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Kryštof Hádek: la estrella del cine checo

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A sus 27 años, este joven actor fue incluido en el Shooting Stars de la edición 2010 de la Berlinale, una distinción que premia a los diez mejores comediantes europeos. Cita con la nueva promesa del cine checo

Kryštof está cansado. La Berlinale no es, por norma general, un descanso; especialemente cuando se es uno de los diez elegidos del Shootings Stars. Entre alfombra roja y recogida de premios, hay que aprovechar para multiplicar los contactos. Su avión para Praga sale en unas horas, pero él nos ha prometido consagrarnos con una generosa media hora.

La cita es en un hotel de lujo que le reserva la organización del festival, no muy lejos de la Potsdamer Platz. Nos encuentra en el recibidor en un ambiente tenue. “Debía hacer el check-out a mediodía, pero estaba en la ciudad”. De vuelta al hotel, me han hecho pagar la habitación una noche más”. Algo para estar de mal humor. Pero Kryštof es la serenidad encarnada.

Actrices

Kryštof Hádek, relaxé après sa nomination aux "shooting stars"Pero no siempre ha sido así. “De niño, no estaba centrado. Estaba lleno de energía, quizá demasiada”. Su madre, también actriz, le inscribió en un curso de teatro, el mejor medio de canalizar esa energía. Desde entonces, se ha convertido en su oficio. El ambiente familiar fue obviamente su inspiración. “Mi hermano mayor era también actor. Y cuando tenía 14 años, le ví en compañía de grandes actrices checas. Princesas que admiraba por televisión y de las que hablaba con respeto. No fue difícil para mí decidirme a hacer de esta profesión mi vida”, dice sonriendo, al tiempo que saluda brevemente a sus encantadoras colegas que abandonan el hotel.

Kryštof es un babeliano que lo ignora. Nacido en la República Checa, ha vivido en Dublín y en Londres, una ciudad donde trabaja encantado y donde estudió en la London Academy of Drama and Music. Su carrera se inició en 2001 gracias a un papel secundario en Dark Blue World (República Checa-2001). También ha actuado en Cosmos (España-2007) de Diego Fandos, un estudiante español de cine en Praga, además de en Flickan (Suecia-2009) de Fredrik Edfeldt. Un recorrido transnacional que comparte con otros Shootings Stars de este año, como la polaca Agata Buzek, a la que admira particularmente (esta actriz, que es también la hija del actual presidente del Parlamento Europeo, trabaja entre Polonia y Alemania).

En versión original

Para Kryštof, el cine europeo es una realidad palpable que debe explotar sus diferencias y ello depende en gran parte de las lenguas. “A veces me decepciono con algunas películas estadounidenses, donde los personajes extranjeros son interpretados por actores de lengua inglesa". Su trabajo de actor es sin duda excepcional. Es una verdadera proeza ser capaz de imitar los acentos con tanta facilidad. “Pero me falta la tipología original de esa persona, la riqueza innata”. Saber aprovechar esta diversidad para enriquecer las películas, es la vía a seguir. “Esto va tomando forma lentamente, incluso en Estados Unidos. En Malditos Bastardos, por ejemplo, vemos como cada personaje es interpretado por un actor de la nacionalidad correspondiente”.

“Me decepcionan esas películas estadounidenses donde los personajes extranjeros son interpretados por actores de lengua inglesa"

Tristemente, la riqueza del quid pro quo lingüístico desaparece, cuando en una escena que debía ser bordada con un lenguaje de signos improvisado e incluso con onomatopeyas primitivas, es finalmente suavizada con el empleo de un perfecto ‘business English’. No hace falta irse demasiado lejos para buscar un ejemplo tan flagrante. La cinta de apertura de la Berlinale 2009, The International, pone en escena a dos investigadores anglosajones atravesando Europa: vayan donde vayan, la gente les responde en un inglés perfecto. En este mundo ideal, no vale la pena vanagloriar tres lenguas diferentes para hacerse entender (como la vida misma).

Kryštof es el perfecto ejemplo de una película donde esa asimetría lingüística se convierte claramente en un elemento narrativo central. Es un film lapón, Katushka, donde una mujer lapona, un francotirador finés y un soldado sueco forman una comunidad durante la Segunda Guerra Mundial. “Ningún personaje comprende al otro. El único que lo ve claro es el público, para quien los diálogos están subtitulados”. La confusión y el imprevisto forma la película. Gracias a la reflexión cinematográfica de Kryštof Hádek, no nos queda nada más que lanzarnos a la ‘babelización’ del cine mundial. Sólo basta creer en ello…

Fotos : ©Katarzyna Swierc

Story by

Translated from Kryštof Hádek : un babélien qui s'ignore