Grosso modo, fue una especie de reacción a un mundo demasiado escéptico y civilizado. ¿De allí nacen el tinte dorado y el look eléctrico? ¿De allí nacen los deseos de libertad? Empezando por el nombre. Ya que si Ornette se llama así es en homenaje a una gran figura de la música, Ornette Colleman, saxofonista de vanguardia y pionero del jazz libre.
“Mi objetivo no era revolucionar nada”
“He reaccionado al conservatorio pasando por el jazz y la improvisación libre. Luego, me doy cuenta que eso me ha aportado muchas cosas, no necesariamente humanas pero sí artísticas. Como mínimo tengo nociones de armonía clásica. En una canción como The Lion and The Doll, he puesto violines porque me entusiasma”. Un delirio basado en 12 piezas que no se parecen en nada. Las influencias, de Regina Spektor a Peter Von Poehl, pasando por La Roux, hacen del álbum un disco eléctrico, profundo y sobretodo valiente. Y a menudo esto requiere simplicidad: “Mi objetivo no era revolucionar nada. He hecho cosas muy sencillas, con letras y melodías muy simples sobre las que se añaden palabras simples que hablan de mi vida.” Sobre lo que pasa.
Todo se remonta a recuerdos
Bien. ¿Y por qué Crazy, demonios? Pues bien, hace falta buscar todo esto, en los recuerdos, en casa o la época durante la cual Ornette solo era Bettina Kee. Es el contraste perfecto con el ambiente del conservatorio: “Vengo de una familia de músicos un poco loca. En casa, veía muchas fiestas en las que todos iban un poco bebidos. Yo tocaba La Javanaise mientras todos cantaban . Así que al final, los recuerdos son bastante divertidos”. En efecto. Ornette ha crecido entre una madre comediante que escucha música contemporánea cerrando la puerta con llave para practicar la voz, y un padre que adora “las polifonías” y tararea el canto lírico.
Pop de colores
El escenario está listo. El universo encorsetado en el que la joven estudiante hacia sus trabajos se diluía integralmente por la noche, en una atmósfera festiva donde en realidad, pasar por una chica atrevida era algo realmente sabio. “En comparación con mis padres, yo soy muy dócil. Pero ellos inmediatamente comprendieron mi elección. Jamás se la he dicho, en realidad. Siempre me he dedicado a la música, por lo que resultaba evidente”. Igualmente obvio resulta el hecho de que Ornette haga carrera en el cine. Ha trabajado con Jacques Rivette en Histoire de Marie y Julien, y con Pascal Bonitzer en Petites Coupures al lado de Daniel Auteuil, Emmanuel Devos et Kristin Scott Thomas.
En resumen, Ornette es todo eso. Crazy es una mezcla de gamas, fiestas, de piano, bronce, tinte y esmalte de uñas. No es un truco revolucionario, de acuerdo, pero si nuevo, simpático y refrescante. Un tipo de álbum que nos empuja a realizar tonterías. En plena discusión sobre smartphones e Internet, ella pone su portátil sobre la mesa. No queda más que una carcasa que se aguanta de milagro. “Tengo dos hijos y creo que es mejor no tener teléfonos…hace dos días mi hijo rompió el teclado de mi ordenador. Decidió que había que hacerle un lavado nasal con agua de mar. Está más limpio, pero ya no funciona”. Escuchaba el álbum de su madre.
To be Ornette to be, su playlist en exclusiva:
Bobby Mc Ferin (discografía completa) Jay-Z & Kanye West - Gotta Have itLa Roux - Quicksand
“ Y cosas francesas de las que ahora ya no me acuerdo”. Puede ser esto, esto o esto.
Se sortean cinco discos de Ornette. Si estás delante de su ordenador y quieres recibir Crazy en tu buzón, envía un email a [email protected].
Fotos : Portada y disco ©discograph Ornette-foulard y Ornette ©vittoriobergamaschi, Vídeo ©Discograph
Translated from Ornette : « J’ai détesté Gainsbourg »