INTERCAMBIO UNIVERSITARIO: PÁNICO EN mÉXICO
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Eva MárquezLa muerte violenta de Esteban Jimenez Arcos, estudiante francés asesinado en México el pasado 6 de abril, plantea la cuestión de la seguridad de estudiantes extranjeros en paises en desarrollo. Volvemos sobre el asunto que sacude al programa de intercambio universitario mexicano.
La noche del 5 al 6 de abril, este estudiante francés de la universidad de Cergy Pontoise fue a un bar de Gomez Palacio, situado a 980 km de Ciudad de México, acompañado por amigos y compañeros. Sobre las 4 de la madrugada, fue al servicio, donde dos individuos lo siguieron e intentaron robarle. Minutos más tarde, encuentran su cuerpo con una bala en la cabeza. Según la fiscalía de Durango: fue abatido mientras intentaba huir de sus agresores. En esta región, conocida por la violencia, las agresiones se concentran entre mexicanos más o menos implicados en el narcotráfico, los extranjeros raramente son objeto de estas agresiones. Por lo que las autoridades han dicho que el móvil fue el robo.
México: el destino soñado de los estudiantes franceses
Pero más allá de la trágica muerte de este estudiante francés, este caso plantea una cuestión: el de la viabilidad de los programas de intercambio internacionales en un país tan marcado por la violencia y la lucha contra los cárteles de la droga, entre ellos y contra el gobierno.
Plutôt que de mettre en avant ses améliorations, le Mexique essaie de cacher ses défauts
La importancia de este programa no debe ser subestimada, en particular por un país como México, que mira al futuro y al mundo. Cuando se aspira a ser uno de los líderes de América Latina, el papel de la educación es crucial. Al igual que Qatar o Brasil, países que invierten mucho en educación en atraer a estudiantes extranjeros, México tiene intención de participar en la formación de la futura élite mundial y crear afinidad con ellos. Un credo que representa la seguridad de un lugar en la clasificación de la jerarquía mundial del mañana. La razón por la que la comunicación que rodea este programa de intercambio se mide al milímetro.
Con 1500 estudiantes enviados cada año gracias a más de 420 asociaciones universitarias, los franceses representan la primera comunidad de estudiantes extranjeros del país. Por lo tanto no es sorprendente la importancia que México le otorga a estos estudiantes. Si hubiera que nombrar a uno de los pioneros de los intercambios universitarios, probablemente sería el ITESM, más conocido como el tecnológico de Monterrey. Con 33 campus en México y otros 18 en América Latina, su preocupación con respecto a su imagen internacional es muy comprensible. Lo que está menos claro es el silencio que rodea la muerte de Esteban.
Al contrario de lo que se publicó en la prensa francesa y mexicana, Esteban no formaba parte del programa de intercambio del ITESM. Él había conseguido su título el año anterior en la universidad de Cergy Pontoise y estaba en México para hacer unas prácticas. ¿Por qué en este caso se produce tal silencio por parte de una de las universidades más prestigiosas del continente sudamericano? ¿Por qué guardar bajo llave una información que les puede redimir de cualquier responsabilidad? Simplemente porque la política mexicana que concierne a la violencia se reduce a una palabra: omertà (ley del silencio).
La violencia, esa gangrena
Centrado principalmente en el tráfico de drogas, no es raro ver como a veces la violencia toca a los extranjeros. Desde 2013, un turista belga ha sido asesinado y seis turistas españolas fueron violadas en Acapulco. Y ahora, un francés. ¿Es necesario meter al país en la lista negra de destinos que hay que evitar? Obviamente, no.
Hay que saber que México es un país dividido en dos. Las zonas peligrosas se concentran en el norte y en el estado de Guerrero, donde está Acapulco. Estas zonas están clasificadas por el ministerio de asuntos exteriores como "peligrosas" y "no recomendadas". El resto del país, por el contrario, es tranquilo. Al menos tanto como otros países de América Latina. Sin embargo, no es fácil corregir el desastroso resultado del mandato del ex presidente, Felipe Calderón (de 2006 a 2012): 70000 muertos y más de 26000 desaparecidos. Por ahora, el nuevo presidente, Peña Nieto da la impresión de enfrentar los problemas sin peligro.
La muerte de Esteban no ha solucionado nada. Un gran número de artículos sobre la tragedia han llegado a la prensa francesa. Todos basados en un comunicado de la AFP (agencia de prensa internacional) que precisaba que el estudiante francés participaba en un programa de intercambio en el tecnológico de Torreón. Una información errónea que animó a los medios. Curiosamente, el Tec no ha emitido ningún comunicado para desmentir esta noticia y se ha negado a responder a cualquier pregunta sobre este asunto. ¿Está dejando la institución que las aguas vuelvan a su cauce?
Dejando que hagan y que digan, nos preguntamos si la primera universidad privada de México ha optado por la mejor solución. Con demasiada frecuencia víctima de una reputación violenta compartida por empresarios y estudiantes, el país lucha ahora por limpiar su imagen. Pero en lugar de destacar sus mejoras, México trata de esconder sus defectos. ¿El resultado? Casos como el de Esteban refuerzan los estereotipos ya presentes en la mentalidad occidental, y la fuerza del tabú paraliza la comunicación mexicana en un programa de intercambio que en la actualidad es una oportunidad para muchos estudiantes europeos.
Photos : Une (cc) garpB/flickr ; Texte (cc) worldeconomicforum/flickr Vidéo (cc) Grillonautas2/YouTube
Translated from Échange universitaire : panique au Mexique