Jeudi Noir o la lucha festiva contra la mal- vivienda
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Paris a últimas horas de la tarde; una calle apacible; un grupo de jóvenes espera delante de la entrada de un inmueble; adivinamos que se trata de una visita colectiva para ver un piso; el casero se presenta, les saluda y después le siguen todos hasta el interior del edificio; la puerta del piso está entreabierta, los visitantes sacan de pronto champán barato y cotillones y empiezan una pequeña
fiesta. Los “fiesteros” son miembros del colectivo “Jeudi Noir”: este colectivo parisino se auto-invita durante las visitas de pisos en alquiler para denunciar los precios excesivos.
Denunciar las condiciones de acceso al alquiler para los jóvenes
En 2006, en París, cuatro amigos de entre 20 y 30 años tuvieron la idea de crear un movimiento para denunciar las dificultades de alojamiento con las que se enfrentan los jóvenes (estudiantes o trabajadores), sobre todo en París.
Bautizaron el colectivo como “Jeudi Noir” en referencia al jueves 24 de octubre de 1929, el día en el que sucedió el crac financiero más importante de la historia al caer la Bolsa de Nueva York; y cuando, incluso más significativamente, apareció por primera vez el periódico gratuito de pequeños anuncios inmobiliarios PAP (“De Particular a Particular”) consultado por cualquier persona que busque piso.
En Francia, en menos de cinco años, los alquileres han aumentado más de un 25%. En París, las ciudades universitarias no pueden alojar más que a un décimo de la población estudiante.
Se calcula que en la capital hay unos 140 000 inmuebles vacíos, lo que representa un 10% del total inmobiliario parisino.
Además, es muy difícil para una persona remunerada con alrededor del salario mínimo interprofesional encontrar alojamiento en París; de hecho, hoy en día, un estudio de 20m2 se alquila por el módico precio de… ¡unos 650 o 700 euros mensuales!
Los panfletos que se distribuyen durante las intervenciones de Jeudi Noir anuncian que “con la salida del PAP, durante las visitas a pisos, en las agencias inmobiliarias: todas las semanas, atacaremos los malos alquileres, y los sacaremos a la luz para que puedan salir del olvido”.
Jeudi Noir se dirige en primer lugar a los poderes públicos para exigirles entre otras reivindicaciones:
La congelación de los alquileresLa imposibilidad de elegir alcaldes que no respeten las disposiciones sobre la ley SRU (ley relativa a la solidaridad y a la renovación urbana) que impone a los municipios proveer con un mínimo del 20% de viviendas de protección oficial entre su capacidad inmobiliaria.La confiscación de las viviendas vacías para convertirlas en viviendas de protección oficial y estudiantil.El Modus Operandi de Jeudi Noir : accciones festivas para atraer a los medios
Salidos de la generación de “la totalidad mediática”, los miembros de Jeudi Noir dominan perfectamente el arte de movilizar a los medios. No se olvidan jamás de avisar a los periodistas antes de llevar a cabo cualquier acción de envergadura significativa. Éstos responden generalmente con su presencia, atraídos por la originalidad de las manifestaciones que organiza el colectivo. Si los cámaras no se desplazan, que no entre el pánico, el equipo se encarga de grabar sus acciones ellos mismos y de subir los videos después a sitios web para compartirlos.
Aparte de los giros festivos que le dan a las visitas de pisos, Jeudi Noir lleva a cabo también otro tipo de acciones explosivas y efectivas como las múltiples confiscaciones de inmuebles que habían sido dejados vacíos por empresas, la apertura del Ministerio de la Crisis de la Vivienda en el número 24 de la calle de la Banque, en la plaza de la Bolsa de París en enero de 2007, acompañados por otras asociaciones a favor del Derecho a la Vivienda y de la asociación del Barrio Macaq.
El futuro del colectivo
Sus acciones han llegado muy bien a los medios por lo que el movimiento ha podido beneficiarse de una importante repercusión en la opinión pública.
Los locales confiscados en la plaza de la Bolsa volvieron a ser comprados por la filial de HLM de Paris para hacer en ellos viviendas de protección oficial, lo cual constituyó sin suda una gran victoria para el colectivo.
Los organismos directivos han recibido a representantes del movimiento demostrando estar de acuerdo sobre el diagnóstico de crisis de la mala vivienda pero no sobre las soluciones que podrían llevarse a cabo para terminar con ella.
Por eso, el colectivo tiene aún numerosos campos de batalla donde poder actuar y surgen preguntas sobre su evolución. Ciertos miembros aspiran a llevar a cabo acciones aún más espectaculares para mantener el interés de los medios y para que la causa no caiga en el olvido. Hay, sin embargo, opiniones divididas dentro del movimiento en cuanto a la posible estrategia a seguir.
La dificultad del alojamiento para los jóvenes : un tema a nivel europeo.
Francia está entre los países europeos con la tasa más alta de paro para los jóvenes (un 20%, es decir, el doble de la media nacional) junto con Italia, Grecia (que de hecho se enfrenta en estos momentos con una revuelta juvenil) y Polonia.
En Italia, debido a las gran cifras de paro y las insuficientes prestaciones sociales, el 60% de las personas de entre 30 y 34 años viven aún con sus padres.
En España. El 55% de los jóvenes de entre 18 y 34 años y cerca de un cuarto entre los de 30 a 34 viven también en la residencia familiar. Un fenómeno que parece aumentar debido a la presente crisis, según muchos observadores, esperándose que cerca del 30% de los jóvenes activos españoles regresen a vivir con sus familias.
En Italia, el gobierno ha decidido bajar los impuestos de alquiler a los jóvenes de entre 20 y 30 años para poder mejorar sus condiciones al acceso de los mismos.
Y por supuesto, en la mayoría de los países europeos, compartir piso es la costumbre más extendida entre los jóvenes.
Gran Bretaña, por ejemplo, es uno de los países que ha favorecido el sistema de compartir piso desde hace más tiempo, por lo que en todas las universidades existe una oficina donde hay numerosos anuncios para esto. En España, compartir piso es también muy normal sobre todo en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. En Francia, sin embargo, no es demasiado común compartir piso y sólo se practica siguiendo ofertas que pasan de boca a boca. En cualquier caso, compartir piso no es más que una solución temporal que se dirige principalmente a la población estudiante; hay aún muy pocas soluciones para los jóvenes activos.
En los Países Bajos, las asociaciones de estudiantes de cada campus universitario gestionan las residencias de estudiantes del mismo.
La crisis económica por la que estamos pasando en la actualidad se extiende al sector inmobiliario y está a punto de dar la razón a los miembros de Jeudi Noir que militan por la necesidad de explotar la burbuja inmobiliaria. Parece ser que los alquileres, por primera vez en mucho tiempo, van a ralentizar su progresión.
Autor : Thibaud SIMON
Traductora : Patricia González Bermúdez