Jean-Benoit Dunckel: no business, electrónica y respuestas universales
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Icono de la música electrónica europea, la banda francesa AIR continúa el viaje a 10 años de su primer disco, Moon Safari. Su último disco, Pocket Symphony, supera la calidad de los anteriores.
El backstage de la mítica sala de conciertos madrileña La Riviera se ha convertido en un circo. Tres coches de policía, dos ambulancias, las sirenas que repican sin parar…, el trasiego propio de un accidente. De hecho, Nicolas Godin, el guitarrista de AIR, acaba de rebanarse un trozo de dedo durante las pruebas de sonido. No sabemos si intentaba cortar jamón ibérico antes de la actuación, o si las cuerdas de su guitarra estaban demasiado afiladas. Lo trasladan en ambulancia para curarlo, y aunque no parece ser grave, la celebración del concierto está en el “aire”, nunca mejor dicho. Jean-Benoit Dunckel, el otro componente del grupo, sin embargo, nos recibe en los camerinos.
No es posible encontrar un entorno más sórdido para una entrevista que un impersonal camerino. No obstante, una mesa de madera gastada, varias sillas viejas y una habitación vacía se convierten, gracias a las palabras de Dunckel, en un lugar de ambiente cálido. El karma rebosa por las agrietadas paredes, mientras responde inocente -pero decidido- a nuestras preguntas. Criados en un ambiente típicamente burgués en Versalles, ambos musicos, de 39 años, coincidieron en el mismo instituto. Verdaderos locos por la música de los setenta, en los años ochenta cada cual intentó iniciarse por su cuenta. Godin, pinchaba discos y mandaba maquetas sin éxito a las grandes discográficas como Virgin hasta que se cansó y se puso a estudiar arquitectura. Dunckel, sin embargo, enseguida se hizo profesor de matemáticas mientras tocaba el piano en bares, lo que lleva a los críticos de hoy a afirmar que suya es la huella melódica en las composiciones de este duo que ha sacado ya al mercado tres álbumes, sin contar las bandas sonoras de películas y las colaboraciones con artistas como Charlotte Gainsbourg.
Japón y el cine en sus partituras
Al poco tiempo de charlar con Dunckel es fácil comprender cómo la música de AIR (Amour, Imagination, Rêve – “Amor, Imaginación y Sueño”) es un fiel reflejo de la personalidad del dúo que lo compone. Un estado de nirvana permanente rodea la conversación sobre su música y sus muchas semejanzas con la cultura japonesa. “Cuando vamos a Japón nos encanta porque está limpio. También nos absorbe su modernidad.” Quizá el disco Talky Walky es el más próximo al país del sol naciente. De hecho, la mágica Alone in Tokyo, incluida en la banda sonora de la célebre película Lost in Translation, de Sofia Coppola, ambientada en Tokio, parece un personaje más de la historia.
Dunckel nos relata que ya conocían bien a la pequeña de los Coppola desde que grabaron la banda sonora completa de las Vírgenes Suicidas. Hablando como a través de la flauta de Cherry Blosson Girl y sin cambiar el tono, nos confiesa su pasión por el cine. “El único problema que tiene el cine”, comenta, “es que puedes haber trabajado mucho y de repente, cuando parece que la película ya está terminada y a punto de estrenarse, te dicen que tu canción no ha entrado al final dentro de 'los planes'. Así es el mundo del cine”, concluye con una sonrisa infantil.
La música que AIR prestó para la banda sonora de la película Las vírgenes suicidas
“Los ingleses, difíciles de convencer. Los checos, los más abiertos”
Además de con Sofia Coppola, son de destacar sus trabajos con otros artistas de talla internacional, como con el dramaturgo italiano Alessandro Baricco (Seda, Novecento, City), a quién pusieron la música de unos versos suyos. “Nadie entendió ese trabajo. Dijeron que estábamos locos.” Por sus experiencias internacionales y por los diferentes públicos que han encontrado en su carreta le preguntamos y Dunckel exprime la respuesta más inesperada: “Pues sí que hay muchas diferencias de público, pero a mi me gusta más fijarme en las similitudes cuando viajo. Todos tenemos el mismo objetivo, ser feliz. Y descubrir eso, me hace feliz a mi también”.
Le pedimos que se moje, y sereno responde que el público checo y eslovaco es el más abierto, dice, porque recién están descubriendo al mundo occidental. “Los españoles siempre van con ganas de fiesta. Los ingleses, en cambio, son más difíciles de convencer, a lo mejor porque allí tienen muchas más bandas que en los demás países”, afirma, diplomático.
“No somos unos businessmen”
Apurando la entrevista, cuando le preguntamos por la piratería su voz se vuelve un poco resignada. El asunto le incomoda y aunque no pierde la simpatía, aparecen por primera vez algunos pequeños tropezones al pronunciar. “No es culpa de la gente. No se puede hacer nada al respecto.” Aunque enseguida rectifica: “Bueno, creo que la Unión Europea debería hacer algo para cambiar la situación. Tiene poder para hacerlo. Algunas bandas ya han actuado por su cuenta, como Radiohead, y están buscando otros medios para combatir la piratería. Nos parece muy bien, pero eso supone que el artista tiene que ser un businessman y nosotros no somos así".
Conciertos: en la actualidad, AIR acaba de iniciar su gira por Australia, que les ocupará durante todo el mes de marzo y abril de 2008.
Jean-Benoît Dunckel, la mitad de AIR, publicó en 2006 su primer disco en solitario . Lo podéis escuchar . O ver aquí:
Darkelaquí