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Jean-Claude Juncker : "No construimos Europa desde el sillón"

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Política

Cansado y pesimista, es la impresión que ha dado el pasado septiembre durante su discurso sobre el estado de la Unión. ¿El Brexit, los populismos y la crisis migratoria habrán desgastado al presidente de la Comisión Europea? Jean-Claude Juncker responde, sin dejar de repartir algunos bofetones. 

caféBabel: Ha dicho que no quiere que lo represente y se ha mostrado mucho más pesimista sobre el futuro de Europa durante su discurso sobre el estado de la Unión. Después de dos años a la cabeza de la Comisión Europea (CE), ¿sufre las consecuencias de alguna forma de cansancio?

Jean-Claude Juncker: No sufro las consecuencias de ninguna forma de cansancio. Es verdad que me he decepcionado cuando he visto rupturas de solidaridad entre los Estados miembros, sobre todo en un ámbito tan sensible como el del asilo. Lo que digo, no me vuelve pesimista, sino luchador.

caféBabel: ¿Por qué?

Jean-Claude Juncker: Porque estoy convencido de que Europa debe juntar sus fuerzas. Somos el continente más pequeño, y de aquí a 2060 no representaremos más que un 5% de la población mundial, contra un 25% a principios del siglo XX. Es la razón por la que el Libro Blanco que la CE publicó sobre el futuro de Europa, cada uno de los cinco posibles escenarios que elaboramos para Europa para el 2025, se basa en la hipótesis de avanzar juntos, como una Unión.

caféBabel: ¿Es difícil la función?

Jean-Claude Juncker: Sí, pero es un trabajo esencial. Es Europa. ¡Si vale la pena, valen la pena los golpes!

caféBabel: ¿Cómo explicaría a un niño de diez años el papel de la CE?

Jean-Claude Juncker: Cuando era niño, un año mis dos abuelas me regalaron cada una un tren eléctrico por San Nicolás. Uno era de producción francesa, el otro alemana. ¡Nunca pude conectarlos! La CE es la institución que permite hacerlo. Y lo que la CE hace por los trenes, también lo hace en otros ámbitos, tomando iniciativas que sirven de interés para el conjunto de nuestros conciudadanos y empresas, que contribuyen a mejorar y facilitar su vida cotidiana, a acercar más los unos con los otros. Pero la CE no tiene todo el poder y nunca llegaremos a conectar todos los trenes por toda Europa si nuestras iniciativas no son aceptadas y si, en efecto, nuestras decisiones europeas no son puestas en marcha en el terreno. Europa es un trabajo de equipo.

caféBabel: En cuanto a los resultados de las elecciones holandesas, ha declarado que están bien ¿pero de verdad está aliviado?

Jean-Claude Juncker: El resultado de las elecciones de los Países Bajos es una señal positiva para las elecciones que están por venir en Francia y Alemania. Hubo una gran participación electoral como fue, el pasado diciembre, el caso de Austria para la elección presidencial. Es alentador, ya que esto muestra que existe una voluntad popular de bloquear el camino a los extremistas y eurófobos. Por lo tanto hay que moverse, defender sus convicciones y depositar la papeleta en la urna. Ya sabe, está bien ver un partido desde el sillón de casa, pero es aún mejor ir al campo para defender los colores de su equipo. Es lo mismo para Europa, no construimos Europa desde el sillón, sino yendo al campo, exhibiendo y defendiendo los colores. Porque los europeos convencidos que se quedan sentados siempre irán más despacio que los populistas que corren. 

caféBabel: Precisamente, la amenaza del populismo ronda sobre el conjunto de los países europeos. Desde el Brexit, parece que se conocen los factores que explican el ascenso de los radicales: la desclasificación, la fractura geográfica entre ciudades y el campo, la subida del paro y de la inseguridad… ¿Qué soluciones puede aportar la CE?

Jean-Claude Juncker: Una de las lecciones del Brexit también es que no se puede explicar continuamente que la Unión Europea (UE) sea algo malo, que no funciona, que cuesta demasiado caro y que sus normativas son nocivas, para después asombrarse de que los votantes dicen no a Europa. En la CE, con nuestros medios, intentamos aportar respuestas concretas a las preocupaciones de nuestros conciudadanos.

caféBabel: ¿Cuáles?

Jean-Claude Juncker: Hemos lanzado nuevas iniciativas. El plan de inversión —más conocido con el nombre de ‘Plan Juncker’— permitirá volver a lanzar la inversión para crear empleo y crecimiento. Hicimos de la justicia social una prioridad de nuestra acción política, como siempre lo ha sido a lo largo de mi vida política. No debemos dar a entender que Europa puede asumir ella sola la lucha contra el paro, las desigualdades, la inseguridad. Simplemente es falso. Los Estados miembros tienen más medios que nosotros.

caféBabel: ¿Cómo hace a diario para distanciarse de la imagen de 'monstruo frío' de la que le acusan la mayoría de los ciudadanos europeos en la CE?

Jean-Claude Juncker: Aborrezco los 'monstruos fríos' tanto como aborrezco las élites, incluso aunque cada día lea que formo parte de ellas. Siempre he pensado que no se puede hacer política si no queremos a las personas y no sabemos escucharlas. Es por lo que he pedido a la CE no quedarse encerrada en el Berlaymont [sede de la CE, ndlr] y desplazarse por Europa, conocer los Parlamentos europeos y a los compañeros sociales, y participar en los diálogos de los ciudadanos. También decidí que la CE debía hacer menos para hacerlo mejor con lo que está en juego. "To be big on big things and small on small things" ["Ser grande en las grandes cosas y pequeño en las pequeñas cosas", ndlt] no es un eslogan, es una necesidad para ser más eficaz y reducir la brecha que se ha abierto entre las opiniones públicas europeas y Europa.

caféBabel: Los escándalos no perdonan a las instituciones europeas. ¿Entiende que sobrecargan la CE, la cual ya no es muy popular?, ¿cómo juzgaría el grado de popularidad en las instituciones europeas?

Jean-Claude Juncker: En efecto, los escándalos no perdonan a nadie, y no hay que subestimar el impacto de las opiniones públicas. Entiendo el desagrado que provocan estos asuntos y los he resuelto a mi ritmo, viendo las cosas al detalle. Hemos reorganizado el código de conducta de los comisarios exigiendo de todos los presidentes de la CE un periodo de 'enfriamiento' de tres años entre el fin de sus funciones y el momento en el que pueden unirse al sector privado, frente a los 18 meses actuales, y un periodo de dos años para los comisarios. En cuanto al grado de popularidad de las instituciones europeas, incluso si no soy un gran fanático de los sondeos, le regreso al último Eurobarómetro que muestra que la confianza en la UE es más elevada que la confianza en los parlamentos y gobiernos nacionales.

caféBabel: A día de hoy, uno de cada cuatro jóvenes está en el paro en Europa. ¿Pueden esperar cualquier cosa de Europa sobre sus preocupaciones?

Jean-Claude Juncker: El paro en los jóvenes es una tragedia. Nunca aceptaré que la generación del Milenio —la generación Y— se vuelva por primera vez en setenta años más pobre que la de sus padres. Me pregunto por qué un continente tan rico como Europa renunciaría a un principio que debería ser universal: los jóvenes de hoy y de mañana tienen derecho a un trabajo. Esta responsabilidad primero es de los gobiernos nacionales, y nosotros haremos todo lo posible para ayudar. En particular, es lo que hacemos con la Garantía Juvenil, un programa de la UE gracias al cual más de nueve millones de jóvenes ya han podido encontrar trabajo, unas prácticas o una formación. También está el impacto positivo de los programas Erasmus ya que uno de cada tres estudiantes Erasmus consiguió un trabajo en la empresa donde realizó sus prácticas. Y esta lucha por el empleo de los jóvenes seguirá siendo una lucha prioritaria de mi CE hasta el último día de nuestro mandato.

caféBabel: Hoy en día, una gran parte de una generación en edad para votar y que ha nacido en la UE, incluso se compromete con partidos de extrema derecha. ¿Cómo se explica?

Jean-Claude Juncker: Los jóvenes de esta generación tenían entre nueve y once años en 2008. Han crecido con lo que fue la peor crisis financiera y económica que hayamos conocido desde la Segunda Guerra Mundial. Fueron las primeras víctimas. Por lo tanto, podemos entender que también es una forma de desesperación, un abatimiento por esperar que las cosas cambien. Y están en el derecho de ver cambiar las cosas. Debemos demostrarles que en concreto Europa puede mejorar su vida, debemos darles los medios para desarrollarse y para dar la espalda a la desesperación. Es la mejor respuesta que podríamos proporcionar a la tentación del extremismo.

caféBabel: ¿Cómo podría hoy esta juventud pensar en comprometerse a favor de Europa?

Jean-Claude Juncker: ¡Pero también veo jóvenes que se comprometen a fondo con la solidaridad europea! Miles de jóvenes europeos se han movilizado de manera rápida y masiva para participar en el Cuerpo Europeo de Solidaridad, el cual quise crear para permitirles aportar su ayuda allí dónde sea más útil, y darles la ocasión de desarrollar sus competencias y tener un trabajo. También estoy impresionado por este movimiento nacido de manera espontánea, Pulse of Europe, que congrega cada semana a miles de ciudadanos, y a muchos jóvenes entre ellos. Jóvenes que están muy preocupados por los ataques populistas contra Europa y que piensan, como dijo uno de ellos, que "no se trata de negar los errores y los problemas de la UE, sino que hay que ser constructivo". 

caféBabel: Europa ha celebrado los sesenta años del Tratado de Roma, un texto fundamental que solo una pequeña parte informada y elitista de la juventud europea conoce. ¿Es algo problemático, no?

Jean-Claude Juncker: Estoy totalmente de acuerdo en decir que Europa debe explicarse, que debemos poder interrogar a aquellos que la han construido. Y no solo lo digo, sino que lo hago. Por ejemplo, recientemente he participado en diálogos con ciudadanos en Bélgica, en Eslovenia y en Malta. Pero los demás también tienen que hacer su trabajo, los profesores y también los periodistas. Espero que el sexagésimo aniversario de los Tratados de Roma sea la ocasión de dar a conocer mejor estos textos a un mayor número de jóvenes, pero sobre todo, más allá de los textos, de conocer mejor su historia, la de la generación de mis padres, una historia de guerra, de miseria, de tortura, y de explicar mejor que su futuro está en Europa. 

caféBabel: Según usted, ¿en el seno de qué Europa vivirán nuestros nietos dentro de sesenta años?

Jean-Claude Juncker: Me gustaría que nuestros nietos continúen aprovechando todos los beneficios de los que hemos disfrutado desde hace décadas, comenzando por un periodo ininterrumpido de setenta años de paz, y que vivan mejor de lo que hemos vivido nosotros. Pero cómo sea Europa en sesenta años no depende solo de mí. Qué futuro legaremos a nuestros nietos es todo el objetivo de las elecciones que deberán ser tomadas en los meses venideros. Es la principal pregunta que está en nuestro Libro Blanco sobre el futuro de Europa: ¿qué futuro queremos para nosotros mismos, para nuestros hijos, para Europa? Este futuro está en nuestras manos, nos toca decidir, formarlo. O nos dejamos borrar y pisar por la mundialización, las nuevas tecnologías y su impacto en nuestras sociedades y el empleo, o nos aprovechamos, las controlamos y disfrutamos de las nuevas posibilidades de las que son portadoras. Europa siempre se ha construido de esta manera, gracias a los hombres y mujeres que han decidido dominar el curso de los acontecimientos en lugar de ser prisioneros.

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Esta entrevista se ha realizado por correo electrónico.

Story by

Matthieu Amaré

Je viens du sud de la France. J'aime les traditions. Mon père a été traumatisé par Séville 82 contre les Allemands au foot. J'ai du mal avec les Anglais au rugby. J'adore le jambon-beurre. Je n'ai jamais fait Erasmus. Autant vous dire que c'était mal barré. Et pourtant, je suis rédacteur en chef du meilleur magazine sur l'Europe du monde.

Translated from Jean-Claude Juncker : « On ne fait pas l’Europe dans son fauteuil »